lunes, 5 de julio de 2021

La incautación de sitios web por parte de Estados Unidos y el orden "basado en reglas

Las reglas son por definición cosas que se aplican universalmente, por lo que es difícil convencer al mundo de que las respete si uno las viola.

 

LO QUE NOS DICE LA INCAUTACIÓN DE SITIOS WEB
POR PARTE DE ESTADOS UNIDOS SOBRE
EL ORDEN “BASADO EN REGLAS”



Robert Wright and Connor Echols
Responsible Statecraft

Hace unos días, Peter Beinart, escribiendo en el New York Times, criticó con dureza uno de los términos favoritos del Blob: el "orden basado en reglas" o “rules-based order”. El gobierno de Biden invoca con frecuencia el término, por lo regular en referencia a la amenaza que supuestamente supone China para ese orden. El problema, señala Beinart, es que nadie se molesta en explicar qué reglas constituyen dicho orden, qué reglas supuestamente cumple Estados Unidos mientras sus adversarios las violan. "En vista que el 'orden basado en reglas' nunca ha sido definido adecuadamente, la pretensión estadounidense de mantener ese orden nunca ha podido ser refutada", escribe Beinart.

Esta suerte de escepticismo sobre la acostumbrada retórica del "orden basado en reglas" ha ido creciendo últimamente, y eso es un avance bienvenido en el discurso de la política exterior, tal vez incluso una señal de que los días de hegemonía del Blob están contados. La tendencia se remonta a la administración de Trump, cuando los observadores señalaban que algunos de los miembros del Blob que más se quejaban sobre el fracaso de Trump en defender el "orden basado en reglas" habían defendido cosas como invadir y bombardear países en violación del derecho internacional. Cuando Biden asumió el cargo, y conformó su equipo de política exterior con exactamente este tipo de gruñones  del orden basado en reglas, fue una invitación abierta para que Beinart y otros críticos del Blob aumentaran la intensidad de su crítica.

Y, sin embargo, ¡se necesita mucha más presión! El miembro promedio del establishment de la política exterior, por no hablar del votante promedio estadounidense, no tiene ni idea de lo hipócritas que resultan en el extranjero los sermones de Estados Unidos sobre el cumplimiento de las reglas. Resulta que el mismo día en que se publicó el artículo de Beinart, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que había inhabilitado 36 sitios web relacionados con Irán, en ese momento se daba una lección autentica de esta hipocresía. Echemos un vistazo a este ejercicio de aplicación de las reglas estadounidenses y tratemos de imaginar cómo podría verse desde otras perspectivas distintas a la de Estados Unidos. Tres tipos de reglas, en particular, están implicadas en el desmantelamiento de sitios web por parte del Departamento de Justicia:   

1. Reglas contra la interferencia electoral. Como señala Joshua Keating en Slate, la base legal para incautar 30 de esos sitios web fue una orden ejecutiva de la era Trump que autoriza sanciones contra actores extranjeros que hayan interferido en las elecciones estadounidenses. Entonces, ¿una de las reglas del "orden basado en reglas" es que influir en una elección foránea -con propaganda, desinformación, lo que sea- está prohibido? Si es así, Estados Unidos se merece una reprimenda. El politólogo Lindsey O'Rourke escribe en su libro Covert Regime Change (Cambio de régimen encubierto): "A lo largo de la Guerra Fría, Estados Unidos trató recurrentemente de influir en elecciones foráneas  proporcionando de forma encubierta financiación, asistencia de asesoramiento y propaganda para ayudar a sus candidatos preferidos a ganar sus elecciones... En total, los partidos apoyados por Estados Unidos ganaron sus elecciones en doce de las dieciséis campañas encubiertas".

Y, por supuesto, si el candidato "equivocado" gana unas elecciones, Estados Unidos siempre puede intervenir a posteriori. Como cuando ayudó a deponer al líder electo de Irán en 1953, sustituyéndolo por un brutal dictador que gobernó hasta la revolución iraní de 1979, que dio paso a un régimen islamista que, como no es de extrañar, ha podido sacar provecho político de la retórica antiamericana desde entonces. Tampoco es de extrañar que este régimen se sienta justificado para utilizar sus sitios web para influir -incluso "interferir"- en las elecciones estadounidenses.

Durante el gobierno de Obama, el propio Biden apoyó algo que se parecía, en cierto modo, a un golpe de estado contra un líder elegido democráticamente. Funcionarios estadounidenses fueron a Ucrania, incitaron a los manifestantes que querían derrocar a su presidente prorruso y, mientras tanto, maniobraron entre bastidores para seleccionar un nuevo jefe de gobierno, que tomó las riendas después de que el presidente elegido del país, con opositores armados rondando por las calles, huyera del país para asegurar su supervivencia. Al parecer, el equipo de política exterior de Biden (que incluye, en particular, a la subsecretaria de Estado Victoria Nuland, que tuvo una participación predominante en el asunto de Ucrania) no considera que deponer a los presidentes elegidos sea un ataque tan grave a la democracia como difundir propaganda durante unas elecciones.

2. Reglas contra el terrorismo. Tres de los sitios web fueron desmantelados por pertenecer a Kata'ib Hezbollah, un grupo respaldado por Irán que en 2009 fue considerado Organización Terrorista Extranjera por el Departamento de Estado.

¿Por qué la designación de terrorista? Porque la milicia Katai'ib Hezbollah formaba parte de la insurgencia iraquí y mató a tropas estadounidenses. Por supuesto, las tropas estaban allí porque Estados Unidos había violado la madre de todas las reglas: la de no atacar a países que no te han atacado, la regla sobre la que, más que ninguna otra, se fundaron las Naciones Unidas. Pero dejemos de lado este hecho y analicemos por qué Irán puede considerar irónico que Estados Unidos considere terroristas a los letales insurgentes.

¿Acaso Estados Unidos, durante la administración Obama, no armó a los insurgentes en Siria que mataron a mucha gente, incluyendo, sin duda, a civiles? ¿Y muy posiblemente incluyendo tropas iraníes (que, a diferencia de las tropas estadounidenses en Irak, estaban en Siria a instancias del gobierno, un hecho que, por muy brutal que sea el régimen sirio, constituye una gran diferencia según el derecho internacional)?

Además: Cuando Israel organiza el asesinato de científicos nucleares iraníes, ¿no es eso una especie de terrorismo? Entonces, ¿no debería Estados Unidos sancionar a Israel -o, al menos, señalar que no aprueba tales actos terroristas, sólo para aclarar que su amplia colaboración con Israel en las medidas en contra de Irán no significa que apoye la violación de las reglas?

Oh, ¡un momento! Eso sería embarazoso, ya que su colaboración con Israel en las medidas antiraníes  significa que apoya la violación de las reglas. Durante el gobierno de Obama, Estados Unidos e Israel lanzaron juntos un ciberataque que hizo que las centrifugadoras iraníes giraran fuera de control, lo que presumiblemente viola alguna regla. (A menos que EE.UU quiera declarar que está bien si Irán lanza un ciberataque que hace que las centrifugadoras de EE.UU giren fuera de control).

Y una pregunta técnica: Cuando en enero de 2020 Estados Unidos asesinó al líder militar más importante de Irán, ¿fue terrorismo o fue más bien un acto de guerra? En cualquier caso, dado que no tenía ninguna justificación plausible según el derecho internacional, ¿no debería el candidato presidencial Biden haber hecho algo más que preocuparse de que el asesinato conduciría a una "escalada"? ¿No debería haber dicho que eso amenaza el "orden basado en reglas"?

3. Supresión de la libertad de expresión. La cuestión de si la libertad de expresión es una de las "reglas" del "orden basado en reglas" destapa una caja de pandora -cuestiones sobre si con el "orden basado en reglas" uno se refiere al "orden internacional liberal" y, si es así, qué significado específico de "orden internacional liberal" se tiene en mente. Pero para los fines actuales es suficiente decir que los miembros del equipo de Biden se han quejado de la censura en lugares como Rusia y China.

Así que vale la pena preguntarse: ¿Qué credibilidad se le puede atribuir a estos sermones cuando desmantelamos un montón de sitios web de origen extranjero por su contenido? Keating, en Slate, hace un buen trabajo al evaluar esta cuestión. Tras reconocer que algunos de estos sitios web transmitían desinformación y hacían otras cosas objetables, concluye: "La desinformación y la interferencia electoral son problemas graves, pero un mundo en el que todos los gobiernos se reservan el derecho a controlar estrictamente la información que puede llegar a sus ciudadanos desde fuera de sus fronteras es exactamente el tipo de mundo que gobiernos como Rusia, China e Irán quieren crear".

Obsérvese el supuesto oculto de Keating: que promulgar efectivamente las reglas internacionales significa acatarlas. Las reglas, después de todo, son por definición cosas que se aplican universalmente, por lo que es difícil convencer al mundo de que las respete si uno las viola. En otras palabras: Keating se toma en serio la palabra "reglas". Ninguna figura de alto nivel del equipo de política exterior de Biden -desde luego, ni el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan ni el secretario de Estado Antony Blinken, a quienes les encanta hablar con entusiasmo sobre el "orden basado en reglas"- ha mostrado ninguna inclinación a hacerlo.




Publicado por La Cuna del Sol

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