Rusia está arando en el mar. Escribiendo en el agua. Aunque llegaran a acuerdos mínimos, básicos, con Ucrania, ellos nunca cumplirán nada de lo acordado, sencillamente porque no tienen voluntad de volver operativos lo acuerdos que se estampan en el papel.
UNA NEGOCIACIÓN NUNCA
TIENE LUGAR,
CUANDO UNA DE LAS
PARTES
NO TIENE VOLUNTAD DE
NEGOCIACIÓN
Luciano Castro Barillas
Escritor y Analista Político
La Cuna del Sol
Rusia está arando en el mar. Escribiendo en el
agua. Aunque llegaran a acuerdos mínimos, básicos, con Ucrania, ellos nunca
cumplirán nada de lo acordado, sencillamente porque no tienen voluntad de
volver operativos lo acuerdos que se estampan en el papel. No tienen competencia real, aunque sí formal, porque representan
al gobierno de un Estado. Son un gobierno títere cuyas acciones se ejecutan
tras las cortinas. El titiritero es los Estados Unidos que le indica los pasos
a seguir, retorciéndole la piel del brazo, para que nadie vea; y así guardar la
apariencia de un Estado soberano. Las negociaciones van por el camino de no
asumir ningún acuerdo, quizá pensando los gringos, que con el acoso financiero
y económico lograrán quebrantar a Rusia.
Rusia, desde siempre, se ha enfrentado a sus
enemigos en condiciones de adversidad, al menos en el siglo XX, cuando fuera
agredida por la Alemania nazi. Desde 1917, tras el triunfo de la Revolución,
dio inicio el acoso histórico contra Rusia. Luego contra la Unión Soviética,
acoso que nunca ha parado pero que ha sido la fuerza impulsora que ha hecho
grande a esta nación de hombres con vocación de libertad.
El acoso capitalista originó que se
consolidaron figuras nefastas como Stalin y el socialismo tomara el camino de
una lamentable edificación. En el siglo XXI se dieron las cosas de manera
parecida, sobre todo con el ascenso de Putin al poder, pues con el presidente
borracho, Yeltsin, las condiciones para el sometimiento capitalista de Rusia
nunca habían sido tan inmejorables. Figuras como Gorvachov y Yeltsin son los
antecedentes inmediatos para explicarnos el surgimiento de una Ucrania copada
por las variopintas derechas, llegando al punto de albergar en su seno lo
impensable: los nazis de la postmodernidad. La militarización de Ucrania y su
nazificación son el motivo de las acciones de Rusia de hacerle la guerra a
Ucrania. La causa es el nunca desmentido afán de la destrucción de Rusia a
través, entre otras cosas, de limitar su desarrollo y como si no -si pudieran-
de descerrajarle a los rusos un bombazo atómico para borrarlos de la historia.
La delegación negociadora ucraniana ha dado
muestras una y otra vez de su falta de seriedad. Siempre han llegado tarde a la
mesa de negociaciones y cuando se aborda uno de los puntos cruciales para la
negociación, por ejemplo, los nazis y sus batallones despiadados como el
Batallón Azov; los delegados ucranianos cínicamente dicen que no existen nazis
en Ucrania. Es decir que todas las personas del mundo estamos teniendo
alucinaciones porque los hombres con las esvásticas en sus uniformes o tatuadas
en la piel, sencillamente, no existen. Se niega una evidencia que está a la
vista de todos. ¿Y se puede negociar así, con personas así? Definitivamente no
se puede y el diálogo entre rusos y ucranianos no tiene ninguna perspectiva.
Solo sirve para promover una imagen en el mundo occidental de que los
ucranianos sí quieren llegar a acuerdos para una solución pacífica al
conflicto. Pero el diálogo se queda sin materia en la mesa de negociaciones
porque según Kiev los nazis no existen.
Como siempre a Rusia lo dejan sin opción, a no
ser la de darles por todo lo largo y por todo lo ancho, con toda la dureza, a
un ejército auspiciado en este momento por Occidente que hacen igualmente lo de
siempre: ellos ponen las armas y que se maten los ucranianos. La paciencia rusa
tendrá un límite y cuando esto ocurra, la opción militar será despiadada, no
por gusto Rusia tiene en plena disponibilidad más de 100,000 hombres en la
frontera. Podemos, pues, concluir, que no se puede llegar a acuerdos con quien
no quiere. O no lo dejan, como hace Estados Unidos con esa pobre nación, ya sin
decoro.
Publicado por La Cuna del Sol
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