En Honduras, Guatemala y
Chile, el Banco Mundial tiene un
historial terrible de complicidad con los brutales regímenes represivos que han
gobernado esos países en décadas pasadas financiando la implementación de
proyectos y políticas que han resultado en la muerte, desaparición y el
desplazamiento forzoso de miles de sus habitantes.
LA ÉTICA DEL BANCO MUNDIAL
Por Nick Alexandrov
Financiando Escuadrones de
la Muerte
La Oficina del Asesor en Cumplimiento / Ombudsman (CAO, por sus siglas en
inglés) del Banco Mundial, determinó el 10 de enero que el brazo de préstamos
del sector privado del Banco, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por
sus siglas en ingles), violó "sus propias normas éticas" cuando "prestó millones de dólares a una empresa
hondureña de aceite de palma [Corporación Dinant] acusada de vínculos con asesinatos
y desalojos forzosos", informó Nina Lakhani en The Guardian. Si esto fuera
verdad -si el Banco ha actuado realmente en contra de sus principios, durante
décadas de constante acción- entonces la respuesta adecuada sería de
celebración global. Pero el incidente IFC-Dinant es sólo el último capítulo de
una historia miserable.
Consideremos, por ejemplo, el caso de Honduras en los años 90, cuando un
"paradigma promovido por el Banco Mundial "impulsó" una masiva
re-concentración de la tierra en el Aguán "-el valle donde Dinant opera- "en las manos de unas pocas elites
influyentes", escribe Tanya Kerssen en su excelente estudio, Grabbing Power (El acaparamiento de poder). Estos barones de la tierra, sobre todo el
propietario de Dinant, Miguel Facussé, prosperaron cuando "el sector de
las cooperativas del Aguán fue diezmada" y alrededor de tres cuartas
partes de sus tierras fueron confiscadas. Los campesinos, de repente
desposeídos, primero buscaron el recurso legal, que fracasó. Posteriormente,
"protestaron y ocuparon tierras en disputa", escribe Annie Bird de
Rights Action en un informe crucial, lo que provocó que las autoridades
gubernamentales revisaran la legitimidad de la transferencia territorial
apoyada por el Banco. Pero el golpe de junio 2009 finalizó esta evaluación. Cuatro
graduados de la Escuela de las Américas (SOA) dirigieron la destitución de
Manuel Zelaya del poder -"un crimen" que admitió un abogado militar
hondureño de alto rango, él mismo un ex alumno de la SOA, y prueba "de que
el gobierno de Obama tenía un débil compromiso con la democracia, derechos
humanos, y el imperio de la ley de la misma manera que el anterior presidente
de los EE.UU", explicó la académica británica Julia Buxton. Desde
entonces, observa Bird, el 15º Batallón de Honduras, respaldado por Washington "desde por lo menos el 2008", ha
sido consistentemente identificado como el iniciador de los actos de violencia
contra los movimientos campesinos", con las fuerzas de policía y los
guardias de seguridad de Dinant sumándose a la matanza. El documento de la CAO
estima en más de 100 la cantidad de asesinatos de campesinos desde enero de
2010.
Cuatro veces más guatemaltecos murieron en una masacre ocurrida más de tres
décadas atrás -un capítulo más en la historia del Banco. Los masacrados,
presumiblemente, no entendieron que no tenían ningún derecho especial sobre la
tierra, que fue reutilizada para servir a las necesidades de la Hidroeléctrica
Chixoy Dam, y despejada de cualquier humano que estorbara en el entorno. El
Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo apoyaron el proyecto, por
primera vez, a finales de los 70, y luego -para silenciar a cualquiera que
dudara- de nuevo, siete años más tarde, cuando "el terror de Estado
alcanzó proporciones genocidas", escribe Nick Dearden del The Guardian. El
salvajismo alcanzó su punto máximo cuando Ríos Montt, otro graduado de la SOA,
gobernó de 1982 a 1983. Su política oficial “dirigida a masacrar a miles de
campesinos indígenas", según el Archivo de Seguridad Nacional, tuvo éxito
en este sentido, acabando con unas 600 aldeas mayas. Los funcionarios del Banco,
por su parte, habían concluido a principios de los años 70 que las
instituciones dominantes de Guatemala eran inherentemente corrompidas. Las
opiniones de los funcionarios fueron "uniformemente críticas y a menudo
mordaces, "revela la historia del Brookings Institution a cerca del Banco Mundial, pero fallando
en mencionar el papel fundamental del Banco en la perpetuación de las desigualdades
en Guatemala. Y esta "evaluación", además, "no cambió durante
toda la década". Fue un juicio adecuado sobre los regímenes que Washington
respaldó después de arruinar el experimento democrático del país en 1954, año
en que Jacobo Árbenz fue depuesto, pero también totalmente compatible con los
préstamos sin interrupciones.
El dinero también fluyó en el Chile de Pinochet. "El Banco Mundial y
el Banco Interamericano de Desarrollo ensalzaban a Chile como un modelo de
responsabilidad", escribe Greg Grandin, "dándole cuarenta y seis préstamos entre 1976 y 1986
por $ 3.1 mil millones", una década que fue testigo "de una espectacular
transferencia de riqueza al sector privado", el traspaso fue facilitado
por la campaña de terror estatal que los EE.UU defendió. En 1976, En Santiago,
el secretario de Estado -y Nobel de la Paz- Henry Kissinger, personalmente
aseguró a Pinochet que en Washington "simpatizamos con lo que usted está
tratando de hacer aquí". Lo que el dictador estaba "tratando de
hacer", de acuerdo al historiador Steve J. Stern, era promover el
"policidio" al "establecer un régimen de violencia sistemática y
miedo para que las viejas formas de entendimiento, la organización y la
práctica de la política pudieran ser aniquiladas y reemplazadas por una forma
de gobierno tecnocrático y autoritario". "Roosevelt perdió la guerra".
Comentó el presidente guatemalteco Juan José Arévalo, el predecesor de Árbenz, en
1951, previendo el deslizamiento de su propio país hacia el policidio. "El
verdadero ganador fue Hitler. "
Una encuesta rápida hoy en día de Honduras revela quienes son los ganadores
allí. Tanya Kerssen cita a un campesino, entrevistado por el periodista Giorgio
Trucchi: "Desde que nos quitaron nuestras tierras, la oferta de dinero en
todo el Aguán ha disminuido dramáticamente", comenzó diciendo el hombre. "El
desempleo y el subempleo aumentaron, al igual que el hambre y la desesperación.
Ahora, los trabajadores ni siquiera tienen suficiente dinero para comprar
comida para todo el mes”. Un problema relacionado, señala Peter J. Meyer en un
informe del Servicio de Investigación del Congreso es, que "los fondos del
gobierno mal utilizados" y una "recaudación tributaria débil" han
ayudado a la bancarrota del Estado de Honduras post-golpe, que ya no paga el
salario a muchos de sus trabajadores. Es la esclavitud asalariada, sin los salarios,
cuando enfermeras, médicos y educadores trabajan duro sin la esperanza de una
indemnización adecuada. El Centro para la Investigación Económica y Política
señaló recientemente que más del 43 % de los trabajadores de Honduras trabajó a
tiempo completo en el 2012 por menos del salario mínimo, mientras que la tasa
de pobreza extrema subió al 46 %. Y los asesinatos continúan. Annie Bird
informa que el cuerpo de Juan Ramón Mejía fue “encontrado al lado de la
carretera" en enero de 2010. En abril de 2010, José Leonel Álvarez Guerra,
“recibió cinco disparos de dos sicarios en motocicleta que lo esperaban fuera
de la casa de sus suegros, donde su esposa estaba alojada en los últimos días
de su embarazo. Lo mataron delante de su esposa e hijos”. "Jacobo López Erazo
“salió de su casa en la localidad de Quebrada Seca, aproximadamente a las 4 am
para ir a trabajar", en julio de 2012, “pero al entrar en su vehículo
varios asesinos le dispararon", y murió de inmediato.
Si el Banco fuera honesto acerca de sus "normas éticas", las
fotografías de estas víctimas, sólo tres de docenas, habrían aparecido en la
pancarta de "End Poverty" que cubría la fachada de su sede en
Washington el año pasado. En lugar de ello, los transeúntes vieron imágenes de
una sonriente enfermera, un concentrado trabajador de la construcción, niños
curiosos -futuros siendo terminados, ahora mismo, para los hondureños que
carecen de los derechos más básicos, gracias a las políticas del Banco.
Nick Alexandrov reside en Washington,
DC.
Publicado por La QnadlSol
CT., USA.
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