Más que amor a la patria,
que en lo esencial es la sociedad, su verdadera patria, su auténtica madre o
sus verdaderos hijos, su alter ego, es su escuela kaibil. Por ser kaibil
obstinado, tozudo, es que es presidente y no puede dejar de serlo, porque su
teatro de operaciones es en este momento un territorio que se llama Guatemala
con un montón de gente hostil para con él. ¿Una locura? Seguramente así sea,
aunque esa insania es de vieja data, de los años que siendo mayor del ejército en el área ixil se propuso ser
presidente.
LAS TONTERÍAS DE KAIBIL
INVENCIBLE
NO LE PERMITEN A OTTO PÉREZ
MOLINA RENUNCIAR
Por María de los Ángeles Roca
El pensamiento político de Otto Pérez Molina -si es que lo hay- no es tan sofisticado. Es simple y directo.
Como todo guerrero no podrá ser vencido o echado del cargo por tímidas fuerzas
sociales que esgrimen cornetas, carteles y tambores. Él sabe pelear, matar y
obedecer y como militar obtuso, cerrado, está enterado que una vez le dijeron
sus electores que su mandato, su poder, su jefatura, su hito fálico de gran
jefe empezó el 14 de enero de 2012 y termina el 14 de enero de 2016. Él no puede pensar de otra manera porque así
lo amaestraron, así le domesticaron su pensamiento en la escuela militar de la
atrocidad, la escuela de kaibiles.
Como kaibil, su divisa es avanzar ante los apremios y morir si retrocede.
Son los ideales que alimentan su posición política, pues al final si resulta
ser un hombre de la derecha no es realmente por elección, es hijo, como todo
hombre, de las circunstancias, de su momento histórico, de su entrenamiento
irracional. Es un pobre hombre encerrado en estrechas cárceles mentales y por
eso no tiene sindéresis, capacidad mental para juzgar correctamente lo que
sucede a su alrededor. Por eso pidió paciencia al pueblo de Guatemala, es
decir, que ya llegará el 14 de enero de 2016 y entonces está dispuesto, sin
alborotos, a que lo juzguen, a lanzarse con honor al foso de los leones para
ser devorado. Más que amor a la patria, que en lo esencial es la sociedad, su
verdadera patria, su auténtica madre o sus verdaderos hijos, su alter ego, es
su escuela kaibil. Por ser kaibil obstinado, tozudo, es que es presidente y no
puede dejar de serlo, porque su teatro de operaciones es en este momento un
territorio que se llama Guatemala con un montón de gente hostil para con él.
¿Una locura? Seguramente así sea, aunque esa insania es de vieja data, de los
años que siendo mayor del ejército en el
área ixil se propuso ser presidente.
Pérez Molina no es un sujeto para el análisis político o sociológico. Es él
un caso clínico para los estudios de la ciencia de la conducta. Necesita
afirmarse a sí mismo a cada momento, por eso también lo de su amante, a la que
enseñó a ser prepotente, abusiva, arrogante en un caso de empatía total y de
enseñanza profunda a una hembra, no mujer, hecha a su imagen y semejanza. Pérez
Molina se ha resistido a los más agudos análisis y pronósticos de sesudos
politólogos y sociólogos. Los especialistas sociales han incurrido en una
sobreapreciación de lo que este hombre de pensamiento rudimentario realmente
es. Es totalmente impredecible. Y desde
este punto de vista de la conducta se puede entender mejor su actitud política. Tiene en su contra a la
oligarquía más débil representada por Jorge Briz, por ejemplo, este sujeto
oportunista es empresario del pan y un emisario de los auténticos oligarcas
financieros e industriales involucrados en la defraudación aduanera y lavado de
dinero. El ejército le sigue siendo leal porque las denostaciones en contra de
él por parte del movimiento social, los insultos e irrespeto incesante, de
hecho, es un descrédito y defenestración para todos los militares. Está
enterado de también que el movimiento social está integrado en su gran mayoría
por las capas medias y que estos señoritos sin bien simpatizan con la
democracia, no han podido ocupar posicionamientos sociales en las últimas
décadas pese a sus esfuerzos de formación profesional y resultan en los tiempos
oscuros del neoliberalismo decadente los verdaderos resentidos, ya no los
sectores populares, que viven su infierno socioeconómico con resignación. Buscan los clasemedieros ascender, subir en
la escala social, para no seguir siendo los comemierdas de siempre, según
opinión de la gran burguesía.
Los capamedieros siguen seducidos por el discreto encanto de la burguesía, su glamour, su jet set, su fama;
el prestigio social que da el dinero y que no lo tienen en la abundancia, como
los sectores poseedores de la sociedad. Eso lo sabe Pérez Molina y se pasa por
el arco del triunfo a los intelectuales, que si bien tienen poder mental no
tienen en esta lucha ciudadana lo principal y que él si lo tiene: dinero,
ejército, politiqueros incondicionales y un imperio desbaratado al que ya casi
nadie le teme y al que desafió desde el primer año de su gobierno cuando les
rezongó diciéndoles: “Es que no vamos a
hacer los que dice Estados Unidos, si no lo que consideremos conveniente
hacer”. Sabe que los capamedieros no
se mueren en la raya, porque quieren cambios sin violencia, quieren cambiar un
sistema brutal con amables y finas maneras.
El guerrero no sabe de eso: solo de rajar ayotes, torturas y matar. Por eso,
más allá de los constitucionalistas jurídicos y sus propuestas farragosas,
enredadas; el único camino para salir de los tiranuelos o los tiranos (si es
que se quiere que este señor se vaya luego) es echándolo del cargo, a
empellones, en un asalto a su guarida del palacio o la casa presidencial. De
otro modo no saldrá. Así pues, es poco probable que el Congreso con 105
diputados decreten retirarle la inmunidad. Y lo de Roxana Baldetti en la cárcel
fue tan comprometedor y obstaculizador para los Estados Unidos y su Plan para
la Prosperidad, que de alguna manera había que sacarla del camino. Porque
Washington no quiere revoluciones, solo una limpieza ligera de la mesa y que
todo sea un poco mejor. Por eso su apoyo a las manifestaciones pacíficas. No
quiere saber nada de lucha de clases en su máxima expresión: la confrontación
violenta.
Por eso los marxistas y
exinsurgentes solo observan, porque nunca se podido construir la historia o
posibilitar reformas y mucho menos transformaciones con buenas maneras. Hay que
esperar, pues, que el guerrero entregue
su lanza el 14 de enero de 2016. No hay para dónde.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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