La democracia es la alegría y su ausencia la tristeza. Guatemala es incapaz de decir casi nada porque corre el riesgo del desafuero en el concierto de las naciones que la ayudan y de la cual depende.
GUATEMALA,
EL TRISTE CASO DE UN PAÍS SIN SOBERANÍA
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Cuán alegre es la perspectiva para unas
naciones (México) y tan triste para otras (Argentina). La democracia es la
alegría y su ausencia la tristeza. Guatemala es incapaz de decir casi nada
porque corre el riesgo del desafuero en el concierto de las naciones que la
ayudan y de la cual depende. Es tal su dependencia que no pudo, no quiso o no
la dejaron asistir a un evento de tanta amplitud, sin sesgo político sino de
interactuación de intercambios comerciales como lo fue el Foro Económico de San
Petersburgo. Y no creería que los Estados Unidos le jalara las orejas a
Guatemala por asistir a ese animado evento económico cosmopolita.
Era la oportunidad de hacer contactos,
diversificar las exportaciones, máxime ahora que China está poniendo tropiezos
para las exportaciones de Guatemala. La macadamia, por ejemplo, es una nuez muy
útil en la fabricación de infusiones de chocolates y caramelos sólidos. Pero
no, asumimos actitudes displicentes con la primera potencia económica del mundo
a quien no le afecta la ausencia de sus productos. Nos afecta a nosotros, país
pequeño y altamente dependiente. La recolección de la macadamia otorga empleos
temporales en el campo donde cualquier ingreso es bienvenido porque, temo, el
quetzal vale ahora veinte quetzales.
No hay posibilidades de siembra en Guatemala.
Apenas a finales de la semana el 8 de junio hay amagos de que el régimen de
lluvia se establezca. Las lluvias son irregulares en todo el territorio
nacional y en el corredor seco (Jutiapa, Jalapa, Chiquimula, Zacapa y El
Progreso, peor aún. Póngase a pensar, lector amigo, que su único ingreso en el
año sea la obtención de una buena cosecha y si esta no es posible por falta de
lluvia quien proveerá de alimentos a los enormes contingentes de gente del
campo para comer y avituallarlos. Se necesitan zapatos, ropa, víveres no
producidos, medicamentos, que ya no están para el alcance de las capas medias
mucho menos los sectores populares. Ignoro cuáles sean las previsiones del
gobierno. Más creo que ningunas. En este país de hambre la vida se ha vuelto
insufrible para todos, menos para los altos burócratas, para los corruptos que
en los gobiernos anteriores saquearon las arcas nacionales.
El guatemalteco sufre, se aguanta y se calla.
Pero ¿hasta cuándo? ¿Cómo haremos, quién nos ayudará a solventar esta desgracia
que asuela a este pueblo humilde? Ahora ya no tan trabajador porque de nada le
ha servido tanto esfuerzo. Por eso a muchas personas las he seducido el dinero
fácil. El dinero que se despoja, que simplemente se quita, se hurta o se roba.
Es un mundo salvaje, de brutos.
A los jóvenes de las aldeas y pueblos no le
interesa el estudio pues, para qué. Se gradúan de una profesión intermedia y
nunca encontraron un puesto de trabajo. Por eso piensan de manera práctica:
para eso está los Estados Unidos. Al menos con los gringos comemos bien,
afirman. Y no corremos el riesgo que nos mate algún marero loco sin motivo
alguno. Es nuestro país -continúan- pero para qué nos sirve. De veras, no le
agradezco a mis padres que me hayan traído al mundo. Por qué lo hicieron no sé,
pero no ha sido una bendita gracia. Y como no me gustaría pertenecer a algún
grupo de maldad, mejor me voy. No sé qué es la patria porque nada me ata,
¿quién, dígame usted, estará feliz, contento, de vivir como vivimos? Jóvenes
nos dicen, y me molesta. A nosotros ya nos ha hecho viejos el dolor y las
penas. Yo no conocí esa generación de jóvenes huevones que solo comían y no
hacían nada. Nosotros ya no conocimos de esos lujos en Guatemala. Ahora un
huevón sufre en Guatemala el triple, por eso yo no quise ser huevón. Adios.
Publicado por La Cuna del Sol
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