No hay que caer en la trampa
hegemónica de demandar reformas que el sistema mismo ha plantado entre nosotros
diciéndonos que es lo único y lo más que podemos demandar.
DEMANDANDO LO QUE
NOS DICENQUE ES IMPOSIBLE
Por Marco Fonseca
Las demandas de la Asamblea Social y Popular de Guatemala son buenas aunque
algunas son problemáticas y no bien analizadas todavía (esas demandas se pueden
leer aquí: http://tinyurl.com/nj2webs).
De acuerdo a la Asamblea «Estas propuestas incluyen aquellas emanadas de la
Asamblea Social y Popular y consensuadas en la Plataforma para la Reforma del
Estado». Son, pues, las mismitas propuestas que ya ha hecho el TSE y que el
Rector de la USAC, curiosa e interesantemente acompañado y apoyado por el
Embajador de EE.UU. (¿cuándo se había visto esto en la historia de Guatemala?),
sometió al Congreso como un «petitorio» para su consideración.
Estamos hablando de un pliego de demandas que hoy estan circulando en
Guatemala, de manera retroalimentativa y como si fuera un «consenso» o una
especie de «voluntad general», que dan la apariencia de haber salido de abajo
pero que en realidad, se analizamos las cosas críticamente, nos daremos cuenta
que se han cocinado con elementos regados desde arriba, es decir, desde la
clase política misma, desde las élites dominantes y que hoy incluso gozan del
apoyo de La Embajada (!).
De hecho, el apoyo de La Embajada, tres meses después del inicio del
Evento, no es casual: después de analizar la protesta ciudadana y de ver cómo
la misma podía encausarce dentro de las políticas de «promoción democrática»
que Washington ha venido implementando por todo el mundo, finalmente
encontraron la clave en un «consenso» de propuestas «democratizantes» que, en
efecto, no democratizan las estructuras del sistema político pero que pueden
desactivar el peligro de que las demandas por reforma puedan convertirse en
demandas por una #RefuncacionYa al estilo de Ecuador y Bolivia - los países a los cuales el mismo Papa Franciso ahora ha
llegado a apoyar y explícitamente endorsar por sus proyectos refundacionales.
Así, pues, que el pliego de «reformas de consenso» es un pliego de demandas
que representan, en efecto, lo más que los grupos dominantes están dispuestos a
conceder a la ciudadanía en protesta en la coyuntura presente, dada la
correlación de fuerzas del momento y debido a que la protesta ciudadana no ha
avanzado hasta el momento más allá de su punto liminal original, es decir, de
la demanda por #RenunciaYa y #ReformaYa entendida, ésta última, de modo muy
limitado. Y lo curioso y peligroso es que las vertientes más politizadas y
radicales del movimiento ciudadano, representadas en parte en la Asamblea, no
han logrado profundizar los términos de las reformas y
del debate y, más bien, se están contentanto con lo que sale del centro del
poder. Quizás ello se deba en parte a que hay quienes hablan de que después de
eligir congreso supuestamente limpio en las próximas elecciones - si es que se
pasan las reformas a la LEPP hoy propuestas por la Plataforma y el TSE - vamos
hacia una ANC y, allí sí, nos dicen que vamos por la Refundación. Yo creo que
no es posible elegir «bancadas de la dignidad» sobre la base de reglas podridas
y decir lo contrario es prometer peras cuando el árbol sigue siendo de olmo (http://bit.ly/1GwVXxW).
Por todo lo de arriba y más, entonces, estas demandas son insuficientes
para superar las causas estructurales que han dado lugar no solo al Evento de
la protesta ciudadana sino que también, detrás del mismo, a la triple crisis
del Estado (autoridad, legitimidad y hegemonía) en Guatemala. Y por ello es que
de implementarse estas demandas, por supuesto que solo después de varios
retrasos, rechazos, dudas, plantones populares frente al Congreso e incluso una
Huelga de Dolores «extraordinaria» (con o sin el apoyo de la AEU oficial) para
demandar esas reformas, daría la impresión de que solo lograr la implementación
de estas demandas es, en sí mismo, una lucha tremenda - y luego dar la
impresión que dicha implementación es victoria ciudadana. Así es, precisamente,
como se crean las condiciones políticas e ideológicas para el Termidor chapín,
es decir, para la desactivación de la protesta y para la restauración política
del modelo de dominación existente. Es una maniobra y trampa hegemónica muy
lista y la ciudadanía, incluyendo la Asamblea Social y Popular, están caminando
con ojos abiertos hacia la misma.
Yo creo, sin embargo, que hay que hacer propuestas mas amplias, mas
razonadas y críticas y mas profundas. Yo creo que hay que rechazar la noción de
que solo podemos o debemos pedir lo que nos dicen que es viable o posible en el
momento presente, lo que nos dicen que se puede hacer y nada más, lo que los
mismos desfalcadores del sistema ahora convertidos también en sus guardianes
nos dicen que es pragmático y realista. Al contrario, yo creo que hoy es el
momento de demandar todo lo que nos dicen - en nombre del poder establecido,
las poliarquías y la clase política que trabaja para ella - que no es posible.
De lo contrario van a convertir a la protesta ciudadana en una «revolución de
color» (http://bit.ly/1H6KgDF)
y con ello ya perdimos la lucha contra-hegemónica y la oportunidad sin
precedentes abierta por el Evento histórico del presente.
Para contribuir a la ampliación del debate, entonces, aquí está de nuevo un
pliego de propuestas que solo conciernen al sistema político pero que no son
solo repetición de lo que se maneja en los medios de comunicación, en la
Plataforma Nacional o en el TSE o, peor aún, en La Embajada: 1) http://tinyurl.com/nbt852j
2) http://tinyurl.com/nntxmbl.
No hay que caer en la trampa hegemónica de demandar reformas que el sistema
mismo a plantado entre nosotros diciéndonos que es lo único y lo más que
podemos demandar.
Vamos patria hacia la #RefundacionYa
Marco Fonseca. Doctor en Filosofía Política y Estudios
Latinoamericanos por parte de la York University. Actualmente profesor adjunto
en el Departamento de Estudios Internacionales de Glendon College, York
University.
Publicado por La Cuna del Sol
USA.
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