La manipulación de los
precios del petróleo entre Estados Unidos y Arabia Saudita está dirigida a
desestabilizar a varios oponentes fuertes de las políticas globalistas de los
EE.UU. Los objetivos incluyen Irán y Siria, ambos aliados de Rusia en oposición
a EE.UU la única superpotencia. El principal objetivo, sin embargo, es la Rusia
de Putin, la mayor amenaza hoy en día a la hegemonía de la superpotencia.
EL GOLPE PETROLERO
Por Mike Whitney
El subterfugio árabe-estadounidense
está provocando el pánico en los mercados de valores y crediticio
"John Kerry, el secretario de Estado de los EE.UU, supuestamente llegó
a un acuerdo con el rey Abdullah en septiembre bajo el cual los saudíes venderían
el crudo por debajo del precio del mercado. Eso ayudaría a explicar por qué el
precio ha ido cayendo en un momento en que, dada la agitación en Irak y Siria causada
por Estado Islámico, normalmente estaría en aumento. (Stakes are high as US plays the oil card against Iran
and Russia, Larry Eliot, Guardian)
Los poderosos intermediarios políticos de Estados
Unidos han puesto al país en riesgo de otra crisis financiera al intensificar
su guerra económica contra Moscú y seguir adelante con su plan de "pivotear
hacia Asia".
Esto es lo que está sucediendo: Washington ha convencido a los saudíes para
que inunden el mercado con petróleo para bajar los precios, diezmar la economía
de Rusia, y reducir la resistencia de Moscú al cerco de la OTAN y la
proliferación de bases militares estadounidenses en Asia Central. El plan estadounidense-saudí
ha reducido los precios del petróleo en casi la mitad desde que alcanzaron su
máximo en junio. La fuerte caída de los precios ha hecho estallar la burbuja de
la deuda de alto rendimiento que ha incrementado la turbulencia en los mercados
crediticios mientras envía en picada los títulos accionarios internacionales. Aun
así, la agitación de los mercados y la
dispersión del contagio no han disuadido a Washington de seguir adelante con su
imprudente plan, un plan que utiliza al régimen títere de Riad para ejecutar la
guerra global de los recursos energéticos de Washington. He aquí un breve
resumen de un artículo de F. William Engdahl titulado “The Secret Stupid Saudi-US Deal on Syria”:
"Los detalles están emergiendo de un nuevo acuerdo secreto, por cierto
bastante estúpido, entre Arabia Saudita y Estados Unidos contra Siria y el
llamado Emirato Islámico. Implica el control del petróleo y gas de toda la
región y el debilitamiento de Rusia e Irán debido al sobreabastecimiento del
mercado mundial con petróleo barato por parte de Arabia Saudita. Los detalles
fueron finalizados en la reunión de septiembre por el secretario de Estado estadounidense,
John Kerry y el rey saudita...
…el reino de Arabia Saudita, ha estado inundando el mercado con petróleo
con descuentos pronunciados, provocando una guerra de precios dentro de la
OPEP... Los saudíes están dirigiendo las ventas de petróleo barato hacia Asia,
en particular, China, su principal cliente asiático, donde parece que se
encuentra ofreciendo su crudo por tan sólo $ 50 a $ 60 por barril en lugar del
precio anterior de alrededor de $ 100. Esa operación de descuento financiero
saudí a su vez tiene todas las apariencias de ser coordinada con una operación
de guerra financiera del Tesoro de EE.UU, a través de su Oficina de Terrorismo
e Inteligencia Financiera, en cooperación con un puñado de actores dentro de
Wall Street, que controlan el comercio de los derivados del petróleo. El
resultado es un pánico en el mercado que está cobrando fuerza diariamente.
China está muy feliz de comprar el petróleo barato, pero sus aliados cercanos,
Rusia e Irán, están siendo golpeados severamente...
Según Rashid Abanmy, Presidente de las Políticas Petroleras de Arabia
Saudita y del Centro de Expectativas Estratégicas con sede en Riad, el colapso
espectacular de los precios está siendo causado deliberadamente por los
saudíes, el mayor productor de la OPEP. La razón pública aducida es ganar
nuevos mercados en un mercado global donde la demanda de petróleo se ha
debilitado. La verdadera razón, según Abanmy, es presionar a Irán sobre su
programa nuclear, y en el caso de Rusia para poner fin a su apoyo a Bashar
al-Assad en Siria....Más del 50% de los ingresos del Estado ruso provienen de
sus exportaciones de petróleo y gas. La manipulación de los precios del
petróleo entre Estados Unidos y Arabia Saudita está dirigida a desestabilizar a
varios oponentes fuertes de las políticas globalistas de los EE.UU. Los
objetivos incluyen Irán y Siria, ambos aliados de Rusia en oposición a EE.UU la
única superpotencia. El principal objetivo, sin embargo, es la Rusia de Putin,
la mayor amenaza hoy en día a la hegemonía de la superpotencia. (The Secret Stupid Saudi-US Deal on Syria,
F. William Engdahl, BFP)
Los EE.UU deben alcanzar sus objetivos en Asia Central o perder su posición
como la única superpotencia del mundo. Es por esto que los políticos estadounidenses
se han embarcado en una aventura tan arriesgada. Simplemente no hay otra manera
de sostener el statu quo que permite a los EE.UU imponer su propio sistema coercitivo
del dólar en el mundo, un sistema en el que los Estados Unidos intercambia papel
moneda producido a voluntad por el Banco Central, por valiosas materias primas,
productos manufacturados y el trabajo forzado. Washington está dispuesto a
defender este sistema extorsionista de reciclaje de petrodólares hasta el
final, incluso si esto significa la guerra nuclear.
Como el sobreabastecimiento del
mercado le suma a la inestabilidad
Los destructivos y desestabilizadores efectos colaterales de este plan
lunático son visibles en todas partes. El desplome de los precios del petróleo está
haciendo que sea más difícil para las compañías energéticas obtener la
financiación que necesitan para refinanciar su deuda o mantener las operaciones
actuales. Las empresas piden prestado en base al tamaño de sus reservas, pero
cuando los precios caen casi un 50 por ciento, como lo han hecho en los últimos
seis meses, el valor de esas reservas cae bruscamente lo que corta el acceso al
mercado dejando a los Directores Ejecutivos con la sombría perspectiva ya sea
de vender los activos a precios de liquidación o enfrentar el default. Si el
problema pudiera ser contenido dentro del sector, no habría ninguna razón para
preocuparse. Pero lo que preocupa a Wall Street es que un aumento en las quiebras
de las compañías energéticas podría propagarse en el sistema financiero y golpear
a los bancos. A pesar de los seis años de tasas cero y flexibilización
monetaria, los bancos más grandes del país continúan estando peligrosamente
descapitalizados, lo que significa que una ola de quiebras inesperadas podría
ser todo lo que se necesita para colapsar las instituciones más débiles e
inclinar el sistema de nuevo a una crisis. He aquí un extracto de un artículo
publicado en Automatic Earth titulado, “Will Oil Kill the Zombies?”:
"Si los precios continúan descendiendo aún más, al parecer la mayoría
de todo el edificio del esquisto forzosamente se derrumbará. Y eso va a causar
un tremendo movimiento telúrico en el mundo financiero, porque alguien ha suministrado
los préstamos en los que todo el asunto se apoya. Una enorme cantidad de inversionistas
han estado persiguiendo un alto rendimiento, incluyendo muchos inversionistas
institucionales, y están a punto de ser arruinados.... Si los precios del
petróleo siguen comportándose de la manera que lo han hecho últimamente, la
Reserva Federal tendría en su lugar que pensar a cerca de rescatar una vez más a los grandes bancos
de Wall Street”. (Will Oil Kill the Zombies? Raúl Ilargi
Meijer, Automatic Earth)
El problema con la caída de los precios del petróleo no es solo el aumento
de la deflación o la caída de los beneficios; es el hecho de que cada aspecto
de la industria -la exploración, desarrollo y producción- está apoyada en una
montaña de números rojos (bonos basura). Cuando esa deuda ya no se puede
reparar o aumentar, entonces los prestamistas primarios (contrapartes e
instituciones financieras) sostienen fuertes pérdidas con efecto dominó que se
propaga a través de todo el sistema. Echen un vistazo a esto de Marketwatch:
"No hay ‘ninguna duda’ de que para las compañías energéticas con un
perfil de deuda más riesgoso el mercado de deuda de alto rendimiento "está
esencialmente cerrado en este momento", y hay señales de que más tormentos
podrían golpear el sector", el experto estratega en renta fija del US Bank
Wealth Management, Dan Heckman dijo a Marketwatch. "Estamos llegando al
punto en que esto se está volviendo muy preocupante". (Marketwatch)
Cuando las empresas energéticas pierden el acceso al mercado y no son
capaces de pedir prestado a tasas bajas, es sólo cuestión de tiempo antes de que
empiecen a tambalear en camino a la extinción.
El viernes, la Agencia Internacional de Energía (AIE) renovó la presión
sobre los precios mediante la reducción de su cálculo para la demanda global de
petróleo en 2015. El anuncio inmediatamente envió las acciones en picada. El Promedio
Industrial Dow Jones (DJIA, por sus siglas en inglés) perdió 315 puntos al
final del día, mientras que, según Bloomberg, más de "$ 1 billón fueron borrados
del valor de los títulos accionarios globales durante la semana".
El mundo está inundado de petróleo barato que está causando estragos a los
productores domésticos de esquisto que necesitan precios de alrededor de $ 70 por
barril como punto de equilibrio. Con el West Texas Intermediate (WTI), actualmente
dirigiéndose a los 60 dólares -y sin señales de estabilización a la vista- estos
productores más pequeños seguramente serán golpeados severamente. Los fondos de
pensiones, capital privado, bancos y otros inversionistas que apostaron en
estos riesgosos bonos basura relacionados con los energéticos serán severamente castigados en los próximos
meses.
Los problemas en el área del petróleo se atribuyen principalmente a las políticas
de dinero fácil de la Reserva Federal. Al caer las tasas a cero e inundar los mercados
con liquidez, la Reserva Federal hizo posible que cada Tom, Dick y Harry
pidieran prestado en el mercado de bonos, independientemente de la calidad de
la deuda. Nadie imaginó que colapsaría dejando a todo un sector a la buena de dios.
Todo el mundo pensaba que la
todopoderosa Reserva Federal podría corregir el problema poniendo la
maquinita a funcionar. Después del baño de sangre de la semana pasada, sin
embargo, no están tan confiados. He aquí cómo Bloomberg lo resume:
"El peligro de las burbujas inducidas mediante estímulos está
empezando a manifestarse en el mercado
de la deuda de las compañías energéticas....Desde principios del 2010, los
productores de energéticos han acumulado $ 550 mil millones en nuevos bonos y
préstamos en momentos que la Reserva
Federal mantenía los costos de endeudamiento cerca de cero, de acuerdo con
Deutsche Bank AG. Con los precios del petróleo en picada, los inversionistas
están cuestionando la capacidad de algunos emisores para cumplir con sus
obligaciones de deuda...
La decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés de
referencia en mínimos históricos durante seis años ha animado a los inversores
a canalizar dinero en títulos especulativos para generar rendimientos, aumentado
la preocupación de que los riesgos fueron pasados por alto. Un informe de Moody's
Investors Service esta semana, encontró que las protecciones de los inversores
en la deuda corporativa se encuentran en su punto más bajo, mientras que los
rendimientos promedios de los bonos basura fueron recientemente más bajos de lo
que las empresas de inversión de bonos de alta calidad estaban pagando antes de
la crisis crediticia”. (Fed Bubble Bursts in $550 Billion of Energy Debt:
Credit Markets, Bloomberg)
El papel de la Reserva Federal en esta debacle no puede ser más claro. Los
inversionistas acumularon en estos dudosos instrumentos de deuda porque
pensaban que contaban con el respaldo de Bernanke que intervendría a la primera señal de
problemas. Ahora que la burbuja ha estallado y las pérdidas se están
acumulando, la Reserva Federal no está por ningún lado.
En la última semana, la caída de los precios del petróleo ha comenzado a afectar
a los mercados crediticios, donde los inversionistas están desechando la deuda
en todo aquello que se considere en absoluto inestable. Los signos de contagio
ya son evidentes y es probable que empeore. Los inversionistas temen que si no pulsan
el botón de "venta" ahora, no van a ser capaces de encontrar un
comprador posteriormente. En otras palabras, la liquidez se está secando
rápidamente lo que está acelerando el ritmo del descenso. Naturalmente, esto ha
afectado a los bonos del Tesoro de los EE.UU que todavía son vistos como
"libres de riesgo". A medida que los inversores cada vez más
adquieren bonos del Tesoro, los rendimientos a largo plazo han sido golpeados
con dureza. Empezando el viernes, el bono a 10 años del Tesoro registró un
minúsculo 2.08 por ciento, el tipo de lectura que uno esperaría en el medio de
una depresión.
La insurgencia liderada por Arabia Saudita ha invertido la dirección del
mercado, ha puesto en picada el mercado global de valores y provocado el pánico
en los mercados del crédito. Y mientras que el sistema financiero cada día se
aproxima más al borde de una crisis total, las autoridades de Washington han
mantenido un absoluto silencio sobre el tema, sin pronunciar tanto como un pío
de protesta por una política de Arabia Saudita que sólo puede ser descrita como
un acto deliberado de terrorismo financiero.
¿Por qué está sucediendo eso? ¿Por qué Obama y Co. han mantenido la boca
cerrada mientras que los precios del petróleo se han desplomado, las industrias
domesticas han sido demolidas, y las acciones se han derrumbado? ¿Podría ser
que en realidad están en connivencia con los saudíes y que todo es un gran
juego diseñado para aniquilar a los enemigos del glorioso Nuevo Orden Mundial?
Ciertamente se ve de esa manera.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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