Hace más de tres años, Postville, una pequeña comunidad rural en el estado
de Iowa, con una población de unos 2,000 habitantes fue el foco de la atención
nacional e internacional. El motivo: la redada llevada a cabo en la planta
empacadora de carne y matadero de reses Agriprocessors Inc. por los agentes de
inmigración del ICE. Más de 400 personas (20% del total de la población), la
mayoría inmigrantes indocumentados, fueron arrestados en lo que se considera
hasta la fecha la mayor operación anti-inmigrantes en la historia de los
Estados Unidos llevada a cabo en un centro de trabajo. Durante la operación (en
la mañana de la primavera de mayo del 2008), fueron arrestados 290
guatemaltecos, 93 mexicanos, 2 israelíes y 4 ucranianos. Todos los arrestados
en esa infame redada fueron acusados y luego sumariamente juzgados por crímenes
de robo de identidad, fraude, uso de números del seguro social robados y otros
crímenes. 300 trabajadores fueron encontrados culpables en el lapso de cuatro
días, cumpliendo sentencias de cinco meses antes de ser deportados.
Posteriormente muchos de los trabajadores indocumentados dijeron haber sido
abusados física y sexualmente en la planta procesadora. 57 menores de edad
fueron empleados ilegalmente, con edades a partir de los 13 años.
Barack Obama, quien en ese entonces ocupaba el cargo de senador en el
Congreso Estadounidense y en plena campaña por la presidencia de los Estados
Unidos, hablando ante la concurrencia que asistía a la conferencia
anual del Concilio Nacional de La Raza, describió como las
comunidades hispanas son “aterrorizadas” por los oficiales de inmigración del
gobierno. Acto seguido, ante la entusiasmada y como siempre ingenua audiencia
latina, Obama dijo:“Cuando las comunidades son aterrorizadas por las
incursiones de los agentes de inmigración, cuando las madres son separadas de
sus bebés, cuando los niños llegan de la escuela y no encuentran a sus padres,
cuando las personas son detenidas sin derecho a consulta legal, cuando todo eso
está pasando, el sistema simplemente no está funcionando, necesita ser
cambiado, necesitamos que el sistema funcione para todo el mundo.” Obama
prometió encontrar una vía para otorgar la “ciudadanía” para todas aquellas
personas viviendo actualmente como ilegales en los Estados Unidos, dijo, por
otra parte, (...) nación de inmigrantes y nación de leyes, podemos hacer ambas
cosas.” Esas fueron las palabras de Obama, el candidato, el astuto
político, quien no escatimó palabras en su afán de lograr el ansiado voto
latino que, finalmente, lo llevó a ganar la elección presidencial en el
2008. La realidad, después de casi tres años de su llegada a la presidencia,
contradice aquellas promesas de campaña.
A finales de febrero del 2011 y a pocos días de haber sido juramentado
presidente de los Estados Unidos, se lleva a cabo en la localidad de
Bellingham, Washington, la primera redada de la administración de Obama, en la
que fueron arrestados 28 trabajadores indocumentados. Lejos de cumplir con sus
promesas electorales, la administración del presidente Obama, cediendo como ha
sido su costumbre a las presiones de los republicanos, el Tea Party y otros
grupos de anti-inmigrantes, ha desatado una de las más feroces campañas
destinadas a “remover” del país a todas aquellas personas con status de
indeseables (léase latinos) que están invadiendo el territorio
estadounidense amenazando la seguridad y el bienestar de la mayoría de la
población blanca americana. Es precisamente bajo esa premisa que la
administración de Barack Obama ha puesto en marcha uno de las más
controversiales medidas anti-inmigrantes en la historia de este país: el
programa Comunidades Seguras (Secure Comunities).
Originalmente establecido como un programa piloto durante la administración de
George W. Bush en el 2008 abarcando 14 jurisdicciones a nivel nacional, bajo la
administración de Obama se ha extendido a más de 1,210 jurisdicciones (hasta
marzo 2011) y se espera que para el 2013 abarque la totalidad de las
jurisdicciones (3,114) que componen el país. Comunidades Seguras, es un
programa bajo el cual la policía estatal y local comparte las huellas
dactilares de todas aquellas personas arrestadas, con los oficiales federales
de inmigración quienes se encargan de comparar dicha información con bases de
datos del FBI. El objetivo fundamental de dicho programa, según las autoridades
federales, es la captura y posterior remoción de todos aquellos criminales
extranjeros de alta peligrosidad.
Actualmente, Comunidades Seguras está siendo utilizado en 1,882
jurisdicciones en 44 estados, aun más, se está usando en lugares en donde las
agencias de policía local han solicitado no ser parte del mismo o en lugares
como el Condado de Maricopa, Arizona, notorio por las flagrantes y repudiables
violaciones a los derechos humanos. El programa contiene fallas enormes. En
lugar de arrestar y deportar a aquellos criminales considerados como de alta
peligrosidad, ha terminado afectando a personas sin record criminal alguno o
que habían cometido crímenes menores, o en todo caso, simples faltas, que en el
derecho universal no son objeto de persecución penal. Se estima que hasta
octubre del 2011 de un total de 148,000 personas que han sido removidas del
país bajo dicho programa, más de la mitad han sido deportadas por ofensas
menores o simples y sencillamente por su apariencia física, victimas del
llamado “perfil racial.”No hay duda que una de las razones o quizás
la principal para la puesta en marcha de ese nefasto programa, al cual muy bien
se le puede considerar como de limpieza étnica, ha sido la captura y remoción
de los criminales e indeseables latinos. Porque ¿cómo se explica el que unos
3,000 ciudadanos estadounidenses, pero de aspecto latino, hayan sido arrestados
y, en algunos casos confinados hasta por periodos de un año en cárceles
federales de inmigración antes de ser liberados?
Después de la inhumana redada en Postville, la administración de Obama a
través del Departamento de Justicia (el 19 de noviembre del 2009)
desestimó todos los cargos por violaciones a las leyes de inmigración en
contra de Agriprocessors. ¿Por qué? Seguramente porque al gobierno poco le
importa tales ofensas a la ley. Después de Postville y contrario a las promesas
de campaña del candidato Obama, el presidente continúa con las prácticas de su
predecesor, “aterrorizando comunidades”, “separando madres de sus bebés,”
“deportando a los padres,” con el consiguiente devastador efecto sobre los
pequeños hijos de éstos. A más de tres años de los sucesos en Postville la
administración de Obama ha deportado a más de 1.1 millones de personas. La
cifra más alta en seis décadas. Despues de Postville y en el mes que se celebra
el Dia Internacional del Migrante, “la audacia de la esperanza” y el “cambio en
el cual ustedes pueden creer,” se han hecho humo y solo han quedado en la
inconsecuente retórica de “The One.”
Más de tres años después de la redada, la pequeña comunidad rural de
Postville es más pobre y menos estable. El trato recibido por los inmigrantes
aquí en los Estados Unidos ha sido descorazonador, pues cerca de 400,000 han
sido deportados, muchas veces sin el debido proceso. Leyes anti inmigrantes y
xenofóbicas han sido aprobadas en Alabama, Arizona, Carolina del Sur y Utah.
Las políticas y el sentimiento anti inmigrante en los Estados Unidos ha
incrementado el temor y el aislamiento en la comunidad latina.
Publicado por: La Cuna del Sol
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