Christopher Black opina que el mundo presenciará como la agresión y el militarismo estadounidenses se intensifican aún más bajo la presidencia de Joe Biden que bajo la administración saliente de Trump.
MÁS AGRESIONES ESTADOUNIDENSES
BAJO UN GOBIERNO DE BIDEN
Por Finian Cunningham
Strategic Culture
En la siguiente entrevista para Strategic Culture Foundation, el autor y
abogado internacional Christopher Black opina que el mundo presenciará como la
agresión y el militarismo estadounidenses se intensifican aún más bajo la
presidencia de Joe Biden que bajo la administración saliente de Trump. Black
señala el largo historial de Biden en el Senado y como exvicepresidente que da
fe de su leal apoyo a las guerras ilegales de los Estados Unidos. Otro
indicador ominoso son las selecciones de Biden para su nuevo gabinete, que
incluye figuras reaccionarias de la administración Obama que fueron entusiastas
defensores del intervencionismo militar en Libia y Siria. En tercer lugar, tal
y como Black concluye convincentemente, la guerra y la agresión son una función
indispensable de la economía capitalista de los Estados Unidos. Debido al
aumento de los problemas sociales internos, los imperativos del militarismo se
han vuelto más fuertes para la clase dominante estadounidense como un medio
para evitar el colapso interno. En Biden, los belicistas encontrarán el
instrumento adecuado. Durante los debates presidenciales, Biden manifestó una
hostilidad irracional hacia China y Rusia, haciendo gala de una mente
completamente condicionada.
Christopher Black es un reconocido abogado defensor internacional con sede
en Canadá, especializado en crímenes de guerra. Se desempeñó como asesor legal
del presidente serbio Slobodan Milosevic antes de su muerte en 2006 en una
celda de la prisión en La Haya mientras estaba siendo enjuiciado. Black también
se desempeñó como abogado defensor principal en un juicio por crímenes de
guerra en Ruanda, donde logró obtener la absolución al exponer el caso de la
fiscalía como un montaje. Black ha sido un crítico acérrimo de la
criminalización de la justicia por parte de las potencias de la OTAN que
utilizan las acusaciones contra líderes extranjeros como arma política.
Christopher Black ha escrito extensamente sobre asuntos internacionales,
incluso sobre las relaciones entre Estados Unidos, Rusia y China.
Entrevista
Pregunta: ¿Cuáles son sus expectativas sobre una
nueva administración estadounidense bajo el presidente Joe Biden con respecto a
las relaciones internacionales? ¿Cree que las tensiones internacionales se
reducirán bajo el presidente demócrata?
Christopher Black: Lo que espero de la administración de
Biden, si asume el cargo, es que continúe con las mismas políticas agresivas
que Estados Unidos ha implementado durante generaciones dondequiera que sus
intereses, es decir, su acceso a los mercados y recursos, sean desafiados por
la competencia con otras naciones, en particular en contra de Rusia y China y
sus aliados. Estados Unidos está siempre dispuesto a usar la fuerza y no le
preocupa el derecho internacional o la moral. Fueron los demócratas quienes se involucraron
y ejecutaron la guerra contra Vietnam, contra Cuba y fueron ellos, bajo
Clinton, quienes atacaron Yugoslavia y la destruyeron para avanzar en su guerra
contra el socialismo y en el cerco de Rusia, que aunque ya no es socialista, se
niega a renunciar a su independencia o vender a su pueblo a la servidumbre bajo
la hegemonía estadounidense. Fue Obama quien inició el “giro hacia el
Pacífico”, su eufemismo para la agresión contra China, cuya economía en ascenso
no pueden tolerar, fue él quien inició la guerra en Siria, atacó y destruyó
Libia. Los estadounidenses proclaman que están a favor de la competencia, pero
sabemos que eso significa solo cuando los coloca en una posición superior; y
para mantener su posición están dispuestos a amenazar y atacar al mundo si es
necesario; y existen un sinnúmero de problemas internos en los Estados Unidos
de los que no tienen salida, ya que los dos partidos gobernantes no tienen
soluciones que ofrecer, excepto la guerra.
Pregunta: Bajo Trump, las relaciones
entre Estados Unidos y China se han desplomado. ¿Cree que la tendencia continuará
con Biden?
Christopher Black: La administración Biden estará empeñada
en la guerra. Si Biden estuviera preocupado por la paz, estaría denunciando al
nuevo ministro de defensa de Trump, el coronel Christoper Miller, y las
políticas agresivas de Trump hacia Rusia y China; Biden estaría elaborando una
iniciativa de paz global por parte de la nueva administración. En cambio, está
incorporando en su administración los remanentes más reaccionarios de los años
de Obama. Todos criminales de guerra. La retórica de Biden contra China es
incluso más hostil que la de Trump. Pero no importa quién esté en el poder en
Estados Unidos ya que ambos partidos están controlados por facciones del
complejo empresarial-militar que busca continuar y expandir la hegemonía
estadounidense. En consecuencia, podemos esperar que las provocaciones de
Estados Unidos contra China se aceleren y, como los chinos han advertido en
varias ocasiones durante los últimos meses, la guerra es una posibilidad muy
real, incluso una probabilidad, y Taiwán será el punto crítico.
Las guerras estadounidenses siempre están precedidas por una campaña
propagandística de miedo y odio que espera que sus aliados adopten y le
proporcionen validez. Vemos que esta campaña se lleva a cabo en todos los
países de la OTAN y de los países que conforman el Five Eyes (EE.UU, Canadá,
Gran Bretaña, Australia, Nueva Zelanda) y en gran medida tiene éxito al lograr
manipular a los ciudadanos de esos países para que apoyen la guerra contra
China, contra Rusia, contra el enemigo de moda.
Estos aliados de Estados Unidos están siendo alineados con los nuevos
planes de guerra de Biden. Por ejemplo, el británico Boris Johnson se está
comprometiendo con cifras récord de miles de millones de libras para armamento.
Lo mismo sucede con Canadá. Australia ha desatado un aluvión de propaganda
hostil contra China.
Pregunta: ¿Cómo visualiza las
relaciones entre Estados Unidos y Rusia bajo Biden? Él ha hablado de prolongar
el tratado New START que limita las armas nucleares estratégicas. ¿Podría esto
presagiar una mejora en las relaciones entre Washington y Moscú?
Christopher Black: Es una pequeña señal positiva, pero
sabemos por los antecedentes historicos que Estados Unidos siempre buscará debilitar
las defensas rusas mientras fortalece las suyas. Por lo tanto, hay que
cuestionar la buena fe de las declaraciones de Biden a ese respecto. Se trata
de un hombre que está a la cabeza de un partido político que pasó los últimos
cuatro años condenando a Trump como agente ruso y afirmando que Rusia ha
atacado a Estados Unidos interfiriendo en sus elecciones. Y sabemos que no se
puede confiar en los estadounidenses. Su palabra no es una garantía. Entran y
salen de los tratados internacionales a su antojo. Podemos tener esperanza,
pero también debemos afrontar la realidad.
Pregunta: Joe Biden ha hablado
sobre volver engranarse con los aliados de la OTAN a quienes Trump antagonizó
con su estilo intimidatorio y transaccional sobre el gasto militar y otros
temas. ¿Cree que la conducta estadounidense se volverá más intervencionista y
militarista como resultado de una OTAN más realineada bajo Biden?
Christopher Black: Trump únicamente los enfrentó para exigirles
que pagaran más por su condición de vasallos en la máquina de guerra de la OTAN
y que aceleraran la planificación militar y los preparativos para la guerra
contra Rusia, lo que todos acodaron realizar. Pero, en general, los aliados de
la OTAN comparten los objetivos estadounidenses de poner fin a la independencia
rusa, en particular Gran Bretaña y Alemania, el primero de los cuales sueña con
su antiguo imperio y el último de los cuales nunca ha abandonado su búsqueda de
partir a Rusia en pedazos que Hitler falló en lograr. La maquinaria de Estados
Unidos y la OTAN está expandiendo rápidamente sus fuerzas en Europa del Este,
su logística, depósitos de armas, ejercicios militares. Los alemanes acaban de
realizar un ejercicio militar con las fuerzas estadounidenses practicando un
ataque nuclear contra Rusia. Ese impulso se acelerará con Biden al igual que lo
habría hecho con Trump si hubiera sido reelegido.
Pregunta: ¿Por qué la
conducta de Estados Unidos en las relaciones internacionales parece permanecer
constante independientemente de quién esté en la Casa Blanca como presidente?
Christopher Black: Está en la naturaleza de una nación
imperialista, por la naturaleza del sistema económico, aumentar las ganancias a
toda costa. Estados Unidos es el epítome del Estado capitalista, en esencia un
Estado corporativo armado hasta los dientes, despiadado, desdeñoso de todos,
del derecho internacional, y dispuesto a destruir cualquier nación que se
interponga en su camino. Aún más, el nivel de vida relativamente bueno de su gente,
que ha ido disminuyendo desde el final de la guerra de Vietnam, depende del
mantenimiento de la hegemonía estadounidense.
Pregunta: Rusia y China han
estado consolidando una alianza estratégica para el desarrollo económico y la
seguridad global. ¿Considera esta alianza como un contrapeso crucial a las
desestabilizadoras ambiciones hegemónicas estadounidenses?
Christopher Black: Sí, pero esa alianza no ha tomado la
forma de una alianza militar, aunque los líderes tanto de China como de Rusia
no lo han descartado. Sin embargo, ven lo que el resto de nosotros podemos ver,
que Estados Unidos ve a Eurasia, desde Rusia, pasando por Irán, desde
Afganistán hasta China, como un bloque económico, como una gran reserva de
recursos, mano de obra y mercados y el cual posee un potencial industrial
ilimitado. Por lo tanto, es natural que los objetivos comunes de los estadounidenses
formen una alianza para aumentar su seguridad militar y económica conjunta que
les sirva para mejorar su seguridad individual.
Pregunta: ¿En su opinión, qué
debe cambiar para que la conducta de Estados Unidos se apegue al derecho
internacional y, por lo tanto, mejoren las perspectivas de paz mundial?
Christopher Black: Para lograr eso, se requerirá de una
revolución en los Estados Unidos, el derrocamiento de los poderes económicos que
controlan la maquinaria del Estado, pero no existen posibilidades de que eso
suceda. Realmente no existe una oposición efectiva a estas políticas en los
Estados Unidos. El movimiento por la paz es débil y fragmentado, dominado por los
"liberales de los misiles crucero". Las voces de la razón no tienen
poder, ninguna influencia real entre las masas populares que están dominadas
por una sofisticada maquinaria propagandística conocida como los "medios
de comunicación". La censura va en aumento y las pocas voces críticas que
existen están siendo silenciadas.
En mi opinión, se necesitará una derrota militar de Estados Unidos a fin de
generar las condiciones necesarias para los cambios requeridos. Y quizás suceda,
como China lo ha dicho una y otra vez, que si Washington decide tomar el
control directo de su isla de Taiwán y los estadounidenses interfieren o si son
atacados en el Mar de China Meridional, derrotarán a los EE.UU. Una guerra así tendría
consecuencias mundiales y provocaría realineamientos del poder no solo en los
Estados Unidos, si acaso sobrevivimos.
Publicado por La Cuna del Sol
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