En la primera semana del juicio contra del general Efraín Ríos Montt
acusado de genocidio y crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra
civil en Guatemala, y como lo han reportado al minuto los diferentes medios de
prensa que cubren los pormenores del juicio, la defensa del general, a pesar de
todas sus maniobras dilatorias y entorpecedoras hasta el momento, no ha tenido éxito
en poner en entredicho a los testigos de la parte acusadora que han declarado
en el juicio en contra del ex dictador. Los testimonios de los testigos han
sido unánimes en cuanto a acusar como los principales victimarios al ejército
guatemalteco y al propio Ríos Montt. Es indudable que la parte querellante, el
Ministerio Publico y todas las organizaciones y grupos de lo derechos humanos
han realizado, con muchas dificultades, un tremendo trabajo en la recabación y compilación
de testimonios y de todo el material necesario para presentar un caso solido
que garantice el éxito del caso criminal presentado contra Ríos Montt y el otro
acusado, el ex jefe de inteligencia Mauricio Rodríguez Sánchez.
Como en todo conflicto armado en donde se han cometido infinidad de atrocidades
contra gente inocente siempre quedan ocultos testimonios de testigos presenciales,
que por las razones que sean prefieren callar, antes que exponerse públicamente.
. Este podría ser el caso de alguien quien bajo el nombre de Phil Burbidge, un
supuesto estudiante de antropología británico, dejó un comentario en la página
web montada por el Open Society Justice
Iniative exclusivamente para seguir lo pormenores del juicio a Ríos Montt y a Rodríguez
Sánchez. El comentario fue dejado el 20 de marzo, 2013 a la
1:55 am, en un artículo de opinión escrito por el ex jefe del Tribunal
Internacional de Justicia, Luis Moreno Ocampo.
POR CULPA DE UN BRITÁNICO BARBADO
On March 20, 2013 at 1:55 am, Phil Burbidge said:
En 1976, yo estaba en Guatemala visitando sitios arqueológicos para una
investigación que estaba haciendo sobre la herencia Maya, cuando tuve que ir a
un pequeño y conocido lugar a un día y medio de caminata al norte de Nebaj en
el Norte. Como la carretera terminaba en Nebaj, me dispuse a caminar temprano
en la mañana y antes de que el sol se
ocultara encontré un pequeño caserío, donde los habitantes, aunque hablaban muy
poco español, fueron muy amables y hospitalarios con migo, me dieron un tazón
de sopa de maíz, y me dejaron dormir en una cabaña donde ellos guardaban leña
para el fuego, por lo que yo estuve muy agradecido. El siguiente día, salí
temprano rumbo a la ruinas, en donde pase otra noche, y el siguiente día tomé el
mismo camino de vuelta, pero cuando llegue al lugar en donde estaba el pequeño
caserío, no pude encontrarlo, y todo lo que pude encontrar fue un pedazo de
terreno arrasado y quemado y un montón de tierra semejante a un montículo
funerario.
Me quedé perplejo, y me senté bajo un árbol tratando de comprender lo que
había sucedido ahí, de pronto me di cuenta que entre la maleza detrás del árbol
estaba una pequeña y marchita anciana sollozando con una tristeza que rompía el
corazón. Le di de beber algo de agua y un pañuelo para que se limpiara las
lágrimas, y ella balbuceó algunas palabras en Quiche o Mam y señas que fue todo
lo que pude entender, que los militares habían llegado y asesinado a todos los
hombres del caserío, quemado todas las casas, y después de haber enterrado a
todos los cuerpos en una fosa común, y llevarse a todas las mujeres y niños,
arrasaron el caserío completamente.
La pequeña anciana no podía caminar más que unos cuantos pasos; entonces decidí
caminar de regreso a Nebaj y le dejé a ella agua y unos panecillos, en el
pueblo busqué al curandero local y le dije de la suerte de la
pequeña anciana para que fueran por ella. Luego después me fui al hotelucho a
descansar y a la media noche fui despertado por el hijo del curandero, quien me
dijo que me fuera para Guate en el bus de las 5 a.m., pues los militares me
estarían buscando.
Sucedió que la razón por la cual los militares habían asesinado a todos y
arrasado con la aldea era porque ellos le habían dado refugio a un
“subversivo”, i.e. Yo, un joven británico barbado estudiante de antropología, y
el hecho de que había descubierto su crimen, me puso en peligro de también ser
asesinado.
Puse pies en polvorosa, y salí de Guatemala varias semanas más tarde sin
mencionarle a nadie esta tragedia, sintiéndome absolutamente fatal, y ahora 36
años más tarde, todavía me persiguen los cargos de consciencia. Me acabo de
enterar que han logrado procesar Ríos
Montt, el cabecilla de una muy malvada pirámide militar.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA, Auff!
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