Quebrados,
desencantados y rotos, pero sobre todo enormemente disgustados porque don Lucas
del Cigarral (Guaidó) zafó bulto y les dijo que miraran como salían del asunto,
porque al final, él ni los conocía.
ENTRE BOBOS ANDA EL
JUEGO:
GUAIDÓ Y SUS CHICOS
MALOS SON UN FRACASO
Por Luciano Castro Barillas
Este ridículo personaje venezolano, propio de
la comedia
del figurón del Siglo de Oro de las letras españolas, lo embobaron los
halagos de los distintos presidentes europeos y latinoamericanos de derecha que
le rendían pleitesía, por órdenes gringas, dándole la bienvenida con el
protocolo debido en diversas capitales occidentales al nombre de: SEÑOR
PRESIDENTE. Y realmente se lo llegó a creer, aunque inicialmente no era más que
una burda maniobra política y un juego de los extremistas de la derecha
parlamentaria.
De pocos sesos el hombre, pero de gran picardía
y maña, dio por torpedear los ingentes esfuerzos de las autoridades venezolanas
para sacar adelante a los 30 millones de ciudadanos que no pocas penas han
pasado. Se confabuló a los pocos días descaradamente con los yanquis y los
rasgos negativos de su personalidad, como don Lucas del Cigarral, afloraron
espontáneos y nada sorprendentes: fealdad, avaricia, necedad, orgullo; pero
sobre todo, tontera. Y hoy, ya muy cerca del bote donde indudablemente pasará
varios años y a su vez bien debilitada su aparente invulnerabilidad pues los gringos
le dijeron que contra ellos nadie puede, pasó este negro renegado, de la
euforia a la depresión.
Los gringos ya no le confían nada porque todos
sus compinches, empezando por El Chucky Iván Duque, varios paramilitares cuyos ideólogos siguen siendo Castaño y Uribe, unos narcotraficantes y unos gringos que
han visto mucha tele de superhéroes y ahora metidos a la politiquería, los
capturaron en las costas pedregosas de Venezuela, porque, navegando en
costanera para no perderse en alta mar pues las brújulas que llevaban no
marcaban bien el norte magnético, resulta que la propela de los motores fuera
de borda empujaba las lanchas en retroceso y por eso fueron a encallar en esos
pedreros. De veras, que Entre bobos anda el juego.
Hicieron la tirazón a tontas y locas y al
advertir que les disparaba los soldados venezolanos con ametralladoras 60 y 50,
verdaderamente, la vieron muy fea y cayeron en la cuenta que no es lo mismo ver
al Soldado Rayan en la tele que oír los trancazos de verdad en esta tierra de
Chávez y Padrino. Se rindieron y en calzones y sin zapatos se los llevaron muy
amablemente a interrogarlos hasta sentir los ojos como huevos estrellados por
días y días de no dejarlos dormir por tanto entrevista para ver en qué punto de
su humanidad tenían el cerebro. Quebrados, desencantados y rotos, pero sobre
todo enormemente disgustados porque don Lucas del Cigarral (Guaidó) zafó bulto
y les dijo que miraran como salían del asunto, porque al final, él ni los
conocía.
De los 200 mil dólares ofrecidos no pudieron cobrar
ni uno solo y más bien salieron perdiendo porque los gastos iniciales los hizo
su jefe de Silver Corporation con dinero propio y volvieron a abrir los ojos
con gran esfuerzo de tanto no dormir y volvieron a concluir: ¡Entre bobos anda el juego! En fin, con
este ameno y divertido relatar, espere la segunda entrega que se llamará: TRUMP
JUGANDO CON FUEGO.
Publicado por La Cuna del Sol
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