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No hay ningún sistema eterno, y por lo tanto el capitalismo en algún momento se
acabará. ¿Cuándo? No lo sé. Hay indicadores de que, al capitalismo, cada vez le
resulta más difícil reproducirse. Ahora bien, creo que las crisis no son
provocadas voluntariamente, son producto de la propia dinámica del sistema. Las
enfermedades y la muerte son inherentes al ser humano. Pues bien, en el
capitalismo, las crisis son inherentes a la propia dinámica del sistema. Y no
creo que sean voluntariamente impulsadas, pues son peligrosas para el propio
capitalismo: algunos pierden mucho dinero.
“AL CAPITALISMO SE LE ESTÁN ACABANDO LOS
MERCADOS”: Miren Etxezarreta
Rosa Villegas – Le Monde diplomatique febrero 2013
El Pacto del euro nos está llevando a más
austeridad y crisis ¿por qué se obstina en ello la Unión Europea a sabiendas de
las consecuencias?
Simplemente es lo que conviene a los intereses dominantes, al gran capital
en general. A este, lo que le interesa es que le dejen hacer lo que quiere. Eso
es el neoliberalismo: dejar hacer al capital lo que quiere, sin trabas. Ahora
bien, cuando las cosas se tuercen, se recurre al Estado sin ningún sentido del
pudor. Han estado cuarenta años diciendo que el Estado no tiene que intervenir
en economía, y en el momento en que ha habido problemas fíjese a qué niveles
están participando los Estados.
¿Estamos viviendo la agonía del capitalismo, o
bien una crisis provocada para reinventar el propio capitalismo?
No hay ningún sistema eterno, y por lo tanto el capitalismo en algún
momento se acabará. ¿Cuándo? No lo sé. Hay indicadores de que, al capitalismo,
cada vez le resulta más difícil reproducirse. Ahora bien, creo que las crisis
no son provocadas voluntariamente, son producto de la propia dinámica del
sistema. Las enfermedades y la muerte son inherentes al ser humano. Pues bien,
en el capitalismo, las crisis son inherentes a la propia dinámica del sistema.
Y no creo que sean voluntariamente impulsadas, pues son peligrosas para el
propio capitalismo: algunos pierden mucho dinero.
Si existe deuda existen acreedores. ¿Quiénes son
estos?
Los grandes capitales. ¿Usted sabe quiénes son los mayores capitales del
mundo? Los fondos de pensiones privados, detrás de los cuales siempre hay
personas. Los gestores de esos grandes fondos de pensiones, que normalmente
están implicados en su capital, son los que realmente están marcando la pauta. Y después hay grandes fortunas, que son los grandes capitalistas que
tienen enorme poder de decisión. Los que se reúnen en Davos, el grupo
Bilderberg, la Trilateral… Todos ellos tienen mucho poder. Pero el capitalismo
es un sistema muy complejo, y todos esos nombres y apellidos operan muchas
veces a través de inversores institucionales. En España, las Sicav [sociedades
de inversión de capital variable], por ejemplo, son instrumentos de inversión
donde teóricamente pueden tener cabida personas con poco dinero, pero en la
práctica son instrumentos para que las grandes fortunas no coticen a Hacienda.
Las grandes fortunas están ahí, lo que pasa es que no aparecen con nombres y
apellidos sino como un fondo de inversión.
Los mercados están desregularizados, ¿no?, las
normas no funcionan para ellos…
En el fondo, las reglas y las leyes están hechas por los mercados y para
ellos. Porque el poder político es un mero servidor del poder económico. No hay
más que ver la puerta giratoria: cómo los políticos se convierten en grandes
gestores económicos; y cómo los grandes gestores económicos cuando, por alguna
razón, dejan de serlo —como en el caso de Mario Monti, en Italia— pasan a regir
la política. Esto, en la UE, está documentado. La dinámica de las elites
dirigentes es esa vinculación… Pero, cuidado, siempre con el capital mandando.
A pesar de que los estudios internos del Fondo
Monetario Internacional (FMI) demuestran que la desreglamentación de los
mercados produce mayor inestabilidad, el propio FMI, por presión de los
mercados, promueve esa liberalización. ¿No hay nadie que pueda exigir
responsabilidades?
Sólo alguien está por encima de todo eso: la ciudadanía. Pero, por una
parte, la ciudadanía está enormemente desperdigada, y por otra, tremendamente
atemorizada ante lo que puede pasar. En tercer lugar, una parte importante de
la ciudadanía tiene los mismos valores que los dominantes… Por que el
capitalismo no es sólo una dominación económica. Es también una dominación
ideológica. Nos han vendido que las cosas sólo funcionan en el capitalismo. Lo
cual es una mera creencia.
¿Cómo dominan ideológicamente? ¿A través de los
medios de comunicación?
La desinformación es muy importante. Y el miedo. Cuando una persona tiene
sólo su trabajo para vivir, tiene mucho miedo de perderlo. Porque —aunque el
pasado nunca fue mejor incluso en la Edad Media tenían tierra. El señor les
exigía muchos tributos, pero el uso de la tierra lo tenían. Hoy, si estoy
parada, no tengo de qué vivir. Por ello, mucha gente se aferra a su trabajo,
incluso consciente de que lo que está pasando no es justo. Por tanto, hay que ser muy consciente, muy valiente, y
tener claro que es una lucha colectiva importante para decidirse a romper con
esto.
¿Hacia dónde vamos?
Hacia una mayor facilidad de reproducción del capitalismo para obtener
beneficios. Hacia la desregulación total. Todo el programa neoliberal no es
otra cosa: libertad de comercio, libertad de producción, competitividad global,
desregulación laboral, desregulación de los mercados, del capital,
desregulación medioambiental… [...]
Las pequeñas empresas han aprendido a aceptar que
algunos clientes no les van a pagar. En cambio, no ocurre así en el mercado.
¿Por qué se permite?
Por el propio dominio ideológico, que refleja una de las grandes
contradicciones del capitalismo. En esta crisis, por ejemplo, en España, miles
de pequeños empresarios están desapareciendo cada año. Sin embargo, esos
empresarios tienen una percepción ideológica de que sólo se recuperarán a
través de una vuelta a lo que hacían antes. Muy pocos de ellos son capaces de
situarse con el resto de la población. Los pequeños empresarios no se
identifican con los trabajadores, cuando realmente, en este momento, los
pequeños empresarios están hechos polvo… Y no digamos los trabajadores
autónomos… Muchos de ellos se consideran diferentes de los trabajadores.
Piense, por ejemplo, en el propietario de un camión. Es un trabajador autónomo
que, además, tiene que pagar el crédito… Un trabajador muy explotado por las
grandes empresas para las que hace transporte. Pero el capitalismo ha tenido la
habilidad de insertarle en la mente que él no es un trabajador, es un patrono.
E ideológicamente, el camionero se lo ha creído. El dominio ideológico les
lleva a alinearse siempre con unos poderosos empresarios que son precisamente
los que están destruyendo su actividad…
Algunos economistas defienden que un gran banco no
puede caer porque caería la econonía…
Me niego a aceptar eso. La quiebra de un banco tiene consecuencias
catastróficas para los accionistas del banco. Si se salvaran —como se tendrían
que salvar—, a través del fondo de garantía de depósitos, los depósitos de la
gente modesta que tiene el dinero en el banco… no pasaría nada. Los accionistas
perderían su capital y se acabó. Igual que pierde usted su capital si pone una
tienda de moda mañana y no consigue vender lo suficiente. Pero estamos hablando
del dominio ideológico del capitalismo, que ha metido en la cabeza de la gente
que no se puede permitir la quiebra de ningún banco.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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