La situación en Ucrania se ha degenerado a tal punto que una ruptura del país
parece una posibilidad muy real, algo que según el analista Josafat S.Comín ya se
podía leer en los análisis del primer
Maidan en 2004. Lo que ocurre actualmente en Ucrania es cualquier cosa, menos
una protesta pacífica brutalmente reprimida por el gobierno de Yanukovich, como
los pro imperialistas medios de prensa y funcionarios de los gobiernos occidentales
nos quieren hacer creer. Las imágenes son claras y no dejan lugar a dudas de
que las fuerzas de la oposición son bandas de fascistas armados, como la
ultranacionalista Svoboda (Libertad) y otras con una clara ideología anti rusa.
El propósito de esta oposición armada, avanzada de la OTAN, la cual sería intolerable en cualquier país de
Europa y en los Estados Unidos, no es más que un ataque del imperialismo dirigido a Rusia que al
perder su esfera de influencia quedaría a merced de las bases de misiles de los
EEUU en suelo ucraniano. La línea del frente ha llegado a Kiev, la cuna misma
del pueblo ruso. En esas barricadas se decide hoy la historia de Rusia. Si Kiev
cae y occidente con ayuda de los fascistas, como siempre ha hecho, se hace con
el control de la situación, terminando de convertir a Ucrania en una triste
colonia, al estilo de Polonia, Rumanía o las repúblicas bálticas, Moscú será la
siguiente parada.
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA
EVOLUCIÓN
DE LA SITUACIÓN EN UCRANIA
Josafat S. Comín
El fascismo lleva dos meses desatado, amparado y espoleado por toda la
reacción internacional, aterrorizando un país entero en el otro extremo de
Europa y aquí seguimos callados. Miento. La semana pasada leía un tuit del
diputado de IU, Alberto Garzón, donde recomendaba un artículo de “La
Vanguardia”, para aproximarse a la realidad ucraniana…
Pues si es la sección de internacional de “La Vanguardia”, nuestro
referente a la hora de analizar la situación internacional, ya me quedo mucho
más tranquilo. Ya hemos tenido ejemplos muy claros de congruencia política en
los últimos años , a la hora de reaccionar ante escenarios similares, como el
que se dio en Bielorrusia en las últimas presidenciales, donde los hermanos
ideológicos de los que hoy han convertido Kiev en un campo de batalla, con
fuego real, (financiados y animados por los mismos actores políticos, por
cierto, solo que en aquella ocasión no tuvieron la osadía de aparecer
públicamente, a lo McCain, para arengar a sus muchachos para que luchen “por la
democracia hasta la victoria final”. Por suerte Bielorrusia tiene un presidente
digno y está lejos de convertirse en una triste colonia, como Ucrania),
intentaron tomar al asalto la sede del Gobierno y de la JEC.
En aquella ocasión, sí que hubo una nota de protesta…pero en la dirección
equivocada.
Seguramente esperaremos a que terminen de ejecutarse los planes
imperialistas de la Troika, de la OTAN, una vez que esté instalado un nuevo
gobierno títere en Kiev, con mayoría suficiente para aprobar leyes como la
ilegalización del Partido Comunista. Imagino que daremos tiempo a que los
“banderistas” en el gobierno conviertan el natalicio de su líder,
colaboracionista de los nazis, en fiesta nacional, se le restituya el título de
héroe nacional, -que aprobara Yúschenko en su día- y desfilen con antorchas
(como ya hicieran el 2 de enero), camino de la estatua que le erijan en el
centro de la capital, que bien pudiera sustituir a la del derribado Lenin.
Eso en el mejor de los casos. El
peor de los escenarios ya comienza a tomar forma y las palabras “guerra civil”
aparecen en la mayoría de análisis de medios rusos y ucranianos. La triada de
la muerte, de la sumisión a occidente, los Yatseniuk, Klichko, Tiagnibok, dan
la impresión de haber perdido el control sobre sus niñatos fascistas, a los que
parece que poco importa lo que estos tres negocien con un gobierno (cada vez
más débil e incapaz de imponer su legitimidad) y las concesiones o cuotas de
poder que puedan conseguir, mientras terminan de reunir a sus huestes para el
asalto final, formalizando su golpe de Estado mediante unas presidenciales
anticipadas.
La gente dispuesta a pararle los
pies al nacionalismo ultraderechista ucraniano, empieza también a organizarse.
Cientos de mineros de la cuenca del Donbass, formaron un cordón de seguridad en
torno de la sede del gobierno regional en Donetsk. Escenarios similares se
están repitiendo en numerosas ciudades. Los llamamientos que hace el PCU a
mantener la calma, no caer en provocaciones y no convertirse en carne de cañón
en las disputas por el poder entre los dos clanes oligárquicos, parecen caer en
saco roto.
Mientras, los pacíficos “eurointegristas” de Maidán están hoy mismo, 30 de
enero, haciendo un llamamiento a filas, a alistarse en la “guardia nacional”.
Creo que no hace falta ser politólogo para ver hacia donde nos lleva esto.
Hablando de politólogos, estuve oyendo esta semana, una tertulia
radiofónica en la emisora “RSN” (Servicio Ruso de Noticias), donde Anatoli
Vasserman, famoso erudito y politólogo ucraniano, afincado en Moscú y Evgueni
Fiódorov, diputado de “Rusia Unida”, debatían sobre la situación en Ucrania y
la posible evolución del conflicto. Ambos coincidían en lo fundamental y
discrepaban en hasta qué punto merece la pena luchar por las regiones de Ucrania
occidental, la Galitzia. Vasserman daba por perdidas esas regiones, mientras
que Fiódorov insistía en que no se puede abandonar a su suerte a la población
rusa que allí vive. Como exponía Fiódorov, asistimos a una nueva y decisiva
batalla de la Cuarta Guerra mundial, veinte años después de haber perdido la
Tercera. El Imperio anglosajón (EE.UU.- R.U.) y el Imperio alemán (Unión
Europea), han unido sus fuerzas y van con todo para evitar que Rusia, que está
despertando después del K.O. que recibió, pueda recomponer fuerzas y volver a
unir las ramas del tronco común del pueblo ruso (rusos, bielorrusos y
ucranianos) y plantarles cara en la escena internacional. La línea del frente
ha llegado a Kiev, la cuna misma del pueblo ruso. En esas barricadas se decide
hoy la historia de Rusia. Si Kiev cae y occidente con ayuda de los fascistas,
como siempre ha hecho, se hace con el control de la situación, terminando de
convertir a Ucrania en una triste colonia, al estilo de Polonia, Rumanía o las
repúblicas bálticas, Moscú será la siguiente parada. "Es una guerra de
exterminio, los anglosajones no hacen prisioneros", manifestaba Fiódorov.
¿Alguien puede imaginar bases de misiles estadounidenses en suelo ucraniano
o la sexta flota atracada en Sebastopol, lo que siempre ha sido base de la
armada rusa en el mar Negro? Después de ver cárceles secretas de la CIA en
exrepúblicas soviéticas, todo parece posible.
Estas son algunos de las opiniones que pueden oírse en las tertulias
políticas de los medios rusos. Si no hubiese oído el nombre y cargo de quien
estaba hablando, hubiera pensado que se trataba de algún diputado del PCFR…El
partido lleva años repitiendo que la única posibilidad de sobrevivir de Rusia
en el mundo actual, es mediante la reunificación con Ucrania y Bielorrusia,
mediante la unión de sus potenciales.
Por cierto que el hablar públicamente de la posibilidad de que Ucrania se
fracture y descomponga como el Estado que conocemos, hace ya tiempo que dejó de
ser tema tabú. Ya en el primer Maidán del 2004 se podían leer análisis al
respecto. Ahora tras los últimos acontecimientos, esa posibilidad está muy
cerca de convertirse en realidad. ¿Qué pasaría en ese supuesto? Si ese
escenario se materializa, Rusia no tendría otra salida que dar un paso al
frente y proponer la formación de un Estado unificado con esa Ucrania que no
desease vivir bajo un gobierno de corte fascista y títere del imperialismo. Las
declaraciones de algunos parlamentos regionales como el de Crimea van en ese
sentido y no son casuales. Fiódorov hablaba incluso de someter a referéndum el
nombre de ese nuevo país (salido de la unión de Rusia con las regiones del este
y sur de Ucrania), que bien pudiera ser “Rus”.
Si los “banderistas” de “Svoboda” ganan Kiev, (donde desde hace ya años,
tienen más votos que los comunistas), que más parece ya el extrarradio de la
muy fascista Lvov, cuesta poco imaginar cuáles serán las dos siguientes paradas
de ese avance hacia Moscú: en Moldavia y Bielorrusia, llevan ya años cavando
sus trincheras, para el combate final.
En Moldavia, donde desde hace 14 años el Partido Comunista es la fuerza más
votada y solo la unión de toda la oposición vendepatrias y prorrumana evita que
pueda gobernar, se deben celebrar elecciones en otoño. Y el año que viene toca
Bielorrusia, la penúltima piedra en el zapato europeo del imperialismo, durante
los últimos casi 20 años.
Cuando la quinta columna bielorrusa, con ayuda de sus hermanos
“banderistas”, y los servicios de inteligencia polacos, alemanes y suecos,
vuelva a intentar una revolución de colores, (creo que pocas dudas puede haber
al respecto), ¿volveremos a mirar para otro lado o a condenar la represión del
“gobierno dictatorial”? ¿Seguirá siendo nuestro referente político un engendro
quintacolumnista?
Me ha tocado leer estos días un panfleto que circula por algún medio
cercano al 15-M, de un supuesto sindicato de trabajadores ucraniano, maidanista
él, donde se atacaba al PCU por colaborador del gobierno represor…La
imbecilidad parece no tener fronteras, al igual que la hipocresía de nuestros
medios de manipulación.
¿Alguien puede imaginarse un escenario similar en algún país europeo, en el
que milicias paramilitares tomen ministerios y el gobierno no intentase
desalojarlos?
Sí es cierto, el PCU votó a favor del endurecimiento (mediante ese paquete
de leyes aprobados el 16 de enero y que han tenido que derogar el 28, en una
nueva bajada de pantalones del gobierno) de la ley para combatir el vandalismo.
¿Queremos acaso que quede sin castigo, sin responsabilidad penal, la
destrucción de monumentos dedicados a los héroes de la Gran Guerra Patria, de aquellos que liberaron al país de la peste
fascista, de esos mismos que intentan ahora una nueva revancha histórica,
precisamente el año que se cumple el 70 aniversario de aquella gesta?
La impunidad legal que han vuelto a conseguir los fascistas ucranianos, les
refuerza en el objetivo que sus amos de la democrática Europa les han marcado:
“luchar hasta la victoria final”.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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