Hay dos vertientes que son dignas de análisis con respecto a lo que acontece en las áreas rurales de los municipios de Santa Catarina Ixtahuacán y Nahualá, dos municipios del departamento de Sololá, en el occidente de Guatemala.
LA HERENCIA MALDITA
CONTRAINSURGENTE
EN LAS TIERRAS ALTAS
DE GUATEMALA
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Hay dos vertientes que son dignas de análisis
con respecto a lo que acontece en las áreas rurales de los municipios de Santa
Catarina Ixtahuacán y Nahualá, dos municipios del departamento de Sololá, en el
occidente de Guatemala. Se decretó hace más de quince días Estado de Sitio, es
decir, supresión de todas las garantías de asociación, expresión, movilización
y manifestación. Hay controles policiales y del ejército por todos los senderos
que serpentean por la sierra. Sin embargo, un grupo reducido de pobladores
dotados de armas de infantería, rifles de caza o fusiles de asalto, abrieron
fuego de manera tan certera a decenas de policías que, el primer abatido, fue
el inspector a cargo del operativo, el señor Canahuí Tista.
Ante esto hecho que les sorprendió, los
subalternos con su mando abatido, tuvieron en un principio que retroceder y
cuando el fuego arreció y comenzaron a hacerse más los heridos [un hombre y
tres mujeres] cundió el pánico y salieron huyendo en desbandada, es decir,
desorganizadamente. Ausentes totalmente de un repliegue ordenado. Como se oye
en la grabación, donde un agente huye virtualmente aterrorizado y gritando con
desespero: ¡Patas para qué te quiero!
Este operativo de alta montaña, donde muchas
veces falta el oxígeno, era para tropas especializadas del ejército. En la
policía muchos integrantes de ese personal, sobre todo mujeres, no ha prestado
servicio militar y, por lo tanto, su moral y técnica combativa es baja cuando
no, nula. Eso sí, iban bastante bien equipados, con uniformes negros
intimidantes y armas automáticas que, al final, de nada les sirvieron porque no
resistieron el fuego de los comuneros ni cinco minutos. Los verdaderos
responsables de esta debacle y ridiculización de las fuerzas de seguridad deben
responder ante quien corresponda por el total fracaso del operativo. Ya el
ejército se había retirado “para evitar
un baño de sangre”, asunto poco creíble porque ante una amenaza armada la
ley garantiza la legítima defensa, máxime si el agraviado es un componente de
las fuerzas de seguridad.
Cuando un país tiene sus estructuras de
gobierno en total desorden como en Guatemala, no es nada extraño estos
resultados. Porque generalmente no hay un trabajo previo de inteligencia y
exploración. Nadie con mando de tropa o personal policial puede meter a un contingente
de personas a una muerte segura. No fueron realmente emboscados, sino solo fueron sorprendidos por unos cuantos
tiradores. En una emboscada real, verdadera, son tres tiradores contra una
persona que se mueve, por lo tanto, si hubiese sido una emboscada real, los
muertos no bajarían de unos veinte. La improvisación, muy seguramente, puso en
peligro la vida de muchas personas y se impone saber quién dio las órdenes
superiores.
Ahora bien ¿qué realmente pasa entre los
comuneros de esos dos municipios de Sololá? El conocido es un centenario
problema de límites, donde unos reclaman tierra y una fuente de agua. Un
problema que no fuera tal si la mediación de las autoridades hubiese sido
efectiva, porque de simples rencillas los vecinos de la aldea de Nahualá
pasaron a la enemistad franca y directa con los vecinos de Santa Catarina
Ixtahuacán. Mataron a 13 vecinos a mansalva, con ventaja y alevosía. La
historia nos hace recordar algo muy importante sobre la idiosincrasia de los
campesinos de Nahualá: siempre se han sumado a causas innobles. Desde los
batallones contra los creadores del Estado de los Altos o sea el Sexto Estado
Centroamericano, hasta los fieles servicios prestados a Jorge Ubico y en el
conflicto armado interno de 36 años en Guatemala, fue allí, precisamente, donde
ser organizaron las primeras Patrullas de Autodefensa Civil, PAC, en los meses
que ejerció el gobierno Efraín Ríos Montt.
Los vecinos nahualatecos siempre han sido
militaristas y casi el cien por ciento de varones han prestado servicio
militar. No son los vecinos de Nahualá personas identificadas con el movimiento
revolucionario sino con el ejército, al punto que el haber construido
trincheras refleja lo típico de los conflictos militares: la guerra de
posiciones. La guerrilla nunca pudo enseñar eso porque la infantería
guerrillera era totalmente móvil, de tránsito…
La otra variante es la presencia de los
narcotraficantes que tienen pertrechados a sus posibles socios porque se dice
que abundan en la alta montaña cultivos de amapola y mariguana. Con los días
se conocerá mejor lo que pasa en esas
comarcas pues, por el momento, nadie puede entrar a esas montañas, a menos que
se quiera morir. Y que el gobierno desorganizado coloque en los medios de
prensa esquelas de los fallecidos y condolencias a los familiares, como ocurrió
hace algunas horas. Las otras cuatro personas, entre ellas tres mujeres, están
heridas de las piernas pero el gobierno, presto para estupideces, los daba por
muertos.
Publicado por La Cuna del Sol
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