Originario del municipio de San Pedro Ayampuc, del departamento de Guatemala, Sotero Vásquez Hernández, “Tío Pedro”, era hasta ayer, 25 de enero de 2021, el revolucionario más antiguo de América Latina.
“TÍO PEDRO”, SOTERO
VÁSQUEZ HERNÁNDEZ,
OTRA BAJA PARA LA
REVOLUCIÓN GUATEMALTECA
Luciano Castro Barillas
Escritor y analista político
La Cuna del Sol
Sotero Vásquez Hernández, “Tío Pedro”, era
hasta ayer, 25 de enero de 2021, el revolucionario más antiguo de América
Latina. Baste decir que su militancia revolucionaria era mayor que la del mismo
Fidel Castro porque Tío Pedro venía de sufrir desde los 18 años cárcel y
tortura en los ergástulos del dictador Jorge Ubico y ya hacia el final de la
Revolución Democrática Burguesa liderada por Jacobo Arbenz Guzmán, en 1954, fue
presidente de varios Comités Agrarios que ejecutaban todo lo reglamentado en el
Decreto 900 o Ley de Reforma Agraria. Agrarista convencido tuvo que pagar las
consecuencias de sus convicciones y sobrevivió cómo pudo a la persecución
política de la Contrarrevolución, de allí la razón que siendo originario del
municipio de San Pedro Ayampuc, del departamento de Guatemala, tuvo que
refugiarse en las tierras inhóspitas de El Petén donde hizo, hasta la fecha,
una larga vida. 98 años, ni más ni menos.
La naturaleza dotó a Tío Pedro de una
inteligencia especial pues nunca tuvo la oportunidad de una educación
sistemática. Era un autodidacta brillante que lindaba los senderos del inventor
pues de su genio militar surgieron grandes ideas reificadas en la práctica como
armamento popular. No dudaba en
afirmar que quien quiere hacer la guerra para liberar o liberarse personalmente
de la opresión, si no hay armas industriales, éstas podían hacerse con los
recursos y con la creatividad revolucionaria. Inventó para la década de los
años 70 la primera escopeta artesanal de un solo cartucho, la cual la bautizó
con el nombre de “Ericka”, para
honrar la memoria de su hija Ericka caída en desigual combate en la ciudad
junto a dos compañeros cuando fueron cercados por más de cien soldados.
Tío Pedro también inventó las granadas de mano,
mucho más efectivas y potentes que las fabricadas en los Estados Unidos y que
usaba el ejército nacional. Las Peruchas
(por el sustantivo Pedro) eran las más potentes de todas y causaban una
verdadera devastación. Si hubiera nacido en la Unión Soviética, no cabe la
menor duda que Tío Pedro hubiera sido un inventor militar consagrado como
Mijail Kalashnikov.
Tío Pedro fue uno de las 16 personas que implantaron la guerrilla en las selvas de Ixcán, departamento del Quiché y que después se convirtió en la fuerza revolucionaria formidable del Ejército Guerrillero de los Pobres, EGP. Tenía para ese entonces 52 años, siendo el guerrillero de mayor edad. Murió a los 98 años. Tío Pedro fue un hombre, como dijo un compañero, un hombre de una sola pieza, sin dobleces, sin inconsistencias. Consecuente hasta el final con lo que proclamaba creer. Y fue, hasta el final de sus días, pese a las disfuncionalidades de su cerebro en los últimos años, uno de los hombres más generosos del mundo.
Le sucede en antigüedad en la militancia
revolucionaria don Balvino Rodríguez, conocido popularmente como Don Gabino, en la aldea Estanzuela, del
municipio de Asunción Mita, departamento de Jutiapa. Don Gabino tiene también
una larga militancia, más antigua que la
de Fidel. Quiere decir que los guatemaltecos, el pueblo de Guatemala, enarbola
con orgullo las luchas por la liberación nacional de América Latina.
Va, como epitafio, para Tío Pedro, lo escrito
por Eladia Blásquez: Merecer la vida no es callar, ni consentir
tantas injusticias repetidas, es una virtud; es dignidad y es la actitud de
identidad más definida. Eso de durar y transcurrir no nos da derecho a
presumir. Porque no es lo mismo que vivir, honrar la vida.
Publicado por La Cuna del Sol
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