Así muy aptamente la describe, en el siguiente
articulo el Profesor y Escritor Jutiapaneco, Luciano Castro Barillas. No debería ser un secreto para nadie con cierto conocimiento de la historia reciente de Guatemala, que el
quehacer político nacional es todo un espectáculo
circense , con antifaces detrás de los cuales se esconden personajes de la más baja calaña, perpetradores de la debacle que
es hoy en día el país. Ha
transcurrido más de medio siglo, y la Democracia
que apadrinan los dueños del espectáculo le ha fallado
miserablemente al pueblo guatemalteco, y,
a no ser que la urgencia de la necesidad provoque un vuelco violento,
las cosas seguirán peor que hoy y ayer. Probablemente transcurran otros
cincuenta años y el refrán aquel de que: “No hay
mal que dure cien años ni pueblo que lo resista”, pasara
desapercibido, sin pena ni gloria en la Guatemala enervada, de la eterna bufonada.-----
Marvin Najarro.
LA SEPTIMA
BUFONADA ELECTORAL GUATEMALTECA
Por:
Luciano Castro Barillas
Cuando usted lector amigo,
este leyendo esta epístola cibernética, las
elecciones del 2011 en Guatemala estarán por realizarse o en tiempo real están teniendo lugar. Los sectores dominantes de este atormentado país montaron, una vez más, su bufonada teta anual para
repartirse el poder político pues el poder económico desde hace siglos esta en sus manos. Son propietarios de todo: la
superestructura política (lo jurídico, político e ideológico) es un machete con asentado y
efectivo filo pues jueces y magistrados, con rarísimas
excepciones, decapitan una y otra vez la alegoría invidente e
imparcial de la justicia con resoluciones descabelladas. No es por gusto que el
comisionado de la CICIG afirmara en Costa Rica que “la justicia en Guatemala
está al revés pues el 98% de los casos
criminales se quedan en la impunidad”. Las universidades, como centros
formadores de nuestras generaciones, están copados y ahítos de las ideas neoliberales más extremistas, porque ahora el
negocio de la desinformación no solo la hacen los medios de
comunicación masivos sino “las universidades” donde una ciencia ramplona hace técnicos variopintos, aunque todos orientados en los postulados de la
rentabilidad inescrupulosa.
Bueno, y lo político, quizá esto sea lo peor. Lo mas catastrófico que está sucediendo a la sociedad guatemalteca: siete elecciones, de Vinicio
Cerezo a Alvaro Colom, todas de derecha, han vuelto a este país, territorio, nación y estado juntos, un cachorro
inservible y espacio alucinante para la angustia, el hambre y el horror. La
derecha como gestión del estado y la sociedad es un
absoluto fracaso, porque ¿Cómo explicarnos que de 1954 para el 2011 este país va de mal en peor? Los índices de
desarrollo humano nos posiciona entre campeones y subcampeones a nivel mundial
y latinoamericano: primer lugar en desnutrición infantil en
América, segundo lugar en asesinato de mujeres, primer lugar en
analfabetismo en América, subcampeonato por tener el
presidente mejor pagado de América después de Barack
Obama. La lista es larga de personajes catódicos, auténticos, “mala onda” con este hermoso y paradisiaco país, si comparamos las tórridas arenas y pedregales de Libia
o Afganistán, por ejemplo. La suerte para los casi 14 millones de
guatemaltecos no cambiara pues gane el que sea de los 17 partidos de derecha,
la historia es la misma: el 80% de los diputados granujas, desaprensivos irremediables,
se reeligen. Y los apéndices de diputados –alcaldes- hacen su pasantía de saqueo de
las arcas locales para tornarse al poco tiempo en “políticos
profesionales” al llegar al antro parlamentario, donde pulen las mañas y se
afilan las uñas. El colmo es que ahora los politiqueros estos tienen
aspiraciones monárquicas: quieren insertar a sus vástagos en el noble y digno trabajo de ser diputados. Los alcaldes que
van a reelección son el 60%. Es obvio que nuestra
democracia no se puede revitalizar ni salvar con semejantes bellacos. La
juventud en el Congreso Nacional debe ser de ideas, pues muchos jóvenes biológicos tienen (como el caso indicado)
un pensamiento político y social viejo, atrasado y oligárquico. Las propuestas políticas solo fueron de muerte (la
pena) y de seguridad represiva, no democrática. Algo así como la paz de los cementerios. No hay la propuesta de fondo que es
impostergable en este país: La Reforma Agraria, La Reforma Fiscal
y una verdadera redefinición del papel constitucional del
ejercito. La institución armada sigue siendo hasta el día de hoy el factótum al que todo mundo le rinde
pleitesía. Nadie osa contradecirlo y como fiel guardian de los
intereses oligárquicos y al mismo tiempo parte de el, es
un natural opositor a la Reforma Agraria (cientos de oficiales son medianos y
grandes propietarios en la Franja Transversal del Norte de Peten vía despojo a las comunidades indígenas) y por supuesto a la Reforma
Fiscal, los grandes rentistas le tienen franco y decidido terror al gravamen del impuesto sobre la renta y se niegan a dejar de ser elusivos con
otros tributos obligatorios. Un ejemplo de esto es que la carga impositiva
guatemalteca del 12% en relación con el Producto Interno Bruto, en
vez de subir en el 2010 bajo al 10.1%, pese a los acuerdos fiscales del
gobierno con el sector empresarial. Es de agregar que la carga fiscal de
Guatemala es la más baja de América Latina
(otro campeonato), siendo la razón (mas que los desaciertos del
desenergizado y enteco presidente) de la virtual quiebra del estado guatemalteco,
pues, aunque parezca increíble, los hospitales nacionales están tan desabastecidos que los enfermos del hospital, Roosevelt, tienen
por comida unicamente plátanos cocidos y
los bebes toman sus biberones de atole, solo que sin azúcar.
Francamente eso se llama “desastre social” y las culpables son las derechas que
durante más de 57 años han gobernado este país.
Por el momento no hay ninguna
posibilidad para construir una sociedad mejor a través de las
elecciones. Indudablemente el Estado y una sociedad distinta se forjara en vaya
a saber usted que crisoles de lucha popular. Mi generación ya no lo verá. Pero la sacudida, el remezón político y social de esta nación será catastrófico, porque
las salidas civilizadas ya no son posibles. Las instituciones políticas guatemaltecas no son la anciana sabia y venerable. Es una vieja
marrullera de viejas ideas desacreditadas que un día, en su loca
carrera, se fracturara todos los huesos.
Publicado por: Marvin Najarro
Connecticut, EUA.
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