Paul Krugman está agitando
sus verdaderos colores, mientras que sus seguidores tratan de hacerse de la
vista gorda y fingir que él no está inventando cosas. Básicamente Krugman está
diciendo, siguiendo los pasos del experto Yglesias, que los problemas de
inflación de la Argentina tienen que ver con su balance fiscal.
PHILIP PILKINGTON: PAUL
KRUGMAN IMPULSA ARGUMENTOS
MATERIALMENTE INEXACTOS ACERCA DE ARGENTINA
PARA APOYAR DESACREDITADAS IDEAS MONETARISTAS
Por Yves Smith
Yves aquí. Con Argentina, uno de los mercados de las economías emergentes cuya
moneda se ha dado un gran revolcón, sus agresivas políticas de redistribución
orientadas a favor de los trabajadores han sido objeto de ataques (como un
aparte, hay que tener en cuenta que Turquía que fue promocionada como modelo de
una economía emergente hace unos años, también está luchando con una caída de
la moneda). Y una consecuencia predecible
es que algunas de las políticas de la Argentina se han tergiversado. Por
ejemplo, es ampliamente acusada de "vivir por encima de sus
posibilidades". Sin embargo, como muestra este post, el gobierno mantuvo
superávits en ocho de los últimos diez años.
Es también importante reconocer que
algunos de los elementos relevantes de su actual padecimiento no son de su
propia creación. Por ejemplo, dos de sus principales fuentes de divisas eran
las exportaciones de soja y de maíz. La caída de los precios de esos productos agravó
su balanza de pagos. (Los críticos convenientemente olvidan que, dado que
Argentina puso fin a su sólida paridad con el dólar en 2001, la intervención ha
sido en gran medida la venta de pesos para frenar la apreciación y acumular reservas de divisas. Es decir, la
moneda ha tendido a apreciarse hasta hace poco). Warren Mosler envió esta nota
de una fuente privilegiada:
Los exportadores no están trayendo de vuelta los dólares ya que esperan un
mayor ajuste del peso, pero también debido al hecho de que las grandes
compañías de granos saben que perjudican al gobierno. Es un problema político,
no económico. La derecha no quiere gobiernos populistas. La crisis mundial
afectó al gobierno después de seis años, y ellos van a hacer lo que sea
necesario para hacerlo caer.
Como era de esperar, el panorama es más complejo de lo que se lee en las
tiras cómicas.
Por Philip Pilkington, un
escritor y asistente de investigación en la Universidad de Kingston en Londres.
Lo puedes seguir en Twitter @ pilkingtonphil. Publicado originalmente en Fixing the Economists
Paul Krugman está agitando sus verdaderos colores, mientras que sus seguidores tratan de hacerse
de la vista gorda y fingir que él no está inventando cosas. Básicamente Krugman
está diciendo, siguiendo los pasos del experto Yglesias, que los problemas de
inflación de la Argentina tienen que ver con su balance fiscal. Aquí está la
cita de Krugman:
Mattew Yglesias dice lo que hay que decir acerca de Argentina: no hay
contradicción alguna entre decir que la Argentina estaba en lo correcto al
seguir las políticas heterodoxas en 2002, pero
en este momento es un error que se rechacen los consejos para reducir el
déficit y controlar la inflación. Sé que algunas personas encuentran esto
difícil de entender, pero los efectos de las políticas económicas y las
políticas necesarias a seguir, dependerá de las circunstancias. (El subrayado
es mío)
Por supuesto, Krugman -en lugar de dedicarse a la retórica del chico fuerte
("hacer lo que hay que hacer", etc.) -podría haber hecho dos rápidas
búsquedas en Google para ver si Argentina había estado teniendo grandes
déficits en los años en que estaba sufriendo de inflación. Si lo hubiera hecho,
habría descubierto que por muchos de los años después del incumplimiento del
pago de la deuda en el 2001, Argentina mantuvo sustanciales superávits fiscales.
Las estadísticas son bastante difíciles de localizar en el original (la página
web está en español), pero Trading Economics las ha extraído y como de costumbre sus
estadísticas son exactas.
Como podemos ver, el gobierno mantuvo sustanciales déficits en el período
2001-2003. Esto fue en un momento en el que el PIB se estaba reduciendo en más
de un 6%. Pero una vez que la economía salió de esa gran recesión el balance
del presupuesto de la administración regresó de nuevo al superávit y
permaneció allí hasta un breve déficit en 2010.
Ahora, si la historia de Krugman fuera correcta nosotros esperaríamos ver que
la inflación descendió entre 2004 y 2010, ¿verdad? o ¿No? Nop. No, en absoluto.
El siguiente gráfico es la tasa de inflación oficial. Tenga en cuenta que a
pesar de que es bien sabido que estas estadísticas son usadas para atenuar la
inflación ellas, sin embargo, siguen la pista de las medidas no oficiales en cuanto a sus
tendencias -es decir, mientras que no son útiles para darnos una imagen real de
la tasa de inflación, nos dan una buena imagen de cuando la inflación se
acelera y desacelera.
Como podemos ver la inflación se disparó en 2002. Esto parece coincidir con
el enorme déficit presupuestario de ese año. Sin embargo, la correlación es
espuria. La inflación se disparó ese año debido a que el peso argentino se
devaluó hasta el punto que su valor aproximado era del 25% de lo que valía
el año anterior. El repunte de la inflación se debió a un fuerte aumento de
cuatro veces en los precios de las importaciones que luego se trasladaron al resto
de la economía. Algo muy similar ocurrió en Islandia después de la crisis
bancaria allí en 2008.
Entre 2004 y 2010, sin embargo, vemos niveles consistentes de alta
inflación (las cifras reales probablemente serían cerca del 20 al 25% al año en
lugar del 10% del gobierno) -y esto fue en un período en que el gobierno del
país estaba teniendo sustanciales excedentes. ¿Qué sugiere esto? Simplemente que
la inflación es probablemente debida a la cotización del peso argentino, junto
con una serie de otros factores. Estos otros factores son básicamente, una
clásica espiral precios-salarios con los sindicatos exigiendo que su nivel de
vida se mantenga al día con el aumento de los precios, mientras que las
empresas aumentan sus precios para trasladar el costo de los salarios más
altos.
Desde el año 2011 el peso se ha seguido devaluando y tiene hoy un valor
aproximado de la mitad de lo que valía en aquel entonces. Una vez más, esto es
probablemente la causa principal de la inflación en Argentina. Pero tiene muy
poco que ver con el déficit público. Más bien tiene que ver con el hecho de que
Argentina se ha enfrentado a estos problemas inflacionarios desde por lo menos
ya en los finales de la década de 1980, cuando el país experimentó un episodio
de hiperinflación en sí.
Durante la década de 1990, el gobierno trató de extraer la inflación fuera
del sistema, con un acuerdo equivocado de la junta monetaria que se vino abajo
en 2001. Y yo no creo que nadie abiertamente proponga que se intente de nuevo.
Así que, ¿cuáles son las soluciones? Desafortunadamente, no hay soluciones
fáciles. En un mundo ideal el gobierno permitiría que el estallido de la
inflación que va a acompañar a la reciente devaluación del peso operara a
través del sistema y luego intervendría con un bien aplicado control de salarios
y de precios. Dichos controles, si la historia es una guía, son a menudo menos
populares que la inflación -con los sindicatos y las empresas sintiendo que sus
derechos se han invadido.
Entonces, la trayectoria probable que Argentina tendrá que tomar es tratar
de mantener un fuerte crecimiento económico, mientras que navega la inflación.
Al no permitir que los ingresos caigan demasiado, el gobierno puede garantizar que
las personas no experimenten la pérdida de poder adquisitivo como un
empobrecimiento total. Mientras tanto, el gobierno debe traer a los sindicatos
y a la dirección de las empresas a la mesa de negociaciones y tratar de hacerles
ver poco a poco la razón. Pero, de nuevo, eso efectivamente es un juego difícil.
La última cosa que Argentina necesita, sin embargo, es que gente de la
talla de Paul Krugman con sus modelos Neo-Monetaristas de la inflación les diga
que recorten el gasto público. Argentina ya es extremadamente impopular en la
prensa financiera debido a la amargura que aún rodea el default de 2001. Cuando
los llamados "amigos de la izquierda" como Krugman, se subieron al
carro como una manera fácil de explicar sus teorías primitivas de la inflación
que sólo añade más leña al fuego.
Con sus desacreditadas ideas del aumento de la oferta del dinero (como he
sostenido aquí la inflación suele causar el crecimiento del
dinero y no al revés), ellos sólo alentaran al público argentino a votar por otro
montón de lunáticos que intentarán algún arreglo idiota como lo hicieron en la
década de 1990. Tal régimen puede aparcar temporalmente la inflación, pero sólo
a costa de arruinar la economía y causar mucho sufrimiento.
Sí, la élite financiera argentina estará encantada de que su dinero esté
temporalmente a salvo, pero sólo será una cuestión de tiempo antes de que los
disturbios empiecen en serio y todo se caiga a pedazos en un montaje escénico
feo y quizá sangriento orquestado por los economistas que piensan que sus
doctrinas y sus pequeños juguetes geométricos vuelan en un espacio celestial
por encima de las realidades políticas y sociales.
Publicado por LaQnadkSol
CT., USA.
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