Si la clase política
corrupta y antidemocrática llegó a creer que la renuncia de la Vicepresidenta y
la designación de un nuevo y “honorable” Vicepresidente serían maniobras
suficientes para acallar el clamor popular con sed de justicia y verdadera
democracia, entonces se equivocaron porque el pueblo ya no se mama el dedo y ha
aprendido a detectar sus artimañas, ya no se conforman y van por más…
LAS MANIOBRAS POLÍTICAS DE
LOS CORRUPTOS
NO LOGRAN APACIGUAR EL
RECHAZO POPULAR
Guatemala ha vivido una nueva jornada de protestas populares con diversos
grupos de ciudadanos sumándose al movimiento espontaneo de protesta nacional para
expresar su rechazo e indignación ante el abuso de poder de las clases que
históricamente han detentado el poder en el país y que ha resultado en
incontables y escandalosos casos de corrupción, impunidad, y todo un cumulo de atropellos que
el pueblo injusta y pacientemente ha tenido que soportar por generaciones,
mientras que aquellos con la tarea de gobernar, y hacer valer la democracia, se
han transformado en auténticas mafias que han corrompido y saqueado todas las
instituciones del Estado, dejando al pueblo desprovisto de toda posibilidad de
vivir y desarrollarse, aunque sea con un mínimo de dignidad, en una sociedad
justa y democrática.
El reciente escándalo de corrupción de la estructura mafiosa la Línea que
ha sido la chispa que ha encendido la ola de repudio popular contra la clase
dirigente y que ha precipitado la caída de varios funcionarios, entre ellos la
vicepresidenta Roxana Baldetti, y que también amenaza seriamente la
supervivencia de otros, entre ellos el presidente Otto Perez Molina, es un
evento de particulares dimensiones que puede llegar a significar un gran cambio
en la trayectoria política de Guatemala debido a la presión popular que ya no
se conforma con cambios cosméticos, cambiar para no cambiar nada, y exige una
depuración total de todo el corrompido y antidemocrático sistema político que
ha imperado en Guatemala desde la caída de la revolución democrática en 1954.
La ciudadanía que por tanto tiempo y con un enorme estoicismo llegó a
soportar, o acostumbrase, a todo tipo de abusos cometidos en su contra por un
Estado criminal deliberadamente al servicio de la elites económicas criollas y
del gran capital internacional, se ha hartado de esta situación y está
amenazando con convertirse en una fuerza avasalladora, un tsunami, que arrasará
con todo el desgastado edificio político que las clases dominantes han
levantado para su propio beneficio. La clase política de turno y las clases
oligárquicas están presenciando la fuerza que está tomando la oleada de
descontento popular y están temblando, sin embargo, no se resignan a perder su
estatus de privilegiados, y por aquello de que los viejos hábitos cuesta que
mueran, están recurriendo a todo tipo de maniobras engañosas con tal de mantenerse
en el poder y conservar el orden de cosas que siempre les ha favorecido.
De esa cuenta tenemos que con la intención de calmar las aguas, primero, se
ofreció la renuncia efectiva de la vice Baldetti y luego después de varios
intentos fallidos, el desprestigiado y corrupto Congreso designó como
vicepresidente a Alejandro Maldonado Aguirre que anteriormente venía
desempeñándose como presidente de la también cuestionada Corte de
Constitucionalidad. Maldonado Aguirre, a quien algunos interesados en preservar
el actual orden de cosas presentan como la persona idónea para el manejo de la
crisis, es un hombre que durante toda su trayectoria política, además de mamar
a sus anchas de la generosa teta publica, se ha distinguido por identificarse
plenamente con los intereses del sistema, él es un hombre del sistema, un
reaccionario de primera línea, anticomunista acérrimo y antiguo miembro del
tristemente célebre Movimiento de Liberacion Nacional (MLN), formación política
que en la práctica funcionó como un escuadrón de la muerte con fachada de
partido político durante los años del conflicto armado guatemalteco. Estos
antecedentes, más sus actuaciones en el caso de la anulación de la sentencia
por genocidio de Ríos Montt y la salida de la ex fiscal Claudia Paz y Paz, son
suficientes para desconfiar y repudiar sus futuras actuaciones como
vicepresidente.
Hay que tener en claro que el recién designado vicepresidente, en una
movida con tintes de “golpe”, ha asumido el cargo por orden del CACIF y de la
Embajada de los Estados Unidos, y en este sentido se desempeñará en función de
los intereses de estos poderes, en otras palabras el será su títere designado.
Maldonado Aguirre, ante la inhabilidad para gobernar del zombi Pérez Molina quien
lo más seguro es que tenga sus días contados, llega para hacer las veces de
presidente y desactivar el movimiento de protesta. Esa será su función
primordial. En los próximos días veremos sus llamados a la calma y la cordura,
el respecto al orden público, el retorno a la normalización, pero sobre todo,
que la gente se involucre de lleno en la farsa de la campaña electoral. Este
será su caballo de batalla, o más bien su Caballo de Troya, con el que intentará
restaurar el orden y dejar intacto todo el cuestionado sistema político, pero
lo más importante, destruir el movimiento de protesta y acabar con sus
aspiraciones democráticas.
Tenemos entonces, con el asunto de las próximas elecciones, una situación
muy complicada para el movimiento de protesta. Porque si en verdad se quiere
depurar el actual sistema dominado por partidos políticos corruptos, entonces
es obvio que tendrán que oponerse y exigir (como ya se viene haciendo) que se
cancelen las elecciones, porque qué sentido tendrá participar en las elecciones
y que lleguen al poder los mismos corruptos a quienes se está repudiando y
exigiendo que se vayan al carajo. A nuestro entender este será el escollo más
grande que en lo inmediato, porque las elecciones están a la vuelta de la
esquina, tendrá que sortear el movimiento espontaneo de protesta. Aceptar que
se lleven a cabo las elecciones en el actual clima de rechazo total, significaría
la claudicación del movimiento y del anhelo por democratizar a Guatemala.
A estas alturas, cuando el movimiento de protesta está cobrando más fuerza,
las elecciones vienen a ser como una gran roca que se le pone en su camino a un
tren que empieza a tomar velocidad, lidiar con ese obstáculo, demandará un alto
nivel de entrega y de lucha organizada que sean acordes con el reto que se ha planteado.
El formato de lucha empleado hasta aquí, similar al de las revoluciones de
color ensayadas por el imperialismo occidental en otras partes del mundo, si
bien efectivas en sus fases iniciales, a la larga han demostrado ser presas fáciles
de la cooptación por parte de aquellos interesados en que las cosas no cambien
mucho. El movimiento de protestas guatemalteco tiene que tener esto en cuenta,
y también que sin una buena dosis de radicalización, como ya lo ha venido
haciendo, las posibilidades de avanzar en sus demandas por transformar a
Guatemala terminaran en la nada.
Para un pueblo que ya dejó de temer, urge darse cuenta y aceptar que es únicamente a través de la senda
revolucionaria que se logrará una transformación fundamental, pretender otra
cosa, como que las clases dominantes cederán de buena gana todo el poder que
ostentan es cosa de ilusos y la historia está de testigo. Lo logrado por la Revolución
Democrática de Octubre de 1944, es un ejemplo que debe servir de mucho al
actual movimiento de protesta guatemalteco.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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