La Federación Alemana de Fútbol (en aleman: Deutscher Fußball-Bund, DFB) politizó a la selección nacional. Y en la política y en la cancha les fue muy mal en Qatar. Cosa merecida en ambos casos.
LA DERROTA POLÍTICA Y
FUTBOLÍSTICA DE
ALEMANIA EN QATAR
Franco Vielma
Misión Verdad
La Federación Alemana de Fútbol (en aleman: Deutscher Fußball-Bund,
DFB) politizó a la selección nacional. Y en la política y en la
cancha les fue muy mal en Qatar. Cosa merecida en ambos casos.
La memorable foto de la selección tapándose la boca antes de jugar su 1er
partido en la Copa obedeció a una protesta de los jugadores ante la
FIFA. Antes del mundial, Alemania y otras seis selecciones
anunciaron que lucirían el brazalete OneLove durante sus
partidos en Qatar 2022 para "denunciar la homofobia que se vive y defiende
el régimen catarí".
Ante la posibilidad de que varias selecciones expusiesen públicamente su
"activismo", la FIFA cerró filas en torno al país
anfitrión y, a pesar de que la organización asegura ser defensor del
"respeto", optó por apoyar a Qatar advirtiendo sobre sanciones
deportivas a las federaciones de fútbol.
"Con nuestro brazalete de capitán queríamos dar ejemplo de
valores que vivimos en la selección: la diversidad y el respeto mutuo. Ser
fuerte junto a otros países. No se trata de un mensaje político: los derechos
humanos no son negociables", ha indicado la Federación Alemana en su
perfil oficial de Twitter junto a la foto.
Pero si revisamos un poco a fondo la puesta en escena de los alemanes, esta
carece de mucha consistencia, pues representa en gran medida el espíritu
europeo fundado en la incongruencia, ahora con "nuevo" rostro
de progresismo neoliberal.
El meollo está en la arrogancia occidental de pretender imponer
o promover sus valores asumiendo que son universales, cuando no es así.
Más arrogante es la creencia de que simplemente podían llegar a Qatar a
promover su comparsa pseudo-ideológica, rompiendo las leyes locales, siendo
Qatar un país con una cultura que, nos guste o no (y créanme que escribo desde
el profundo rechazo a todas las religiones), tiene miles de años preservando
sus valores intrínsecos.
Debe llamarnos poderosamente la atención la absoluta hipocresía
occidental vestida de camiseta alemana sobre el tema de la discriminación.
En 2018, Mesut Özil renunció a la selección germana por el
hostigamiento luego tomarse una foto con el presidente de Turquía, Recep
Tayyip Erdogan. El jugador es hijo de turcos. Özil renunció alegando que
él "era alemán si ganaban, pero era turco si perdían". Habló de
persecución y discriminación por razones políticas. Aunque nació en Alemania,
el campeón mundial del 2014 dijo no sentirse adaptado, habló de racismo y
señalamiento por su religión musulmana.
Para entonces ni la selección alemana (ni ninguna otra
federación europea) se ufanaron en hacer mayor contraloría de daños y, por
el contrario, con declaraciones cosméticas sobre su
"tolerancia", aislaron a Özil y a sus denuncias.
¿Y qué decir de las críticas a Qatar? Luego de décadas de meter bases
militares gringas ahí, décadas de comprarles petróleo y gas en Europa, ahora sí
consideran que el dinero catarí es "dinero de la represión", justo
ahora que organizan un mundial.
¿Cuántos clubes y futbolistas famosos usaron una camiseta que decía
"Qatar Airways"? El Barcelona, el París Saint-Germain, la Roma. Ah,
como olvidar a Messi metiendo los mejores goles de su carrera con esa camiseta.
Ni hablar de Kylian Mbappé, quien es un crack y campeón mundial, bañado en
oro cortesía de los qataríes. Al "activismo" de políticos,
funcionarios y clubes franceses no les importa que Qatar haya comprado a
sus campeones luego de ganar la última Copa Mundial. En Francia no importa
quien paga los Ferraris de Mbappé.
Pues el dinero qatarí "manchado de sangre y represión" no es
malo si va a llenar los bolsillos de clubes y jugadores europeos y a darle
alegrías a la hinchada. Ah, pero que no se les ocurra a Qatar hacer
un Mundial, porque ahí si será "el Mundial de la infamia". Qué
hipócritas. A eso hay que llamarle doble estándar. Doble rasero.
El argumento sobre "los trabajadores muertos construyendo los estadios
de fútbol" es más débil todavía por la incongruencia. Qatar e igualmente
otras monarquías del Golfo Pérsico han sido desde hace años una vitrina del
"progreso" capitalista. Los neoliberales se han ufanado de vender sus
grandes rascacielos y su estilo de vida como un rasgo "indudable" de
desarrollo.
Allí van a dar las inversiones del "mundo libre". Pero el calor
abrazador que mató a trabajadores inmigrantes en Qatar al parecer que no
mató a nadie cuando se construyeron estos altares del capitalismo
internacional.
Nótese la incoherencia del progresismo neoliberal internacional de
gobiernos europeos, federaciones, clubes deportivos y jugadores que
hasta ahora, ni la DFB ni ninguna otra federación o club, ha dicho
absolutamente nada sobre el recientísimo acuerdo del gobierno alemán para comprar
gas (gas licuado, GNL) a Qatar por 15 años para paliar su crisis
energética que será al largo plazo.
¿Se ha puesto alguien a pensar que desde la óptica qatarí, pese a su
religión y cultura, son más pragmáticos, abiertos y más tolerantes que estos
"tolerantes" europeos? Hay que analizar más a fondo. A los
qataríes les importan tres cojones si sus petroeuros se usan en Europa
para hacer ricos y famosos a clubes y jugadores, los mismos que harán luego su
pseudo-activismo LGBTI+.
Para los qataríes eso es enviar dinero para financiar la obra del diablo en
la tierra. Pero entienden los valores y la cultura occidental y lo aceptan,
porque a fin de cuentas bussiness are bussiness.
¿Y es que esos jugadores que van al Mundial de Qatar no van a lucrarse
también? ¿O será que la mercadotecnia que produce dinero implica precisamente
que los jugadores formen parte de ese pseudo-activismo? Por ahí también va la
cosa, pues nadie que quiera un contrato con Nike o Adidas podrá ahora
resistirse al encanto pagado en euros de un brazalete por la
sexodiversidad. Marketing, puro marketing. Bussiness
are bussiness.
De ahí que la selección alemana sólo logró sintetizar en una foto la
incongruencia europea, en una estampa absolutamente ridícula. Pretendida y
fallida mofa a Qatar. Con piernas tan endebles, que no aguantan un primer
tiempo en un juego de coherencia política, cae derrotado todo el
progresismo neoliberal.
Y hablando de fútbol, bueno, la selección alemana cayó eliminada en la
ronda de grupos. No son lo que solían ser.
Adicionalmente, creo que una plantilla más concentrada en temas que son de
fuera del campo no tiene la concentración que necesitan para ganar. La pelota
es redonda y siempre pasa factura. Y eso es todo lo que hay que decir sobre
ellos hablando de fútbol.
Publicado por La Cuna del Sol
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