sábado, 29 de agosto de 2020

¿Cuál fin de las ideologías? Felipe Alejos, el rey de la corrupción en Guatemala, quiere echar del país a los médicos cubanos

El infame intento de defenestrar a los médicos cubanos tras de 20 años de bien servir a los guatemaltecos no es más que una burda maniobra de tinte ideológico por parte de ciertos políticos reaccionarios para quienes la ayuda médica que Cuba presta a Guatemala constituye una manera de financiar al régimen comunista cubano.

  

¿CUÁL FIN DE LAS IDEOLOGÍAS?
FELIPE ALEJOS, EL REY DE LA CORRUPCIÓN EN GUATEMALA,
QUIERE ECHAR DEL PAÍS A LOS MÉDICOS CUBANOS


Por Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol

Convengamos, estimados lectores, que el diputado Felipe Alejos, alias  Felipao, es actualmente El Rey de la Corrupción de Guatemala. Accedió al trono luego de desbancar a grandes joyas de las mañas nacionales como Gustavo Alejos, Roxana Baldetti, Otto Pérez Molina, y otras y otros, grandes virtuosos y prestidigitadores con el dinero ajeno que han sido capaces de dejar las arcas del Estado limpias, pulidas y brillantes, sin dejar huellas dactilares que los incriminen a la hora que los peritos de la persecución penal quieran imputarles alguna cosilla por allí. En las portezuelas de las cajas fuertes solo se ven grandes arañazos, repito, pero no huellas digitales, por lo que los investigadores del crimen asumen que son ladrones medio patosos, pues se ve que tienen gran desesperación e impericia para abrir esas cajas de seguridad.

Felipe Alejos ha sido consagrado en los últimos días como el sujeto más infame de la vida nacional y dada la lacia esplendidez de su cabello, no les ha bastado con llamarle solo Felipao, si no le han endilgado otro remoquete: Lamida de Vaca Alejos, apodo que según los que están cerca de él lo saca de onda y se torna ofensivo, exigente y chantajista, no por gusto el consorte del presidente, Miguel Martínez, cansado de que esté jode que jode a su bella Dulcinea, se le lanzó literalmente al cuello, al pescuezo, con el ánimo de ahorcarlo, quejándose que mucho fastidia a Su Doña y no hizo otra cosa que salir en su defensa, actuando según dice él, como puro macho alfa.

No se pudo llegar a ningún bussines en el club de oficiales de la Guardia Presidencial y los vasos solo se quedaron con la soda y los cubitos de hielo porque tuvieron pena los oficiales administradores del club que ya con sus tragos, ahora sí, iban darse tremenda revolcada los enemistados. El encuentro terminó casi sin empezar, pero las verdaderas razones no eran otras que a Giammattei lo tiene cansado, agotado, otros chantajes de Felipao.  Quiere el diputado granuja del partiducho TODOS (los cucuruchos de la política, por el color morado de ese partido y que nada tiene que ver con las hermandades católicas de la Semana Santa) que se dé pro abrogado el convenio que se tiene entre los dos gobiernos, el cubano y el guatemalteco, que hace posible la presencia en el país de casi 500 brigadistas médicos cubanos, en su gran mayoría especialistas, cuyo trabajo, da la casualidad, es altamente valorado por el pueblo humilde de Guatemala.

Nadie ignora que los médicos especialistas cubanos cogen el camino de las aldeas más recónditas del país para atender a ciudadanos que nunca han conocido un médico. Allí están sirviendo con profundos ideales sociales, humanitarios, los médicos y médicas cubanas, ya que sucede todo lo contrario con los médicos nacionales, muy señoritos. Caros en sus servicios profesionales, solo les gusta vivir en las ciudades y se gastan una displicencia con las personas humildes imaginándose que han tocado el cielo por su condición de médicos. Un grueso número de estos médicos inconscientes y clasistas son graduados de la universidad nacional, la San Carlos, sin saber que la oportunidad de estudio que gozaron son resultado del aporte tributario de millones de guatemaltecos, ese 85% de pobres, que conforman el grueso de la población de Guatemala.

El infame intento de defenestrar a los médicos cubanos tras de 20 años de bien servir a los guatemaltecos se quedó en intento porque aldeas, pueblos y alcaldes se han movilizado en contra de este diputado, El Lamida de Vaca de Alejos, para decirle ¡NO!

¿Y cuál es la razón de la barrabasada del diputaducho? Pues sencillamente una: ODIO IDEOLÓGICO. Afirma este descerebrado que con el sueldo de los médicos cubanos se está financiando al régimen comunista de Cuba y que los cubanos le están quitando el empleo a los guatemaltecos (¿no le parece que es el obsceno pensamiento de Donald Trump?). Un médico cubano gana en Guatemala la estratosférica suma de 7 mil quetzales, contra los 12 mil que gana un médico guatemalteco. Lo que verdaderamente teme este reaccionario recalcitrante no es otra cosa: EL PRESTIGIO Y APRECIO QUE HA CRECIDO ENTRE LOS GUATEMALTECOS HUMILDES A LA REVOLUCIÓN CUBANA. Son los hechos Felipao, son las acciones Lamida de Vaca, porque el dictum de la verdad dice que hacer es la mejor manera de decir. Los cubanos no adoctrinan a nadie. El pueblo se adoctrina solo.




Publicado por La Cuna del Sol

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