Si
una de las economías más fuertes del mundo, con altos estándares de vida, con
miles de millones de dólares generados por sus enormes recursos naturales,
ocupando los mayores volúmenes de operaciones en las bolsas del mundo -tal es
así que cualquier amenaza noruega de retirar sus posiciones en la bolsa europea
podría llegar a hundir los mercados nuevamente-, no puede garantizar el empleo
a sus trabajadores, entonces no parece ser el modelo a seguir dentro del capitalismo.
LOS MITOS DEL "MILAGRO SOCIALISTA"
NORUEGO
Por Ariel Zunino. La Izquierda
Diario
“He descubierto que las raíces de nuestra vida moral están completamente
podridas, que la base de nuestra sociedad está corrompida por la mentira”,
escribía el noruego Henrik Ibsen en Un enemigo del pueblo.
Quizás
viendo un mundo que se empezaba a construir con norte en la riqueza de pocos y
en base a la explotación de otros; países que aparecen como imperios
construidos en base al esfuerzo nacional, pero que en realidad sus cimientos
están socavadas en la rapiña de naciones más débiles y menos dotadas de recursos.
Noruega suele ser llamada “el ultimo socialismo del siglo XXI”,
con un ingreso promedio de 57.300 dólares anuales por habitante, educación
pública y bilingüe, uno de los impuestos a la renta más altos, una fuerte
presencia del estado que garantizan seguridad social para sus habitantes y uno
de los estándares de vida más altos del mundo, la ubican en el imaginario
social, como un modelo al cual todos los países podrían aspirar sin la
necesidad de cambiar el sistema político por uno más justo.
Hasta 1969, cuando se realizó el primer hallazgo de una gran reserva de
petróleo en el mar del norte, Noruega vivía de la pesca y de una incipiente
producción agropecuaria. Con un clima favorable para la producción agrícola, el
problema que se le presentaba era la poca extensión de tierra y un clima duro
que no permitía que se poblara la totalidad su territorio. Fue en ese año
cuando los noruegos vieron que sus mares, ricos en fauna, les podían proveer
del oro negro que había vuelto ricas a otras naciones.
Conocedores de que los precios del petróleo fluctuaban, en 1990 el gobierno
decidió crear el Goberment Pension Found para contrarrestar las fluctuaciones
futuras del precio del crudo; en realidad no es un fondo de pensiones, ya que
sus ingresos no derivan del salario de los trabajadores, sino que recauda sus
ingresos del excedente generado por permisos de explotación, impuestos al
petróleo y dividendos por la participación del estado en la petrolera nacional
STATOIL.
Statoil, la petrolera off shore más grande del
mundo
La compañía noruega de petróleo Statoil, establecida en 1972, es la mayor
compañía de su país. Mientras que figura listada en la Bolsa de Valores de
Nueva York, el estado noruego aún mantiene la mayor parte de su propiedad, lo
que hace que pueda controlar sus operaciones alrededor del mundo.
Es la compañía con mayor cantidad de operaciones off shore del mundo, en
febrero de este año compro el 11.93 % de la petrolera sueca Lundin Petroleum
por 497 millones de Euros. Está presente en más de treinta países en el mundo y
sus principales operaciones en América son en Brasil, en donde tiene el 60 % de
participación en la cuenca de Campos y participa en un 50 % en los trabajos de
exploración en Sao Bernardo, en la cuenca de espíritu Santo.
En Venezuela tiene el 9% de participación del proyecto de extracción de
crudo extra pesado en la franja del Orinoco. Está intentando obtener los
permisos para explotar los pozos petroleros en Anaran (Irán), en donde el costo
de extracción por barril es de menos de un dólar.
La ilusión del modelo noruego
El fondo Noruego del petróleo (como se lo conoce coloquialmente), es el
mayor fondo soberano del mundo. Con un valor estimado de 850.000 millones de
dólares, invierte su mayoría en la bolsa, operando con un volumen que sostiene
el 1,05 % de los mercados bursátiles del mundo y el 2,15 % de las reservas
europeas, es decir que es el mayor propietario de valores en Europa (Dr. Javier
Santiso, “Fondos soberanos”, 2012).
Gestionado por el Norges Bank Investment Management, y amparado en su
increíble volumen de operaciones, durante la crisis del 2008, mientras las
bolsas europeas sufrían increíbles caídas y los trabajadores de países como
España, Grecia, Irlanda, Italia y Reino Unido perdían sus viviendas y sus
empleos, el fondo noruego aprobó aumentar sus posiciones bursátiles de un 40 %
a un 60 %. Las economías de los países más afectados por la crisis le
presentaban una oportunidad única, acciones de empresas y deuda soberana en sus
niveles más bajos, mercados inmobiliarios derruidos con gente desalojada de sus
viviendas y bancos con grandes deudas, hacían las delicias de un fondo
millonario que quería comprar bajo y vender alto.
Esta crisis, le permitió invertir 7.000 millones de euros en la bolsa
española, aumentando durante el 2015 un 8,15 % su posición en este mercado y
adquirir 9.412 millones de euros en bonos soberanos británicos. Es decir,
hacerse acreedor de la masiva deuda externa de los países que se vieron más
afectados por el derrumbe, deuda que no pesa sobre los gobiernos o sobre las
grandes empresas, sino que pesan sobre la clase trabajadora de esos países.
No es difícil entender por qué Noruega presenta tan ventajosas condiciones
para sus habitantes, grandes recursos naturales que representan miles de
millones de dólares reinvertidos en las bolsas del mundo, una población de poco
más de cinco millones de personas y una política de expansión económica a
fuerza de dólares provenientes de la renta, hacen bastante simple a la
ecuación.
A pesar de sus millones, Noruega se está viendo afectada por la caída del
precio del petróleo y por el sacudón mundial que ocasiono el Brexit. El fondo
noruego había invertido en deuda soberana británica 9.412 millones de euros y
un 1 % en el mercado inmobiliario del Reino Unido, tiene una participación del
8,9 % de Great Portland Estates que es dueña de 3.700 millones de libras del
desarrollo inmobiliario Ingles. La caída de la bolsa y en especial la
incertidumbre que generó en el mercado inmobiliario, hicieron que en 2016 por
primera vez en su historia y durante dos trimestres consecutivos, Noruega haya
tenido que retirar dividendos del fondo para cubrir el déficit fiscal.
Todo este blindaje y aparente estado benefactor, muestra su verdadera cara,
cuando ante el primer síntoma de recesión, la petrolera Statoil despidió a
20.000 empleados en todo el mundo. Al parecer el fondo que prometía cuidar a
sus ciudadanos ante una fluctuación de los precios del petróleo, operó más
preocupado por mantener márgenes altos e índices positivos.
Si una de las economías más fuertes del mundo, con altos estándares de
vida, con miles de millones de dólares generados por sus enormes recursos
naturales, ocupando los mayores volúmenes de operaciones en las bolsas del
mundo -tal es así que cualquier amenaza noruega de retirar sus posiciones en la
bolsa europea podría llegar a hundir los mercados nuevamente-, no puede
garantizar el empleo a sus trabajadores, entonces no parece ser el modelo a
seguir dentro del capitalismo.
De acuerdo al periodista Helge Hiram Jensen:
“La única razón por la cual Noruega puede sostener su sistema, es que su
micro Estado es dueño (o es adueñado por) una empresa de petróleo que lucra con
el calentamiento global, y que opera en el mercado como cualquier empresa
transnacional. La única razón por la cual Noruega puede controlar sus
yacimientos petrolíferos es porque se alinea con EE.UU., incluso contribuyendo
a guerras neo-coloniales en Afganistán o Libia.
Tal es así que en 2011 Noruega se unió a EE.UU.,
Reino Unido y Francia en la operación Freedom Falcon, bombardeando al pueblo
libio”.
Estas economías que se pretenden proteccionistas, no son más que
semi-periferias que tomando ventaja del sistema colonial, con un aparente
cuidado de los suyos, explotan y rapiñan al resto de las naciones. Los
increíbles volúmenes con los que opera su petrolera, socavan las soberanías de
las naciones que tienen petróleo para abastecer las arcas del mayor fondo
europeo que con un solo movimiento puede hundir nuevamente los mercados y
arrastrar más trabajadores a la miseria.
Estos fondos son ahora los nuevos acreedores de las deudas que trabajadores
británicos y españoles deberán pasar años pagando con sus salarios, las nuevas
escuelas noruegas y los nuevos paraísos turísticos del norte se pueden medir
con el sudor de los explotados a los que les toco estar del otro lado de la
crisis, y todavía no es suficiente para garantizarle el empleo a los noruegos.
Todo esto nos plantea una pregunta: si en países ricos, que basan su
subsistencia en la expoliación y el drenaje de plusvalía repatriando las
remesas de utilidades de las empresas con capital noruego que están en otros
países, no es posible garantizar el empleo a la totalidad de sus habitantes, y
aun así debe basar su subsistencia en la explotación de otras naciones. ¿Cómo pueden
sobrevivir, entonces, las demás naciones que quedan subordinadas y sin
recursos?
La respuesta es que no hay un capitalismo bueno ni eficiente, un sistema
que basa su misma existencia en la explotación del hombre para generar
riquezas, no puede garantizar la subsistencia del género humano, y lo que se
nos presenta como casos testigos de que se puede modificar el sistema sin
arrancarlo de cuajo e imponer uno más justo, son apenas ilusiones, que miradas
de cerca, terminan develando como el más fuerte sobrevive con la sangre del más
débil, por ejemplo: el “milagro”noruego.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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