María Alice Setúbal prometió
que si Marina Silva (Partido Socialista Brasileño) fuera electa en los comicios
del 5 de octubre, a partir del 1º de enero de 2015 la futura administración
acabará con las heterodoxias de la mandataria Dilma Rousseff, detestada en la
comunidad financiera, donde se la caracteriza como “estatista e
intervencionista”.
PARTIDO SOCIALISTA
BRASILEÑO: EL PROGRAMA
QUE AGRADA A LOS BANQUEROS
Marina Silva fue proclamada candidata el miércoles pasado,
poco después de la muerte de Eduardo
Campos.Imagen: AFP
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Por Darío Pignotti. Página/12
Una thatcherista, ecológicamente correcta, en la corte de la candidata
Marina Silva. Desde que la dirigente ambientalista anunció que disputará las
elecciones presidenciales, la única persona de su entorno que ofreció detalles
sobre el programa de gobierno fue María Alice Setúbal, miembro de la dinastía
que fundó y conduce el banco privado más importante del país.
María Alice Setúbal prometió que si Marina fuera electa en los comicios del
5 de octubre, a partir del 1º de enero de 2015 la futura administración acabará
con las heterodoxias de la mandataria Dilma Rousseff, detestada en la comunidad
financiera, donde se la caracteriza como “estatista e intervencionista”.
Marina Silva (Partido Socialista Brasileño) se ubica en las antípodas de
Dilma (Partido de los Trabajadores), explicó Setúbal, ya que el programa
económico de la ecologista “coloca su foco en puntos claros, destacándose
claramente la reforma tributaria y la responsabilidad fiscal”, a ser alcanzada
con el recorte del gasto y el achicamiento del Estado. Marina, ubicada segunda
en una encuesta donde aparece con el 21 por ciento de las intenciones de voto,
15 puntos abajo de Dilma, fue proclamada el miércoles pasado, poco después de
la muerte del ex candidato presidencial socialista Eduardo Campos, ocurrida en
un accidente aéreo en el interior de San Pablo.
“Ella (Marina) ya declaró que va a admitir todos los compromisos asumidos
por Eduardo (Campos)..., por ejemplo la autonomía del Banco Central. Al
principio ella consideraba que no era necesaria una autonomía formal, hecha por
ley, pero al final lo aceptó”, contó su consejera Setúbal.
La ex ministra de Medio Ambiente que llamaba a su seguidores como
“soñáticos” parece haber entendido las coordenadas del poder. “Ella está más
pragmática”, la adopción de posiciones moderadas fue aprobada por los
empresarios, que en los últimos días “nos han llamado bastante... yo recibí
llamadas” ofreciendo donaciones de campaña. Y avisó que en los próximos días
operadores del mercado financiero se sumarán al equipo de economistas
encabezado por el liberal Eduardo Gianetti da Fonseca.
En los diarios del fin de semana las declaraciones de María Alice Setúbal,
integrante de la familia que controla el Banco Itaú, merecieron una extensa
cobertura, junto con versiones sobre el crecimiento de Marina en nuevas
encuestas reservadas. Esa repercusión periodística se debe a que la hija de
Olavo Setúbal, antiguo colaborador de la dictadura y fundador del Itaú, cuando habla
lo hace en la doble condición de coordinadora del programa de gobierno de su
“amiga” Marina Silva y portavoz oficiosa de los banqueros. Sus argumentos son
los invocados por la corporación financiera –algunos compartidos por las
patronales industriales–, como es el caso de la reducción de la carga
impositiva para reemplazarla por otra más regresiva que la actual, y el fin de
las políticas sociales que ellos tildan de “populistas” y son las marcas de los
gobiernos PT.
Hace una semana, Dilma y su compañero Luiz Inácio Lula da Silva presentaron
un portal dedicado precisamente a informar sobre las políticas públicas con
prioridad en el ataque a la pobreza (programas Bolsa Familia y Brasil Sin
Miseria), la creación de 20 millones de empleos y la construcción de dos
millones de viviendas populares (plan Mi Casa, Mi Vida) implementados desde
2003 por las administraciones petistas.
En línea con Dilma y Lula, el ministro de Hacienda, Guido Mantega, advertía
que más subas de los altos intereses de la deuda pública (son del 11 por ciento
anual) conspiran contra las políticas sociales y el ritmo de la actividad
económica. “No se puede tirar balas de cañón contra la inflación, porque si yo
subo los intereses la economía se desinfla y tenemos recesión, allí vamos a tener
una inflación baja, pero va a ser la paz de los cementerios”, planteó el
desarrollista Mantega, cuya cabeza piden al unísono en la revista británica The
Economist, los columnistas liberales (que son 9 de cada 10) y los bancos
tenedores de títulos de la deuda.
La vocera de Silva y heredera del Banco Itaú rebatió la tesis del ministro
nombrado por Lula en 2006, ratificado por Dilma al asumir en 2011. Sostuvo
Setúbal que el combate a la inflación del gobierno petista es tímido,
insuficiente, pues tolera un alza de precios de hasta el 6,5 por ciento anual
contra el 5 por ciento que, prometió, se establecerá como techo durante un
eventual mandato “marinero”, apodo con el que se identifican los seguidores de
Silva.
Repitiendo lo que ocurre en otros países latinoamericanos, los bancos
brasileños exigen una guerra sin cuartel contra lo inflación para justificar el
encarecimiento de las tasas pagadas por el gobierno: en 2013 los tenedores de
títulos públicos cobraron más de 100 mil millones de dólares, monto que
seguramente será superado en 2014. El Banco Itaú es uno de los grupos
beneficiados con esa sangría de recursos, ya que el año pasado obtuvo ganancias
(por cobro de intereses y otras actividades) superiores a los 7000 millones de
dólares y en el primer semestre del actual ya recaudó unos 4200 millones.
María Alice Setúbal, a quien Marina llama por su sobrenombre Neca, concedió
una entrevista de 72 minutos sin titubeos, con la certeza de alguien que además
de pertenecer a una de las familias que digitan el poder sin importar el signo
ideológico de los mandatarios electos, ahora presiente que ocupará un cargo en
el Palacio del Planalto. “Sí estaré”, respondió cuando le preguntaron si será
ministra o consejera de una eventual presidencia de Silva.
Comentó que habla o se ve diariamente con la candidata evangélica y matizó
sus posiciones económicamente ortodoxas manifestando su fe en una “nueva
política” y en un gobierno atento a los problemas ecológicos, conceptos sobre
los que no profundizó, como tampoco se extendió cuando dijo que Marina tiene
una idea “más femenina del poder”.
Publicado por LaQnadlSol
USA.
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