lunes, 24 de diciembre de 2012

EL MITO…



Las narrativas del nacimiento de Jesucristo han sido, apropiadamente, llamadas mitos. Por definición un mito es una historia o reporte en el que Dios o un Dios es el actor principal. Ángeles, estrellas moviéndose libremente, sueños y luces brillantes de inexplicable origen son parte de las herramientas de la mitología. Intentos de interpretar las narrativas del nacimiento como historia, no les han servido bien a los cristianos y al mundo en general.



EL MITO DEL NACIMIENTO DE JESÚS


Por Rev. Howard Bess

No es mi deseo opacar las luces navideñas, pero sería de gran ayuda para algunos escuchar de lo que realmente se tratan las historias a cerca del nacimiento de Jesús.

Existen cuatro versiones que relatan la vida de Jesús. Son conocidas como los Evangelios…Mateo, Marcos y Lucas y Juan. Entre estas, únicamente dos versiones, dicen algo sobre el nacimiento de Jesús.

Marcos, el primero de los evangelios, empieza la historia de Jesús como un adulto. Juan, el último de los evangelios escrito, no hace mención alguna a cerca del nacimiento de Jesús. Mateo relata el acontecimiento del nacimiento en unos cuantos y cortos párrafos. La versión de Lucas sobre los inicios de Jesús en cuatro veces más larga que la de Mateo.

Esas dos versiones son muy diferentes. Lucas echa mano de un reparto mucho más grande. Su estilo dramático es muy pronunciado. El hace uso de una abundante poesía y música con el apoyo de figuras angelicales.

Reconciliar las dos versiones ha sido la intención de muchos, pero nunca han tenido éxito. Son historias muy diferentes. Cada una tiene su propia y distintiva versión a cerca de los eventos que rodearon el nacimiento de Jesús.

 Al tratar de comprender el significado de las historias del nacimiento, nosotros tenemos algunas interrogantes muy comunes. ¿Quien escribió el material? ¿Por qué lo escribió? ¿Para quién fue escrito? ¿De qué recursos literarios se valió el autor?

Los verdaderos autores de esas dos historias (quienes las escribieron) históricamente son desconocidos. Las historias fueron escritas entre 40 y 50 años después de la muerte de Jesús. Las razones por las que fueron escritas son un tanto complicadas.

En el momento en que fueron escritas, los cristianos y las iglesias cristianas estaban bajo la severa persecución de los romanos. El crecimiento en el número de los seguidores de Jesús era dramático y se había vuelto un asunto de mucha preocupación para los gobernantes títeres locales.

El Señor, era el titulo dado a Jesús en todas las iglesias. Llamar “Señor” a alguien llevaba agregada la confesión de servidumbre. Para los cristianos de finales del primer siglo DC, Jesús era el verdadero poseedor de sus vidas y era él quien las gobernaba.

Bajo el reinado de los Cesares, Augusto y Octavio, el manto de la divinidad era un privilegio único de los emperadores romanos. Los títulos, Señor, Hijo de Dios, Hacedor de la Paz y, Salvador del Mundo, eran de su propiedad.

Los cristianos de la primera centuria recordaban muy bien aquellas palabras de Jesús: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente”. Jesús era su Señor. Ellos no tenían lealtades divididas.

En el mundo antiguo abundaban las historias de nacimientos milagrosos. Era una de las maneras preferidas por los gobernantes para reclamar derechos divinos. Era una de las herramientas literarias que estaba esperando ser usada por los primeros cristianos para declarar la cualidad divina de aquel a quien le llamaban Señor.

Las narrativas del nacimiento, que eventualmente fueron adosadas a los evangelios de Mateo y Lucas, eran historias que fueron creadas y circuladas para contrarrestar la afirmación de divinidad y, del título de Señor, de los Cesares. Cada afirmación del derecho divino del Cesar era contrarrestada por otra que afirmaba que todos sus títulos pertenecían a Jesús.

Las narrativas del nacimiento son sobre todo un tratado político como también un enunciado teológico. No pueden ser consideradas como parte de las memorias tempranas de los seguidores de Jesús, ellas tienen sentido únicamente en el contexto de la divinidad reivindicada por sus opresores romanos.

¿Para quién fueron escritas las narrativas del nacimiento?

Probablemente la intención fue hacerlo para una audiencia interna. En sus inicios la iglesia necesitaba de celebraciones para recordarles a los cristianos quienes eran ellos. La comunión y el bautismo se convirtieron en las herramientas para recordar la muerte y resurrección de Jesús. Las narrativas del nacimiento fueron la base perfecta para la celebración de su venida al mundo.

¿Qué recurso literario usaron los autores?

En términos generales los autores eran cuentistas. Ellos no eran historiadores. Su trabajo no puede ser interpretado como historia.

Las narrativas del nacimiento han sido, apropiadamente, llamadas mitos. Por definición un mito es una historia o reporte en el que Dios o un Dios es el actor principal. Ángeles, estrellas moviéndose libremente, sueños y luces brillantes de inexplicable origen son parte de las herramientas de la mitología. Intentos de interpretar las narrativas del nacimiento como historia, no les han servido bien a los cristianos y al mundo en general.

De la misma manera en que los niños se sienten engañados cuando encuentran que Santa Claus no es real, muchos cristianos también se sienten traicionados al saber que Jesús no nació de una virgen y que la estrella no viajo a través del cielo y vino a reposar sobre un particular lugar en Belén.

Como cristiano, me acojo a la creencia de un Dios que participa activamente en los asuntos del mundo. Creo que Jesús de Nazaret es el Señor. Creo que él es el hijo de Dios. Creo que él es el portador de la paz. Creo que él es el Salvador del Mundo.

Estos son los mensajes tan bellamente relatados en las narrativas del nacimiento. Sin importar si Jesús nació o no en Belén. Cuando las historias del nacimiento son puestas en un contexto más amplio, histórico y religioso, estas se transforman en piezas maestras reveladoras de la verdad y en testigos del júbilo de la vida.



Traducido del inglés por Marvin Najarro


El Rev. Howard Bess es un ministro retirado de la congregación Bautista Americana, quien vive en Palmer, Alaska.









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CT., USA.

domingo, 23 de diciembre de 2012

SANTA CLAUS,…




(…) Dado que Estados Unidos ya venía marcando el ritmo de la nueva sociedad industrial que se abría paso con fuerza avasalladora, también esta creación cultural la impone por el resto del mundo como un bien de consumo más. El nuevo personaje, que hasta ese entonces era un gnomo vestido de verde, pasa a tener una forma más humana, la misma que hoy día se le conoce comercialmente. Es ya entrado el siglo XX, en 1931, cuando la empresa Coca-Cola da el toque definitivo. (…) Es con las estrategias de mercadeo de la Coca-Cola que la nueva leyenda, diseñada para el caso por el pintor de origen sueco y radicado en Chicago, Habdon Sundblom, toma sus actuales colores rojo y blanco –los mismos del conocido refresco–. Gracias a la campaña publicitaria montada sobre el obsequioso Santa Klaus ataviado de rojo y blanco, el gigante de las bebidas gaseosas levantó su perfil en un momento en que arreciaban las críticas por su presunta toxicidad (80 años después las cosas no han cambiado mucho al respecto), entronizando la figura de este nuevo “duende” moderno, ícono del consumo navideño. Tan grande es su popularidad que no es exagerado decir que para muchas generaciones Navidad pasó a ser sinónimo de este señor obeso vestido con los colores de la Coca-Cola invitando a comprar y comprar, perdiéndose el origen religioso de la fecha. Marcelo Colussi




SANTA CLAUS, LA NAVIDAD
Y COCA COLA



Por Luciano Castro Barillas

Se corrió el rumor de que Santa Claus, ese anciano de barba blanca, tripón, con un abrigo blanco y rojo y con un fardo de juguetes al hombre lo habían asesinado hacía algunos minutos en la zona 18 de ciudad de Guatemala, un sector con los más altos índices criminalidad provocada por pandilleros o narcotraficantes. Los niños, con gran estupor, recibieron la trágica noticia, pero los padres viendo la consternación que en ellos provocaba el desaguisado, los calmaron inmediatamente diciéndoles que eso era uno de los tantos rumores que habitualmente circulan en nuestro país. Sin embargo, independiente de lo que podría haber afectado a los niños, la verdad es que ese viejo glotón, mercachifle y sedicente, hijo del marketing de la empresa de refrescos Coca Cola fundada el 5 de mayo de 1886 por John Pemberton en Atlanta, Georgia; es uno de los íconos comerciales más difundidos en todos los países del planeta, al punto que ese refresco carbonatado es consumido en 205 países (más de los miembros que integran la ONU) a razón de ¡45, 000 botellas por segundo!

Es tal el poder de esta empresa refresquera norteamericana que la palabra Okey y Coca Cola  son los dos vocablos más fácilmente identificables y reconocidos en todas partes del mundo. Además la Coca Cola, no compite después de más de medio siglo transcurrido de desempeño empresarial exitoso con ningún refresco  -o las falsas colas como ellos llaman, entre otras, a la Pepsi Cola- sino contra el café. Asunto que no es ninguna arrogancia sino uno ve, anonadado, el interminable desfile de personas  -auténticos zombis- que visitan el Museo Coca Cola en Atlanta, con 3,000 visitantes diarios, siendo por cierto el museo más visitado del mundo y donde los fundadores y propietarios fueron elevados a la categoría de “héroes americanos”.

Pero pareciéndoles siempre poco el capital acumulado por más de un siglo a estos voraces capitalistas, ahora quieren retomar una iniciativa empresarial abandonada hace más de 80 años, como lo fue vender chicles, golosinas y cigarrillos con el logo de Coca Cola. Se está pensando seriamente para el siglo XXI inundar el mundo con estos productos y su logo. La pregunta es ¿por qué quieren más? ¿Acaso no está metido en el imaginario colectivo de todos los países del mundo el viejo barrigón de traje nórdico rojo y blanco que se hace pasar por Santo? En los Nacimientos guatemaltecos este santo cocacoliano ocupa ya un lugar preferente. Las personas en las aldeas de Guatemala le prenden velas, depositan ex votos en los oratorios y le piden en sus oraciones que haya en nuestra tierra una ¡Feliz Navidad! Porque el Santa Claus de Coca Cola tiene la misma devoción que el Niño Dios.

Feliz Navidad a los lectores de La Cuna del Sol, claro, sin este viejo barrigón, que lamentablemente no fuera muerto en la zona 18.









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Ct., USA.

sábado, 22 de diciembre de 2012

LA HISTORIA ME CAE MAL

(…) Y no solo yo estoy harto de todo eso. Nuestro pueblo también lo está. Nuestro pueblo se ríe de Tecún Umán y de don Pedro de Alvarado y de la solemnidad de los monumentos. Porque no creemos en nuestra historia. Porque la hemos deformado. Porque la hemos agarrado de pancarta politiquera, de lugar común en la oratoria chirle. Porque a cada quien que se muere, como último escarnio, se le rocía de frases hechas, de metáforas tontas, de epítetos huecos.


LA HISTORIA ME CAE MAL


 Por Manuel José Arce

Estoy harto de la historia. De la historia como me la contaron desde niño, como la encuentro en los libros, como se sigue machacando en las escuelas. Anécdotas, fechas, aventuras personales de unos cuantos señores que se quedaron quietos en el bronce de las estatuas, en la piedra silente, alimentándose de ofrendas florales, de discursos hueros, de ceremonias ridículas.

Estoy harto de la historia como cuento de Caperucita Roja, moralizante y torpe.

Estoy harto de esta historia llena de mártires, de derrotas conmemoradas, de héroes ambivalentes y fugaces que aparecen un día saliendo de las aguas, hacen un milagro, y desaparecen después en una nube celeste. Estoy harto de una historia de estampitas, sectaria, interesada, sin pueblo viable, vestida con un preservativo enorme en el que todo cabe incontaminado, drycleaneado, aséptico.

La forma en la que aprendemos la historia es la primera manera que se emplea contra el ciudadano para castrar su espíritu cívico, su noción verídica del hoy. Es la cadena de justificaciones para canonizar a los moradores de nuestros absurdos altares patrioteros. Necesitamos de esos íconos para contrarrestar nuestra pequeñez.  Imitamos como monos a los países que tomamos como modelo, imitamos el ritual a los héroes y a los figurones de aquellos países. No he visto copia reducida en pantógrafo más irrisoria que la tumba de Tata Rufo imitando a Napoleón, nada me parece tan subdesarrollado y cursi como nuestra Torres del Reformador pretendiendo ser una tour Eiffel a dimensión de bibelot o de souvenir barato; nada tan pobre y tan empobrecedor como llamar a don Lencho Montúfar “El Demóstenes del Liberalismo Guatemalteco”, para ponderar sus habilidades oratóricas.

Lo único serio que he leído en materia de historia guatemalteca es La Patria del Criollo, de Severo Martínez. Y aun ese libro incurre en ciertas ligerezas de apreciación y de concepto.

Y no solo yo estoy harto de todo eso. Nuestro pueblo también lo está. Nuestro pueblo se ríe de Tecún Umán y de don Pedro de Alvarado y de la solemnidad de los monumentos. Porque no creemos en nuestra historia. Porque la hemos deformado. Porque la hemos agarrado de pancarta politiquera, de lugar común en la oratoria chirle. Porque a cada quien que se muere, como último escarnio, se le rocía de frases hechas, de metáforas tontas, de epítetos huecos.

Porque, a la larga, la historia a resultado ser la sirvienta de las camarillas. Ella se encarga de esconder bajo las camas los bacines vergonzosos. Ella se encarga de sacudir con el plumero  -hecho de cierta clase de plumas-  el retrato de la pose grandilocuente.  Ella se encarga, en fin, de ocultar en el cuarto de los trebejos el retrato del enemigo y los datos y los testimonios molestos. Porque no hay relación más parcial como la de la de la historia guatemalteca, según las versiones interesadas de cada quien. En Guatemala hay dos historias: la de los cachurecos y la de los liberales. Tan falseada la una como la otra. Tan absurdamente parcial la una como la otra. Tan infantil la una como la otra. Y para escribirla se ha llegado a suprimir y a falsear documentos, a ocultar y negar verdades, a inventar hechos y circunstancias.

Y luego, en la escuela, nos lavan el cerebro, nos ocultan trozos íntegros de la vida del país, se endiosa figurones de cartón, se retuerce la verdad, hasta transformarla en un anecdotario insulso, indigno de respeto.

Por eso me cae mal la historia de mi país. Me caen mal los monumentos y las fechas ilustres. Me caen mal los discursos y los “actos”, los desfiles y el carnaval del 15 de Septiembre.

Y me molesta, sobremanera, que se inculque en el escolar la idea de que marchar desde el Parque Central hasta el Campo de Marte, ponerse un uniforme de opereta, y emocionarse con un discurso ramplón lleno de lugares comunes, es patriotismo. Por eso tenemos una idea tan deformada del patriotismo. Por eso no somos patriotas.







Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

viernes, 21 de diciembre de 2012

¿POR QUÉ NEWTOWN…



Es evidente que la clase gobernante estadounidense ha perdido toda la capacidad de reflexión y de autocrítica, sabe que un análisis serio de la raíz de este y otros hechos trágicos terminará por señalarla a ella misma y a la sociedad que domina. Invocaciones de carácter religioso como las hechas por el presidente Obama en una ceremonia fúnebre en Newtown no fueron más que un ejercicio de oscurantismo religioso. Decirle a los afligidos padres no lamentarse o descorazonarse por la trágica pérdida de sus pequeños hijos, pues Dios se los había llevado al cielo, no solo es ser insensible al dolor que estos padres experimentan, sino también, son un insulto a la inteligencia de mucha de la gente de este país. Es entendible que las personas abrumadas por la tragedia busquen en la religión una manera de reconfortarse espiritualmente, sin embargo, en las manos del Estado, es un medio que sirve para ofuscar, para encubrir los orígenes sociales y políticos de tales eventos.



¿POR QUÉ  NEWTOWN Y LOS NIÑOS?



Por Marvin Najarro

Esta es sin duda la interrogante que abruma a la mayoría de habitantes de ese pequeño poblado al sur del estado de Connecticut y por ende a toda la opinión pública del país. Y es que nadie esperaba que una tragedia de tal magnitud envolviera en su doloroso y sangriento manto a una comunidad tranquila, sobre todo que las victimas en su mayoría hayan sido pequeños inocentes albergados en un recinto escolar. A pesar de que en los últimos tiempos se han dado este tipo de fatalidades con suma frecuencia ya que en el 2012 han tenido lugar, incluyendo este último acto, seis hechos sangrientos que involucran espacios públicos, como las muertes en un teatro en Aurora, Colorado, las del templo Sikh en Oak Creek, Wisconsin, un negocio de rótulos en Minneapolis, Minessota, un salón de masajes en Brookfield, Wisconsin, y muy recientemente en un centro comercial en Portland, Oregon. Lo sucedido en la escuela de Sandy Hook ha causado una profunda conmoción que quizás haga que el sentido de invulnerabilidad quede roto para siempre a causa de un irracional acto de conducta humana.

Lo inhumano de semejante hecho de violencia es profundamente perturbador. Más allá de las motivaciones del hechor, la masacre en Newtown no hace más que poner al descubierto la brutalidad que impregna el tejido de la sociedad estadounidense. La matanza del viernes 14 de diciembre es la más reciente en una serie de incidentes de tal naturaleza en un país que ha sido el escenario de repetidos estallidos de violencia. Sin embargo, las dos últimas décadas se han caracterizado por la inusual recurrencia, aun para los estándares de esta nación, de esta clase de acontecimientos violentos.

La frecuencia y magnitud de este fenómeno de violencia apunta hacia una causa subyacente. Entre los eventos más significativos y a los que se suman los mencionados arriba están el bombazo en la Ciudad de Oklahoma en 1995, la masacre de Columbine, Colorado en 1999 y la matanza en Virginia Tech en el 2007. Esto debería de servir para un serio análisis por parte de la clase gobernante de Estados Unidos que ha perdido toda capacidad para auto examinarse y que, al contrario, responden igual que los medios de prensa, con el ya conocido y gastado discurso de lo incomprensible y el sin sentido de la maldad. Si hay una respuesta más amplia esta se reduce a la necesidad de una conversación nacional sobre el control de armas y promesas vacuas de políticos de poner más atención a los problemas de salud mental cuando ellos mismos están haciendo todo lo que pueden para reducir al mínimo este tipo de programas.

Es evidente que la clase gobernante estadounidense ha perdido toda la capacidad de reflexión y de autocrítica, sabe que un análisis serio de la raíz de este y otros hechos trágicos terminará por señalarla a ella misma y a la sociedad que domina. Invocaciones de carácter religioso como las hechas por el presidente Obama en una ceremonia fúnebre en Newtown no fueron más que un ejercicio de oscurantismo religioso. Decirle a los afligidos padres no lamentarse o descorazonarse por la trágica pérdida de sus pequeños hijos, pues Dios se los había llevado al cielo, no solo es ser insensible al dolor que estos padres experimentan, sino también, son un insulto a la inteligencia de mucha de la gente de este país. Es entendible que las personas abrumadas por la tragedia busquen en la religión una manera de reconfortarse espiritualmente, sin embargo, en las manos del Estado, es un medio que sirve para ofuscar, para encubrir los orígenes sociales y políticos de tales eventos.

Es conveniente recordar a todos aquellos políticos que invocan la religión lo que dijo el presidente Lincoln al describir la carnicería de  la guerra civil que él lideró: “Si Dios quisiera que cada gota de sangre extraída con el látigo debiera ser pagada por otra gota extraída con la espada, entonces los juicios del Señor son todos correctos. Las tragedias de este mundo (la guerra civil) -insistió Lincoln- son el producto de crímenes mundanos (esclavitud).

La cultura de la sociedad norteamericana está fundamentada en la violencia, siempre ha sido una cultura violenta. Existe una amplia gama de explicaciones parciales del por qué esto es así. El control de armas y la salud mental son parte de esa cultura, aunque no los factores determinantes como se pretende y que a la vez evade una seria discusión. Una sociedad enferma produce gente enferma, una sociedad en la que se valoriza muchas formas de violencia inevitablemente reproducirá muchas encarnaciones de ésta. Esto no justifica las acciones ni tampoco racionaliza las motivaciones asesinas del perpetrador, pero es una honesta evaluación de los factores que conducen a tal comportamiento, el cual no puede ser exitosamente amortiguado con leyes y medicación.

Aunque muchos especialistas en asuntos del comportamiento humano traten de establecer patrones de conducta similares entre diferentes asesinos en masa ya sea en Estados Unidos u otras regiones del mundo donde los ataques suicidas son comunes, estos obvian mencionar  -y si acaso, se les escapa inadvertidamente- que la raíz del problema subyace en otra parte. Lejos de ser incomprensible, el crimen es del todo comprensible. Los orígenes no son difíciles de rastrear: desigualdad sin precedentes, una ideología política oficial reaccionaria sin un mínimo de contenido progresista y, sobretodo, el increíble nivel de violencia perpetrada por el Estado, acompañada por la brutalización de la sociedad en su conjunto.

Algo que apunta a esta conexión son las características que aparecen con regularidad en el ejecutor o ejecutores de estos asesinatos en masa: el uso de armas estilo militar, los asaltantes (Adam Lanza por ejemplo) vestidos con indumentaria de combate, la participación frecuente de ex soldados. Lanza de 20 años de edad vivió la mayor parte de su vida durante la llamada “guerra contra el terrorismo”, ocupaciones neocoloniales, ataques con aviones no tripulados (drones), tortura, secuestros y un incesante asalto sobre los derechos democráticos. Los constantes esfuerzos por promover el miedo y la paranoia; el sentido de que el enemigo está al vuelta de la esquina, terminan por afectar a individuos mentalmente vulnerables, como en el caso del asesino en la escuela de Sandy Hook. Las pasadas dos décadas se han caracterizado por guerras en las que el mundo ha presenciado el potencial destructivo de la maquinaria de guerra de los Estados Unidos.



Dane Archer, un estudioso sobre la relación entre guerra y violencia dentro de las sociedades con propensión a hacer la guerra, hace uso de información histórica y de estadísticas multinacionales para demostrar cómo el hecho de hacer la guerra produce significativas y consistentes alzas en las tasas de homicidios entre los ciudadanos comunes y corrientes. La legitimación y autorización del asesinato, atrocidades y el ataque a civiles indefensos en la guerra causa un aumento en los asesinatos en casa.

Obama es el primer presidente de los Estados Unidos que declara abiertamente el derecho que tiene de asesinar a cualquiera y en cualquier parte del mundo, incluyendo a ciudadanos estadounidenses. El dedica una buena parte de su tiempo seleccionando quienes serán eliminados por medio de ataques a control remoto, con pleno conocimiento de que civiles -incluyendo mujeres y niños- serán, como resultado, asesinados. Se estima que unas 365 personas han sido asesinadas por medio de los ataques con drones en Paquistán, de los cuales 176 son niños.

El estado educa a la sociedad que gobierna, no sencillamente en sentido paternalista o ideológico, sino que, a través del ejemplo, de su comportamiento. Como seres humanos y sin que esto signifique una ofensa a las pequeñas victimas de Newtown, valdría preguntarse, ¿por qué únicamente cuando se trata de niños y jóvenes, mayormente blancos norteamericanos, que la gente se alarma? ¿Puede alguien seriamente pensar que este país puede infligir destrucción y dolor en todas partes del mundo y no sufrir las consecuencias de tan inhumano y criminal comportamiento en su propia casa?

Existe una conexión directa entre lo que en nombre de los valores democráticos norteamericanos se hace a otros en lugares como Iraq, Irán, Afganistán, Siria, Paquistán y lo sucedido en Newtown, Connecticut.








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CT., USA.

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL NUEVO OXLAJ BAKTÚN,…



La profecía Maya del 2012 ha sido mal interpretada y distorsionada sin reparos. El fin del Calendario Maya el 21 de diciembre del 2012 no tiene nada que ver con el fin del mundo. De hecho el calendario maya no termina en esa fecha, el 21 de diciembre marca el inicio de una nueva Cuenta Larga en el sistema del calendario maya. El concepto del Fin del Mundo es una falsedad y una mala interpretación del pensamiento maya. Lo que está en juego es una renovación, el desarrollo de una nueva era. Mientras tanto las historias  y comentarios del fin del mundo están pegados en todos los tabloides. Aun y cuando la prensa occidental ha refutado de inmediato la profecía maya, la narrativa del apocalipsis, cuando se repite hasta el cansancio, distorsiona y sirve como distracción. Una encuetas conducida por Reuters-Ipos en mayo pasado confirma que el 10% de la población mundial creen que el calendario maya que, algunos dicen termina en el 2012, marca “el fin del mundo”. Irónicamente y, en un marcado contraste a la profecía maya de “renovación”, el mundo real en el que vivimos al comienzo del siglo XXI está marcado por una formidable crisis económica y social que está empobreciendo a millones de personas, literalmente destruyendo sus vidas. En sentido figurado, estamos en el medio de un escenario apocalíptico, que se desdobla poco a poco, de una compleja naturaleza política, social y económica: es causado por el hombre, es “Made in America”. Michel Chossudovsky, Global Researh



EL NUEVO OXLAJ BAKTÚN,
O NUEVA ERA DEL MAÍZ,
ENCUENTRA A LOS PUEBLOS INDÍGENAS
DIVIDIDOS, COMO SIEMPRE



Por María de los Angeles Roca

A pocas horas que se inicie la nueva Era del Maíz, la nueva Cuenta Larga u Oxlaj Baktún que empieza este 21 de diciembre de 2012, la grandeza matemática y astronómica de los extintos mayas, cuya herencia científica se encuentra concretizada en el  sistema binario que utiliza actualmente la informática; se ve banalizada por la superstición y por las malas interpretaciones propias del pensamiento religioso judeo-cristiano que tiene una concepción lineal del tiempo, es decir, un principio y un fin, contrario al concepto cíclico o circular, de eterno retorno, propuesto por este pueblo mesoamericano hace miles de años. La era que concluye este 20 de diciembre de 2012 se empezó a contar el 11 de agosto de 3, 114 antes de Cristo y no tiene nada que ver con las ideas sobre los castigos aniquiladores, del Fin del Mundo, al que son tan inclinadas tantas religiones del mundo, incluidos los chinos, quienes como en los Estados Unidos tienen preparados refugios, búnkers, para ponerse a salvo del gran cataclismo. Putin y el Vaticano han declarado que eso nunca ocurrirá y lo mismo han dicho los arqueólogos que han aclarado el equívoco sobre la lectura en las ruinas de Tortuguero. De igual manera se han expresado los guías espirituales más lúcidos de los pueblos donde se desarrolló la cultura maya y sus áreas de influencia, con una oportuna o quizá inoportuna puntualización para quienes se consideran sus herederos: lo pueblos toltecas (los quichés, por ejemplo) que emigraron de la región mexicana de Tula cuando ya los mayas hacía cientos de años habían desaparecido. El mestizaje cultural, social y el tiempo hicieron todo lo demás y hoy esa Nueva Era que podría lucir prometedora para un cambio de pensamiento y actitudes encuentra a los pueblos indígenas divididos, confrontados por las pasiones o manipulaciones políticas, a tal punto, que muchas organizaciones indígenas entraron en francas y a veces descomedidas contradicciones sobre la manera de conducir las conmemoraciones del nuevo Baktún. Se cuestionó desde un principio las iniciativas del Ministerio de Cultura de Guatemala dirigidas por un indígena, el señor Batzín, que fue acusado de folklorizar el evento, lo cual dio como resultado la escasa promoción del magno acontecimiento, ante los indudables yerros de un ministerio de cultura que es todo, menos cultural. Las iniciativas comerciales impulsadas por el empresariado guatemalteco encontraron igual rechazo y con sobrada razón de algunos dirigentes indígenas que vieron en el propósito exclusivo de hacer dinero una absoluta vulgarización. Y por último el pleito se fue circunscribiendo a los guías espirituales, chamanes o brujos, quienes más preocupados en el fondo por el manejo del dinero pretextaron asuntos “rituales” y de falta de respeto a los sitios sagrados. En fin, división en todo, dando como resultado hoteles vacíos que no permitió ingresos adicionales a los artesanos por la notoria ausencia de turistas extranjeros y deslució a tal punto la celebración que, siendo Guatemala la cuna de la cultura maya, fue el país con menos organización y la consiguiente menos difusión de la conmemoración  de los cuatro países que integran el Mundo Maya (México, Guatemala, Belice, Honduras y El Salvador; como resultado de las consabidas divisiones de los guatemaltecos, donde una organización indígena dice que dos más dos son cinco, otra que dos más dos son tres y la peor que dos más dos es cero. ¿Habrá futuro para un país así? Creemos que no, lamentablemente. Ojalá la Nueva Era del Maíz, el nuevo Baktún nos provea de más sentido de unidad y podamos, por fin, erradicar de nuestras acciones el personalismo, el sectarismo y el individualismo. ¿No es así Rigoberta Menchú?








Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

LA CRISIS LABORAL…



Desde que la crisis se desató en el 2007, enviando a más de 8 millones de norteamericanos a las filas del ejército desocupados, las ganancias de los negocios no solamente han repuntado, sino que han alcanzado niveles más altos. De hecho, en el tercer cuarto del 2012 se observó como las ganancias de los negocios asumían, como nunca antes, un mayor porcentaje del PBI. A la inversa, como es de esperar, los salarios de los trabajadores han descendido a niveles históricos.  Esos son los esplendores de la “sociedad de las oportunidades” proferidas por nuestro “sistema de la libre empresa”.



LA CRISIS LABORAL EN ESTADOS UNIDOS Y
EL EJERCITO DE DESOCUPADOS


Por Ben Schreiner

La situación del desempleo en Estados Unidos-a pesar de la indiferencia de Washington-permanece más bien abismal. La última evidencia la ofrece el reporte de noviembre. Aunque la tasa de desempleo bajó a 7.7 por ciento en noviembre, esto fue debido a una declinación de 350,000 puestos en el mercado del trabajo. En otras palabras, la caída en la tasa oficial de desempleo fue debido al hecho de que un cuarto de millón de norteamericanos simplemente dejaron de buscar trabajo. De hecho, el más reciente reporte encontró que aproximadamente 7 millones de estadounidenses que no fueron contados como parte de la fuerza de trabajo (y de esta manera no cuentan oficialmente como desempleados) desean trabajar, pero simplemente están desalentados como para buscar empleo.

Mientras tanto, la tragedia en curso de los desempleados a largo termino no muestra señales de querer llegar a su fin, con el número de norteamericanos si haber trabajado por más de 27 semanas aproximándose a 5 millones. Al ritmo actual en el crecimiento del empleo tomará toda una década para lograr una recuperación total en la tasa de ocupación. (Esto, por supuesto, excluyendo un retorno a la recesión en los próximos diez años)

El desperdicio del potencial humano, sin mencionar el sufrimiento humano detrás de tales números es, demás está decir, verdaderamente inmenso.

En Washington, sin embargo, la crisis del empleo está fuera de la agenda. El fetiche bipartidista de la reducción de la deuda, habiendo sido estimulado por la orquestada crisis del llamado “abismo fiscal”, sobrepasa en estos momentos cualquier preocupación sobre el torbellino del desempleo. Y así, a cambio de un serio programa de trabajos, la elite política se ocupa en preparar una áspera dosis del elixir de la austeridad para ser administrado en el nombre del “sacrificio compartido”.

Uno podría con toda razón preguntarse, sin embargo, por que Washington permanece desinteresado en la crisis del empleo. Después de todo, una clara mayoría de estadounidenses están en favor de que el congreso actué más en la creación de empleos que en la reducción del déficit.

Como argumenta Paul Krugman, el silencio sobre el asunto de los empleos no puede ser atribuido a ideología o falta de recursos, pero en cambio se reduce a una cuestión de clase. “Gentes influyentes en Washington no están preocupados de perder sus trabajos”, escribe Krugman, por lo general ellos ni siquiera saben quién está desempleado.

Sin duda esto tiene algún mérito, porque, las oficinas en Capitol Hill no solamente están dominadas por aquellos dispuestos a hacer la voluntad de la elite financiera, sino que, cada vez más están siendo ocupadas por la elite misma. Dicho esto, la indiferencia a la crisis de empleos no es simplemente un asunto de una clase política fuera de la realidad. No odien a los jugadores, podríamos decir, odien el juego.

Por cierto, lo que Krugman (juntamente con la mayoría de comentaristas liberales) omite al no tomarlo en cuenta es, el papel funcional del desempleo masivo; concretamente, su capacidad para suprimir los salarios y asegurar la continuidad de las ganancias. Después de todo, sin un ejército de desocupados en reserva para disminuir la demanda laboral e intimidar a la fuerza de trabajo activa para que caiga en un estado de sumisión, se pone en riesgo la rentabilidad por la amenaza de un mayor poder del trabajador y la consiguiente demanda por salarios más altos. Este es un proceso que uno claramente puede ver en el desarrollo de la presente crisis.

Desde que la crisis se desató en el 2007, enviando a más de 8 millones de norteamericanos a las filas del ejército desocupados, las ganancias de los negocios no solamente han repuntado, sino que han alcanzado niveles más altos. De hecho, en el tercer cuarto del 2012 se observó como las ganancias de los negocios asumían, como nunca antes, un mayor porcentaje del PBI. A la inversa, como es de esperar, los salarios de los trabajadores han descendido a niveles históricos.  Esos son los esplendores de la “sociedad de las oportunidades” proferidas por nuestro “sistema de la libre empresa”.

Por su puesto, el rol del desempleo masivo en suprimir los salarios y en asegurar una continua rentabilidad necesariamente se extiende a todo el sistema capitalista global en general. Y como argumentan John Bellamy Foster y Robert McChesney en su más reciente libro, The Endless Crisis (La  Crisis Interminable), un masivo ejército en reserva de desempleados a nivel global permanece como la característica que define a la economía mundial. En el 2011, por ejemplo, Foster y McChesney reportan que el ejército global de desocupados permaneció en 2.4 billones de personas en contraste al 1.4 billones que se encontraban en la fuerza activa en el mercado laboral. Eso quiere decir, que el ejército global de desempleados permaneció un 70 por ciento superior a la fuerza activa en el mercado laboral global.

“La existencia de un enorme ejercito de reserva laboral a nivel global presiona para que caigan los ingresos de los trabajadores del mundo”, explican  Foster and MacChesney, “empezando en el Sur global, pero también afectando a los trabajadores del Norte global, quienes constantemente están sujetos a la propuesta neoliberal de la “flexibilidad del mercado laboral”…el sector laboral está a la defensiva en todas partes. Y en donde está a la defensiva, el capital está a la ofensiva. De ahí que, en medio de un incremento en las ganancias de los negocios vemos un despiadado y variado ataque sobre el sector laboral-extendiéndose desde la legislatura estatal en Lansing, Michigan hasta las fábricas textiles en Bangladesh y más allá.

Un serio esfuerzo para obtener un empleo completo y digno en un mundo como este, requiere en realidad y sin excepciones de una lucha internacional contra las fuerzas del capitalismo. Dicha batalla tiene que ser internacional ya que al fracasar al no hacerlo así, lo expondría a uno en definitiva a las perversas fuerzas de la competitividad laboral del ejército global de desocupados.

Ausente dicha lucha, la crisis del empleo en Estados Unidos y en todo el mundo continuará. El potencial creativo y productivo de billones de personas a todo lo ancho del planeta languidecerá en el ejército de reserva.




Traducido del inglés por Marvin Najarro




Ben Schreiner es un escritor freelance radicado en Wisconsin. Él puede ser contactado en bnschreiner@gmail.com o vía su website.









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martes, 18 de diciembre de 2012

CON GRAN SIGILO …




El último espacio libre de la humanidad, aunque parezca estrambótico y rimbombante decirlo, es la Internet. Los otros canales de comunicación de masas como la radio, la televisión y los diarios impresos están, sin disimulo, totalmente controlados por los poderes fácticos del mundo. Las opiniones verdaderamente independientes y revolucionarias por allí, no tienen cabida.





CON GRAN SIGILO  TRANSCURRIÓ YCONCLUYÓ
LA CONFERENCIA DE DUBAI SOBRE LA RED





Por Luciano Castro Barillas


Todo lo que no tiene la transparencia necesaria engendrará suspicacia. No puede dolerse la opacidad si rehuye la luz meridiana. Eso mismo acaba de ocurrir en la Conferencia Mundial de la ONU sobre Telecomunicaciones Internacionales celebrada en Dubai, aduciendo que las normas de intercambio internacional de información, aprobadas en 1988, son obsoletas. No cabe la menor duda que tras veinticuatro años de vigencia ese instrumento jurídico internacional necesita algunos ajustes para que sus efectos reguladores tenga la eficacia del derecho positivo entre las naciones,  dado el siempre exponencial desarrollo de la tecnología en las comunicaciones globales. Ese tráfico o trasiego de comunicaciones de tipo informativo, financiero, político, de inteligencia, cultural, militar y en fin, de todas las actividades humanas, no necesita control, ni de los Estados nacionales ni de instituciones como las Naciones Unidas. El uso de Internet, al final, es una convocatoria a la responsabilidad y a la libertad humana. Lo que si necesita control estricto es todo lo ilegal e inmoral que se mueve a niveles institucionales, de los Estados, como por ejemplo el diseño de ataques informáticos de Estados Unidos contra Irán, para citar un ejemplo, pero nunca las comunicaciones a nivel personal, de ámbito privado; que son las que mueven la red en un 90%, obviando claro está todo lo insultante a la dignidad humano como son las páginas pornográficas. La gente, los ciudadanos del mundo son los que se han empoderado de la red y eso es lo que no gusta a las mentalidades antidemocráticas. Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, por ejemplo, están en contra de los controles de la ONU pero no porque estén a favor del posicionamiento ciudadano mundial en ese sentido. Su interés “libertario” va en otro sentido: quieren tener las manos libres para hacer contra sus enemigos lo que ellos consideran debería hacerse y no tener el inconveniente de un órgano como la ONU -altamente controlado por los Estados Unidos, por cierto- que de manera formal, llegado el momento, haría menos expedita sus habituales rutas de agresión imperialista. Es decir, Estados Unidos concibe a la Internet no como un espacio para el ejercicio de la libertad, sino un ámbito para la permisividad y el libertinaje. La pretensión de la ONU, que bien podría ser un trabajo de zapa del propio Estados Unidos (por ejemplo, el sábado manifestó el Departamento de Estado, en un gesto de suprema hipocresía, que les preocupa que las armas químicas de Siria caigan en manos de los rebeldes !!!). Hay una pretensión orwelliana en proceso de elaboración, es decir, un Estado supranacional, la ONU, de perfil totalitario controlador y cosificador de la vida, del hombre y del mundo. Todos estos afanes de control responden a una derechización del mundo y a la entronización de la prepotencia y el abuso. El último espacio libre de la humanidad, aunque parezca estrambótico y rimbombante decirlo, es la Internet. Los otros canales de comunicación de masas como la radio, la televisión y los diarios impresos están, sin disimulo, totalmente controlados por los poderes fácticos del mundo. Las opiniones verdaderamente independientes y revolucionarias por allí, no tienen cabida.









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lunes, 17 de diciembre de 2012

URGE SOÑAR



Soñar es crear. Soñar es una actividad fecunda, altamente productiva. Es poner el cimiento de los días futuros. Es considerar a los semejantes como seres capaces de realizar las mayores aventuras de la imaginación.

Sueñe, por favor, un poco cada día: soñar es estar vivo.



URGE SOÑAR



Por Manuel José Arce

Sueñe un poco, por favor. No tenga miedo de soñar: eso no es malo. Suelte de cuando en cuando sus amarras terrestres y déjese llevar.

La civilización se está enfrentando en los momentos actuales a un terrible peligro que puede destruir a la especie humana: nos hemos vueltos excesivamente racionales. Racionales hasta la irracionalidad.

Alguien nos dijo un día: hay que tener los pies sobre la tierra. Y nosotros hemos clavado no sólo nuestros pies al suelo. Nuestros sueños también; y nuestros labios y nuestros ojos y nuestro ser.

Nos hemos acostumbrado a caminar con la cabeza gacha, viendo únicamente el suelo, la realidad inmediata que palpamos con los pies. El centavo que tenemos que hallar. La zancadilla que debemos evitar. El paso ajeno al que debemos adelantarnos. El suelo, en fin, el suelo nos tiene hipnotizados.

Y un día de tantos, amanecemos cuadrúpedos.

Resulta que, para sostener tal actitud, nos parecerá más cómodo ayudarnos con las manos. Tendremos así mayor contacto con el suelo. Y nuestro cerebro volverá a encogerse. Y acaso ya no nos bastan solo los pies y las manos y apoyaremos además la barriga. (Es, precisamente, la barriga la que nos hace más indispensable mantener el contacto con la “realidad”, los pies en la tierra). Y entonces, volveremos a ser reptiles. Nuestro cerebro seguirá reduciéndose y perderemos además nuestras extremidades.

Sueñe un poco, por favor. Soñemos. Salvemos a la especie de ese retorno fatal, de ese retroceso lastimoso. Recuerde que el hombre conquistó su estatura y su albedrío cuando se irguió para ver las estrellas. Recuerde que el sueño le hizo crecer el cerebro. Recuerde que la imaginación le dio las alas que le negó la naturaleza.

No crea esa propaganda interesada y mendaz que afirma que el soñador está condenado a la miseria,  que el soñador no es “práctico”, que el soñador es un inútil. El soñador es el único que ha hecho avanzar a la especie. El soñador es el que modifica la realidad. El soñador es el pionero. En la punta de la humanidad  -como un fabuloso motor-  están los soñadores.

Soñar es crear. Soñar es una actividad fecunda, altamente productiva. Es poner el cimiento de los días futuros. Es considerar a los semejantes como seres capaces de realizar las mayores aventuras de la imaginación.

Sueñe, por favor, un poco cada día: soñar es estar vivo.








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domingo, 16 de diciembre de 2012

¿Y POR LOS NIÑOS PALESTINOS Y SIRIOS…

Obama es un hipócrita, que se limpió unas lágrimas que nunca brotaron. Que no es que haya contenido las lágrimas, sino todo lo contrario: hizo esfuerzos para que le salieran. … Solo cayó en la cuenta de la magnitud del dolor de todo padre o madre que pierde a sus hijos, porque precisamente, en ese momento en que hablaba, se recordó de sus hijas. Pero esa emoción, esa sensibilidad es pasajera. Dentro de pocos días hará lo de siempre: seguir masacrando con su política imperialista a los niños del Medio Oriente, para quienes nunca hubo ni habrá piedad alguna.


¿Y POR LOS NIÑOS PALESTINOS  Y SIRIOS
MASACRADOS HABRÁ UNA LÁGRIMA, OBAMA…?


Por Luciano Castro Barillas


Es un hecho conmovedor y execrable. Las pequeñas víctimas inocentes, a su corta edad, conocieron el horror de la violencia extrema, de la brutalidad de una persona a quien la vida humana le importaba tan poco, porque así lo han aprendido a diario en una sociedad donde la displicencia y el desdén a los menos afortunados se asume como lo más natural del mundo. La industria televisiva y cinematográfica norteamericana son una constante apología al crimen y el desprecio a la vida, pero esto fuera una banalidad, al final, si no existiera la omnímoda presencia de un Estado que en todo el mundo, en todos los rincones de la tierra  -principalmente contra las naciones más débiles y discrepantes política e ideológicamente-  se ensaña con invariable crueldad. De veras que nos duele a todos. Nos lastima a todos ver los pequeños cuerpos de niños que sin saber por qué los sorprendió la muerte atroz, que su escuela, ese lugar donde se juega y aprende, fue un ámbito de terror incontrolable que segó en unos cuantos minutos veintiocho vidas de personas adultas útiles y de niños ilusionados que hoy por la mañana iban al encuentro feliz con sus amiguitos y con sus maestros. Condenable una acción demencial de tal magnitud. Pero ese duelo de los padres, ese dolor de una nación, tiene una disonancia reprochable: ver al presidente Barack Obama con los ojos inundados de lágrimas por la muerte de los pequeños. Pero si esa sensibilidad es tal, si ese dolor como padre es tal “y no como presidente”, tal él lo dijera; ¿dónde están las lágrimas por los niños palestinos masacrados una y otra vez? ¿En qué lugar recóndito de sus escrúpulos de hombre decente se encuentran esas lágrimas por los niños asesinados de Afganistán? ¿En qué medida le duele al presidente Obama los niños que diariamente mueren en Siria a manos de los mercenarios respaldados por su gobierno? ¿Acaso son menos niños, menos humanos los niños palestinos, los niños afganos, los niños iraquíes y los niños sirios? Creo que no. Lo único diferente aquí es la magnitud de la hipocresía de un indigno afroamericano, premiado con el Nobel de la Paz y que sin embargo, luego de las operaciones militares aéreas de Israel contra la Franja de Gaza de hace menos de quince días, proveyó inmediatamente al ejército israelí con explosivos  -bombas y sus variedades letales- porque los anteriores artefactos explosivos fueron utilizados “satisfactoriamente” contra una población civil indefensa, defendida por una cohetería artesanal,  más desafiante que efectiva; que es las artillería del grupo Hamas.

Obama es un hipócrita, que se limpió unas lágrimas que nunca brotaron. Que no es que haya contenido las lágrimas, sino todo lo contrario: hizo esfuerzos para que le salieran. Esas lágrimas de cocodrilo que nunca se asomaron a sus ojos por los niños norteamericanos son las mismas por la muerte de los niños de Palestina, Siria, Irak y Afganistán. Solo cayó en la cuenta de la magnitud del dolor de todo padre o madre que pierde a sus hijos, porque precisamente, en ese momento en que hablaba, se recordó de sus hijas. Pero esa emoción, esa sensibilidad es pasajera. Dentro de pocos días hará lo de siempre: seguir masacrando con su política imperialista a los niños del Medio Oriente, para quienes nunca hubo ni habrá piedad alguna.








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sábado, 15 de diciembre de 2012

VISTAZOS…

Antes de salir para Cuba una vez más, Chávez insistió en enfatizar cuanto ha cambiado desde que la revolución empezó hace más de 14 años. “Tenemos patria hoy, today we have a homeland, la Venezuela de hoy no es la misma de hace 20 años o de hace 40 años. Tenemos pueblo, we have apeople”. Chávez está en lo correcto de que la Venezuela de hoy no es la Venezuela de décadas pasadas, y el entiende al pueblo en su sentido más subversivo, como el proyecto colectivo que ha empezado a desarrollarse, pero que debe, más pronto que tarde, volverse el telos para la lucha misma.


VISTAZOS DE LA VENEZUELA POST CHÁVEZ



Por George Ciccariello-Maher


El lunes, diciembre 10, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez retornó a Cuba para una urgente cirugía a causa del cáncer que lo afecta, provocando, como era de esperar, una oleada de especulaciones a cerca de la seriedad de su enfermedad. Aquí, el momento revela mucho más que cualquier cosa: mientras que Chávez fue reelegido exitosamente en octubre, este domingo tendrán lugar elecciones regionales que son cruciales para la consolidación  de la Revolución Bolivariana. Para Chávez las consecuencias de retornar a la Habana en el tramo final de las campanas regionales serían ni más ni menos que desastrosas. La situación, de hecho, es muy seria.

Nicolás Maduro: Heredero forzoso

Pero si la cuestión de su salud no fuera tan obviamente seria en estos momentos, Chávez le lanzó gasolina al fuego al nombrar abruptamente, en caso de que en los meses que vienen él no sobreviva la cirugía, a su sucesor preferido:  Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores por mucho tiempo y recientemente nombrado vicepresidente. Apareciendo en TeleSur en una reunión con su gabinete de ministros, un cansado pero relativamente saludable Chávez hizo lo mejor para presentar esto como una mera precaución preoperatoria.

Después de exaltar las virtudes de Maduro y de urgir ¡“unidad, unidad, unidad”! Chávez agregó:

Si algo sucediera que me evitara continuar con mi mandato…mi opinión, la cual es firme y completa como la luna llena, la que es irrevocable, absoluta y total, es que en ese escenario que requerirá llamar a nuevas elecciones presidenciales, es que ustedes deben elegir a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Se los pido desde lo más profundo de mi corazón.

Después de meses de especulaciones, Chávez  finalmente había nombrado a un sucesor, pero Maduro es una respuesta que levanta más interrogantes. Leal en extremo y por lo regular quedo al hablar en un proceso político donde el atrevimiento es a menudo premiado, Maduro históricamente ha jugado sus cartas muy cerca de su pecho. Como ministro del exterior, trabajó en crear consenso tanto a nivel regional como internacional, pero también con sorna y libremente hablaba de Condoleeza Rice o George Bush sin correr riesgos políticos a nivel doméstico.

Y no solamente eso, sino que también como miembro del gabinete por los pasados 6 años, Maduro no ha enfrentado ninguna elección desde el 2005, y tampoco ha visto su legado político manchado por la inherente desagradable tarea de tener que manejar un gobierno local. Pero si esto lo hace a él menos controversial que muchos otros líderes Chavistas, también levanta muchas interrogantes a cerca de si este notable aunque poco carismático fiel partidario puede continuar galvanizando a la base Chavista para ganar las elecciones. Como resultado, el futuro bajo Maduro es tan incierto como el futuro sin él.

De hienas sonrientes y buitres sobrevolando

La comedia de horrores que es la oposición venezolana no es conocida por su paciencia o respeto, y esto se hizo más patente en la inmediata respuesta al anuncio de Chávez. Oscilando entre las quejas sobre la duración de su viaje a Cuba y segregando saliva sobre la posibilidad  de un indefinido retorno al poder, la derecha venezolana hasta ha dejado caer el escaso velo de respeto por el presidente que había fingido después de la reelección de Chávez en octubre.

Pero para una oposición que permanece o ha permanecido por mucho tiempo desunida, sería poco sorprendente que hasta su insensibilidad pruebe ser contradictoria: mientras que el miembro de la oposición en la asamblea Hiram Gaviria sugirió que el viaje de Chávez tiene que verse como una “ausencia temporal”, insinuando que Maduro tomaría las riendas de manera temporal (según el artículo 234 de la constitución), María Corina Machado ha insistido, más radicalmente, que la referencia de Chávez a Maduro como posible sucesor, implica en su lugar, una “ausencia absoluta” en los términos del artículo 223, lo que requerirá que se convoque a nuevas elecciones dentro de los siguientes 30 días.

Ellos están tan cerca que pueden saborear el poder después de 14 años de derrotas, pero la transparencia de esta usurpación del poder no pasar desapercibida para una población que apoya y hasta reverencia a Chavez. Henrique Capriles Radonski, quien en octubre fue el candidato de la oposición que más cerca ha llegado en intentar derrotar a Chávez (aunque no muy cerca), dejó que la ilusión del éxito se le subiera a la cabeza. Respondiendo a las declaraciones de Chávez con relación a Maduro, enfáticamente dijo: “En este país no hay sucesión. Esto no es Cuba, tampoco es una monarquía donde quienquiera que sea designado por el rey toma el trono”. (No importa el hecho de que, en lugar de declarar una ruptura en la sucesión constitucional, Chávez estaba simplemente nombrando a su candidato preferido y urgiendo a la gente a respaldar a maduro electoralmente)

Los Chavistas han sido prontos en trasladar tales declaraciones de la manera más impropia: la oposición ha sido comparada con “hienas” y “buitres” quienes están haciendo uso del lenguaje constitucional para forzar un golpe suave al estilo del que tuvo lugar recientemente en Paraguay. Sugerencias como las del jefe de la coalición anti Chavista MUD, de que la oposición está “preparada para asumir sus responsabilidades”, harán poco para calmar esas sospechas.

Confrontando el desgaste

La salud de Chávez y el posible sucesor no son los retos más enormes que la Revolución Bolivariana necesitará enfrentar en los meses y años que se avecinan. Mas fundamental es lo que muchos revolucionarios me han descrito como el sigiloso proceso de desgaste, el lento y gradual agotamiento del proceso revolucionario, especialmente como un fenómeno electoral. En algún sentido, este peligro apareció inicialmente en el 2007 cuando la Reforma Constitucional fue derrotada en un referendo a nivel nacional después que los Chavistas simplemente fallaron en movilizar a la base. Pero las señales de advertencia han aumentado seriamente en las elecciones locales y regionales del 2008 y en las parlamentarias del 2010, ambas de la cuales vieron ganancias para la oposición. En algunos sentidos, esto es un proceso natural: momentos de subidas y rupturas proveen un  palpable motivador para transformar la vida política. Tal como sucedió en 1989 con la masiva rebelión anti neoliberal conocida como el Caracazo, que termino con cientos o miles de muertos. Pero aun las más lacerantes memorias se desvanecen, y mientras la revolución Bolivariana ha sido afortunada en avanzar de “evento en evento”, como me lo explicó el veterano revolucionario Roland Denis, refiriéndose especialmente a las combativas movilizaciones callejeras que derrotaron al golpe de Estado contra de Chávez en el 2002, aun esta cadena de “eventos” está sujeta a la vida media que exhiben tales momentos.

Pero el desvanecimiento de las memorias es apresurado por cada acción de continuismo entre el presente revolucionario y el corrupto y antidemocrático pasado, como lo mencionó Reinaldo Iturriza, y particularmente las faltas a la hora de gobernar cometidas por muchos Chavistas. Para Iturriza, esto es mucho más profundo que las cuestiones de la eficiencia, de servicios no provistos, pero en cambio denota una crisis fundamental de representación en la que la provisión de servicios puede en realidad jugar un rol negativo.

Existe una tendencia dentro de algunos sectores de la revolución “de menospreciar a la gente, de forjar relaciones clientelistas, y de verlos como beneficiarios y no como gente protagónica”, explica Iturriza. Los costos políticos a corto plazo de todo esto son expresados en la abstención electoral, especialmente en las elecciones regionales. Para Iturriza, cuando la gente no se presenta a votar por un alcalde o gobernador Chavista, esto significa que, “esa manera de hacer política es muy similar a la del pasado, y yo no creo en eso”.

En donde muchos líderes Chavistas, e inclusive el mismo Chávez, parecen creer que la eficiencia es la palabra clave del día, Iturriza insiste que el reto fundamental no es a cerca de lo que la política puede cumplir, sino, como hacer política en primer lugar: El problema no es el partido…y no será resuelto con nuevas caras…lo que necesitamos identificar es una lógica política, un forma de hacer política. La Revolución Bolivariana no puede ser entendida sin una crítica a la idea de la representación política…este problema no ha sido resuelto.

“Elias es otro beta”

Fue mayormente en un esfuerzo por contrarrestar este proceso de decline que algunos organizadores como Iturriza se conectaron con el vicepresidente y se empezó a desarrollar relaciones con el colectivo de jóvenes hip-hop conocido como Tiuna El Fuerte, y fue a través de este proceso que nació el movimiento Otro Beta. Inicialmente circulando alrededor de la frase “Chávez es otro Beta”, literalmente, “Chaves es algo diferente”, el movimiento paso por alto la jerga local de los barrios del oriente de Caracas, en donde “beta” se refiere a la vida de drogas y violencia.

En vez de simplemente explicar a los jóvenes del barrio de que deberían escoger un “beta” (Chávez) sobre otro “beta”, el movimiento Otro Beta  ha buscado confeccionar en su lugar una transformación más sutil y de abajo hacia arriba de la imaginaria política y participación. Primero, en una serie de espectaculares murales con grafiti y plantillas en los que Chávez es presentado como otro joven residente de los barrios (montando una motocicleta, boxeando, jugando basquetbol, rapeando) y luego después como un movimiento completamente desarrollado abogando por aquellas voces poco escuchadas dentro del proceso revolucionario, Otro Beta ha empezado a reorganizar representación tal y como Iturriza lo imagina.

Para Iturriza y otros, esto es más que un simple y cínico ardid electoral como algunos podrían asumir, y que lo que busca es mucho más que votos. En vez de simplemente buscar movilizar votos para la Revolución tal y como existe, Otro Beta está intentando montar una revolución dentro de la revolución, transformando la participación junto a la representación estética, recuperando a Chávez como el pobre residente de barrio que una vez fue en un esfuerzo por reclamar la política para los barrios.

Este domingo, la cuestión de cómo confrontar este proceso de desgaste y el asunto del posible sucesor de Chávez se intersectaran en una serie de importantes elecciones regionales que podría demostrar ser un punto de inflexión en la Revolución más ampliamente entendida. En lo que constituye sin ninguna duda la contienda más importante, el hasta hace poco vicepresidente Elías Jaua confrontará nada menos que a Capriles, el propio oponente de Chávez en las recientes elecciones, por la gubernatura de Miranda, al este de Caracas. Después de todo fue el mismo Jaua quien como vicepresidente ayudó a iniciar Otro Beta, y el resultado de esta contienda contra Capriles podría impactar el futuro político de Jaua.

Jaua es ampliamente considerado como el más radical entre los potenciales sucesores de Chavez, a la par del moderado Maduro y del conservador Diosdao Cabello (quien previamente gobernó Miranda para luego perder ante Capriles). Jaua tiene una historia de militancia en los movimientos estudiantiles de los años 1980 e inclusive fue miembro del ex cuasi grupo guerrillero Bandera Roja. Él cuenta con el movimiento campesino, afro-venezolano y los movimientos de jóvenes como su base política, y es considerado más digno de confianza por los movimientos que muchos otros Chavistas. Aun los partidarios de Jaua me han dicho que las elecciones del domingo serán muy difíciles: las áreas más ricas de Miranda han llegado a desarrollar un odio tal por Chávez que “ni siquiera votaran contra Elías, votaran en contra de Chávez”.  Si Jaua tiene éxito, será, en no menor medida, debido al esfuerzo de estos movimientos radicales de jóvenes como Otro Beta que están intentando transformar la política venezolana a través del prisma de la juventud del barrio, y una victoria será por lo tanto doble importante. Mientras que Jaua no conducirá él mismo este proceso de renovación, al igual que no lo hace Chávez con la revolución, una victoria electoral con el respaldo de los movimientos revolucionarios de las juventudes  sería un golpe a una creciente y confiada oposición (y Capriles en particular) y una indicación a Maduro y otros que un giro a la izquierda sería una opción viable.

Tenemos pueblo

Un camarada me explicó que Maduro es una elección muy confiable para suceder a Chávez, y que será un encargado estable  mientras la revolución avanza: “el suavizará la revolución, pero esto solo será transitorio, mientras se desarrolla un auténtico y popular liderazgo”. La cuestión permanece sobre ¿quién proveerá el decidido telos para ese desarrollo, un papel que Chávez ha cumplido hasta este punto? ¿Qué brújula guiará las luchas populares en tanto lanzan a la palestra a líderes más nuevos, más jóvenes y más radicales?

Ante de salir para Cuba una vez más, Chávez insistió en enfatizar cuanto ha cambiado desde que la revolución empezó hace más de 14 años. “Tenemos patria hoy, today we have a homeland, la Venezuela de hoy no es la misma de hace 20 años o de hace 40 años. Tenemos pueblo, we have apeople”. Chávez está en lo correcto de que la Venezuela de hoy no es la Venezuela de décadas pasadas, y el entiende al pueblo en su sentido más subversivo, como el proyecto colectivo que ha empezado a desarrollarse, pero que debe, más pronto que tarde, volverse el telos para la lucha misma.



Traducción del inglés por Delmar Manuel



George Cicarriello-Maher enseña teoría política desde abajo en la Universidad de Drexel en Filadelfia, y es el autor del libro We Created Chavez: A Peoples’s History of the Venezuelan Revolution, a publicarse próximamente por la Duke University Press.









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