La ideología extremista y el revanchismo encontraron un terreno fértil en las décadas de 1920 y 1930 en Alemania. Si la crisis económica se agrava en Alemania, pueden volver a darse condiciones similares. Sin duda, el extremismo está aumentando en Alemania.
LOS DEMONIOS SALEN
SIGILOSAMENTE DEL
DESVÁN DE EUROPA
M. K. Bhadrakumar
Indian
Punchline
La visita de la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock,
a Nueva Delhi tuvo un final anticlimático. Baerbock habló elocuentemente de
Alemania como dechado de valores democráticos y reivindicó su afinidad con
India. La ministra esperaba persuadir al gobierno de Modi para que abandonara
la asociación estratégica con la "autoritaria" Rusia.
Sin embargo, cuando Baerbock regresó a su país, lo inesperado había
sucedido: un (supuesto) intento de golpe de Estado en su país por parte del
grupo nacionalista de extrema derecha denominado movimiento
"Reichsbuerger", que niega la existencia del Estado alemán moderno y
sus trabas a la democracia.
Los miembros de Reichsbürger utilizan elementos de los mitos de la
conspiración antisemita propagados por los nazis y se aferran a la idea de que
las fronteras de Alemania deben ampliarse para incluir territorios de Europa
del Este, que fueron ocupados bajo el régimen nazi.
La presencia activa de redes de extrema derecha en los organismos de
seguridad y las fuerzas armadas alemanas es conocida desde hace años. En julio
del año pasado, la entonces ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer,
disolvió una compañía entera de las Fuerzas de Comandos Especiales de élite del
ejército alemán tras varios incidentes de extrema derecha, en los que
supuestamente se había utilizado el saludo a Hitler, que ha sido prohibido, y en
las fiestas se había puesto música de extrema derecha.
Es un secreto a voces que los seguidores de la ideología nazi encontraron
cobijo en la sociedad alemana en los años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial. Muchas personas con antecedentes nazis llegaron a ocupar altos cargos.
Y se ayudaron mutuamente en secreto para rehabilitarse y restablecer sus
credenciales y prosperar. Esas relaciones incestuosas entre los antiguos nazis
les permitieron una especie de privilegios que superaban con creces los de los
alemanes promedio.
La ideología extremista y el revanchismo encontraron un terreno fértil en
las décadas de 1920 y 1930 en Alemania. Si la crisis económica se agrava en
Alemania, pueden volver a darse condiciones similares. Sin duda, el extremismo
está aumentando en Alemania.
Dicho esto, la mayoría de la gente sospecha que la represión de Reichsbürger,
es en gran medida teatro político. ¿Es posible un golpe de extrema derecha en
Alemania, una insurrección armada "para acabar con el fundamento del orden
democrático libre" atacando a políticos, asaltando edificios
parlamentarios, derrocando al gobierno federal, disolviendo el poder judicial y
usurpando el ejército? Imposible.
Entonces, ¿qué trama el gobierno de coalición del canciller Olaf Scholz?
Claramente, crear tales mitos conspirativos sirve para fragmentar la opinión
política, que está creciendo como una bola de nieve contra las políticas del
Gobierno de Scholz. En segundo lugar, la represión de Reichsbürger puede desembocar
en la supresión del partido político Alternativa para la Democracia (AfD), que
está constantemente mejorando sus resultados electorales y es conocido por su
oposición a la UE y al atlantismo. En tercer lugar, es una distracción útil en
un momento en el que el malestar social debido a la crisis económica
(repercusiones a causa de las sanciones a Rusia) puede desencadenar disturbios
políticos. Hay noticias de que el Gobierno ha puesto en alerta a las fuerzas
policiales.
En un artículo publicado la semana pasada en la revista Foreign Affairs,
Scholz abrazó abiertamente la causa del militarismo. Scholz escribió: "Los
alemanes están decididos a convertirse en garantes de la seguridad europea...
El papel crucial de Alemania en este momento es convertirse en uno de los
principales proveedores de seguridad en Europa invirtiendo en nuestro ejército,
fortaleciendo la industria europea de defensa y nuestra presencia militar en el
flanco oriental de la OTAN... El nuevo papel de Alemania requerirá una nueva cultura
estratégica, y la estrategia de seguridad nacional que mi gobierno adoptará
dentro de unos meses reflejará este hecho....
"Esta decisión señala el cambio más perceptible en la política de
seguridad alemana desde la creación de la Bundeswehr en 1955... Estos cambios
reflejan una nueva mentalidad en la sociedad alemana... El Zeitenwende [punto
de inflexión] también condujo a mi gobierno a reconsiderar un principio de varias
décadas, bien establecido, de la política alemana sobre exportación de armas. Hoy,
por primera vez en la historia reciente de Alemania, estamos destinando armas a
una guerra librada entre dos países... Y Alemania seguirá manteniendo su
compromiso con los acuerdos nucleares de
reparto de responsabilidades de la OTAN, incluida la compra de cazas F-35
de doble capacidad..." [Énfasis añadido].
Scholz: "Alemania está dispuesta a alcanzar acuerdos para mantener la
seguridad de Ucrania como parte de un posible acuerdo de paz de posguerra. Sin
embargo, no aceptaremos la anexión ilegal de territorio ucraniano... Para poner
fin a esta guerra, Rusia debe retirar sus tropas".
Scholz se extralimita y pasa por alto no sólo el pasado de agresiones de
Alemania en Europa del Este, sino también su debilidad como potencia militar
cuando presenta al país como un baluarte contra Rusia. Incluso suponiendo que
Scholz pueda encontrar el dinero para un programa de militarización tan
ambicioso, Alemania provocaría conmociones en toda Europa si siguiera adelante
con un plan así.
Al tiempo que emprende esta vía militarista, Alemania se desvincula de
Francia. El eje franco-alemán ha sido el pilar de la política europea durante
las últimas décadas. Pero la iniciativa de Scholz, European Sky Shield, con
otros 14 Estados europeos, para crear un sistema conjunto de defensa aérea en
Europa, ¡excluye a Francia! En materia de tecnología de defensa, la cooperación
de Alemania con Francia está pasando rápidamente a un segundo plano.
A París también le molesta que la subvención de 200 000 millones de euros
de Scholz para la industria alemana se anunciara sin consultar a Francia. Una
vez más, la visita de Scholz a Pekín en noviembre, en la que señaló su
disposición a aceptar inversiones chinas, ignoró la sugerencia del presidente
francés, Emmanuel Macron, de planificar una iniciativa conjunta franco-alemana
hacia China.
Todo ello indica la ambición de Berlín de asumir la unificación del
liderazgo europeo en manos alemanas, tanto en términos políticos como
económicos. Un gran interrogante se cierne sobre el futuro del Tratado de Aquisgrán
de 2018, firmado por Macron y la entonces canciller, Angela Merkel. Scholz
aboga por que la votación en la Unión Europea sea por mayoría y no por
unanimidad. Al ser una potencia económica, Alemania ejerce una inmensa
influencia y el plan de Scholz es aprovecharla para establecer el predominio
del país en Europa.
Pero encontrará resistencia. Hungría se opone a nuevas sanciones de la UE a
Rusia. Vetó el afán de la Comisión de la UE por pedir dinero prestado (acumular
deuda) para financiar la decaída economía ucraniana y luchar contra Rusia. La
reciente declaración del presidente francés, Emmanuel Macron, de que cualquier
arquitectura de seguridad europea debería "garantizar" los intereses
de Rusia, también pone de manifiesto las divergencias.
Curiosamente, el veto contra la adhesión al Schengen de Rumanía y Bulgaria
ha procedido de los Países Bajos y Austria. El argumento es que ambos países no
han implementado sistemas suficientemente sólidos para registrar a los
refugiados en sus fronteras con países no pertenecientes a la UE. La política
de refugiados es donde Europa es más vulnerable y está más dividida.
Mientras tanto, el centro de gravedad de la política y la geoestrategia
europea se ha desplazado últimamente hacia "Mitteleuropa" -Alemania y
sus vecinos orientales- a medida que se acelera el conflicto en Ucrania.
Mientras que el tándem franco-alemán solía ser el motor de la integración
europea, París y Berlín se enfrentan ahora a la necesidad de buscar nuevos
puntos de apoyo dentro de la UE, eligiendo incluso interlocutores alternativos.
En el futuro, los principales intereses de Alemania se dirigirán hacia las
fronteras nororientales de la Unión Europea -Polonia, los Estados bálticos y
Finlandia-, lo que, unido a la continuación de la ayuda militar a Ucrania,
supondrá una mayor "atlantización" de la estrategia alemana.
Desde una perspectiva india, el Zeitenwende del que habla Scholz en su
ensayo, también implica que el enfoque de Alemania hacia el Indo-Pacífico se
caracterizará por su reticencia a buscar la confrontación con China.
Publicado por La Cuna del Sol
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