Antes de entrar a
considerar la última parte (III),
queremos dejar en claro que las opiniones vertidas en las anteriores entregas, así
como en esta última, obedecen al desarrollo de los eventos que han tenido lugar
desde el inicio de la publicación de la ahora llamada Lista Negra. Queremos enfatizar que en ningún momento nuestros
juicios y opiniones han sido dados con carácter de absolutos o definitivos, al
contrario, se han basado en la apreciación objetiva de la realidad y siguiendo
de manera atenta el desarrollo de los acontecimientos concernientes a la actual
situación. Pues como muy atinadamente lo expresara el compañero Luciano Castro
Barillas (II parte) (…) los enfoques, los niveles de
apreciación de la realidad corresponden a la filiación ideológica y política
particular de cada cual, condición que no necesariamente debiera de
descalificar la verdad y la realidad. Así la cosas, y tomando en consideración
los últimos eventos en torno al actual presidente electo Otto Pérez Molina, con
justeza opinamos que su actuación ha sido (rebasando opiniones del Día del
Juicio) hasta acá muy meritoria: 1º su asistencia voluntaria a la cumbre
inauguratoria de la CELAC, y luego la confirmación en el cargo de la Fiscal
General, a pesar de que la oficina a su cargo le está siguiendo juicio por
acusaciones de genocidio. Lo anterior aunque encomiable, de ninguna manera debe
tomarse “prima facie,” pues hay un gran trecho por recorrer y el actual
presidente electo todavía no ha tomado posesión, y aunque queda muy poco para
ese día muchas cosas pueden suceder que pueden dar al traste con la muy buena impresión
dejada, hasta acá, por Otto Pérez
Molina. Seguidamente queremos manifestar que La Cuna del Sol, de ninguna manera
se está convirtiendo en un vocero oficioso o incondicional de las actuales como
futuras acciones del ex–General. Actuaremos, eso sí, con pleno apego y guiados
por el análisis que se origina en la observación objetiva de la realidad de las
cosas, aun y cuando política e ideológicamente estemos en polos opuestos,
cuando hayan acciones o actitudes merecedoras del encomio lo manifestaremos con
toda la honestidad del caso, cuando no, las criticaremos y denunciaremos con vehemencia.
Por el momento señor presidente electo Otto Pérez Molina, le conferimos el
beneficio de la duda, creemos que en este aciago periodo de la historia de
Guatemala, usted esta posicionado para hacer historia como el hombre que con honestidad,
rectitud y honor rescate a la sufrida Guatemala.
Aplique la mano dura no como un instrumento represivo y de venganza, aplíquela contra
la impunidad y la corrupción y contra todos aquellos que han hecho de ellas su
modus operandi. La historia será al final el juez más implacable
que usted enfrentará, de sus buenas o malas acciones dependerá que le condene o le
absuelva.
Para
finalizar con esta nota introductoria incluimos la transcripción (en español, del
original en inglés) de la respuesta dada por Aryeh
Neier en la revista New York Review Of Books (20-12-2007) a Francisco Goldman
concerniente a la posible participación de
Otto Pérez Molina en el asesinato del Obispo Gerardi, de la cual Goldman hace
referencia en su libro El Arte del Asesinato Politico: ¿Quién Mato al
Obispo? Marvin Najarrro
Aryeh Neier responde:
“Me sentí cómoda revisando
el muy buen libro de Francisco Goldman debido al evidencia que el presentó, porque he tenido conocimiento de manera independiente sobre algunos de
los asuntos que discutí en la revisión, porque pude verificar otra información accediendo
a otras fuentes y porque hubo una decisión de la corte condenando a otros
individuos por la muerte del Obispo Gerardi. El papel del general Otto Pérez
Molina no correspondió con ninguna de estas categorías. El fue la única persona
identificada por Goldman, como un posible asesino que no fue juzgado y
condenado. Bajo tales circunstancias, me sentí complacida de aceptar la
sugerencia de los editores, de que debía mencionar la refutación de su hijo a
cerca de la participación de su padre. La evidencia citada por Goldman para indicar
que el estuvo envuelto, me pareció, que por si sola, no era lo suficientemente
concluyente.”
LA LISTA NEGRA DE LA ULTRADERECHA
GUATEMALTECA
Tercera parte
Por Luciano
Castro Barillas
La
presencia de Otto Pérez Molina en el acto fundacional de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños, CELAC, en Caracas el 2 y 3 de diciembre de 2011, junto
al presidente Alvaro Colom –un socialdemócrata incierto- envía un claro mensaje a la movilizada
ultraderecha guatemalteca que apaña la impunidad y vulnera la frágil democracia
de ese país. Otto Pérez Molina, indudablemente, no fue llevado a la fuerza, a
empujones, a la cumbre. Fue por su voluntad, para tener una percepción directa
y personal de qué es lo que se promueve y se promoverá en ese foro regional a
partir del momento fundacional, que tiene ya definido para el año 2012
encuentros en Chile, Cuba y Costa Rica. La sobreabundancia de organizaciones
regionales en la parte sur del continente americano (Mercosur, Unasur, etc.) da
también pródigas razones para tener algunas reservas sobre la funcionalidad
efectiva de este organismo latinoamericano que podría tener, para empezar,
dificultades de financiación, si se creara una burocracia al respecto. La Organización de
Estados Americanos, OEA, ha subsistido, por ejemplo, por los amplios aportes
monetarios de los Estados Unidos, muy interesados desde su fundación en hacer
funcionar esta especie de departamento de colonias aquiescente y
complaciente a los dictados del imperio y totalmente inútil para impulsar y
salvaguardar las democracias latinoamericanas, tal el caso de Honduras, donde
lo que dice este órgano continental es pasado sencillamente por alto, sin
ningún poder vinculante o coercitivo a los Estados violadores de los principios
de la democracia y los derechos humanos
Un revolucionario debe tener amplitud, pero también cautela. Partir en
sus valoraciones del dictum fundamental marxista: el hombre es lo que hace, no
lo que dice. Y cada ser humano va siendo distinto: cuando se tiene 10, 30 o 60
años, para peor o mejor. Un marxista parte de las constataciones concretas, de
los hechos, no de los prejuicios. Y así como Santos, el presidente de Colombia se
desmarcó del ultraderechista Uribe y mantiene excelentes relaciones personales
y políticas con Chávez, lo mismo podría suceder con Otto Pérez Molina. Su
extracción militar no necesariamente podría determinar su ser político.
Por el momento, la ultraderecha guatemalteca empezó a desencantarse con
Pérez Molina, y le parece inconcebible que haya estado departiendo con un grupo
de “comunistas” en Caracas, según las simples valoraciones de esta clase de
personas. La historia y la política da sorpresas y así como Colom,
autoproclamado como socialdemócrata hizo un gobierno de derecha sin paliativos;
Otto Pérez Molina podría ser el socialdemócrata inesperado y proveedor de
bienestar y seguridad a los guatemaltecos. Todo puede suceder en Guatemala,
país del realismo mágico. Las personas que votaron por el general van desde las
personas honradas, otros que anhelaban la mano represiva y los últimos, los
peores, aquellos que esperan que Otto Pérez Molina dé agua parejo, tal
desean la Asociación
de Veteranos Militares de Guatemala y la Asociación de viudas de Militares, ansiosos de
venganza, no de justicia. Por el momento, Otto Pérez Molina, no ha asumido como
propias sus preocupaciones. Es asunto de esperar los años que vienen. Pero
seamos optimistas -no ingenuos- porque es la mejor manera de abordar la vida.
Nota:
Dar
agua, es un guatemaltequismo que significa asesinar. Esta expresión fue
muy utilizada durante el conflicto armado interno.
Publicado por: Marvin Najarro
CT, USA
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