INTRODUCCIÓN
Respecto a esos hechos sangrientos ocurridos en
ese centro penal guatemalteco hay variadas percepciones y valoraciones de parte
de los ciudadanos. Para la ultraderecha de Guatemala las ejecuciones
extrajudiciales y que se sepa de donde provienen este tipo de acciones ilegales
no es ninguna piedra de escándalo. Es un secreto a voces que los oligarcas han
tenido y tienen la capacidad de sacar de circulación a quien tienen ojeriza u odio
profundo. Los ejércitos clandestinos con menos o más hombres también los
organizan y financian las mafias políticas y los narcotraficantes. Ha sido una
de sus prácticas habituales por más de medio siglo. El matar a alguien que goza
de presunción de inocencia no crea en este tipo de personas conflicto moral,
por el contrario celebran que determinado sujeto (para el caso, Alfonso
Portillo) liquide en controvertida defensa propia de una andanada de tiros a
personas, incluso, desarmadas. Las muertes violentas en Guatemala son asunto
cotidiano. Hay una insensibilidad total de la ciudadanía y si en un momento los
crímenes sobrecogedores de las mutilaciones causaron espanto, ahora es bastante
común, encontrar en bolsas plásticas
cadáveres mutilados de mujeres, ancianos, jóvenes y niños. Por esa razón, ante
la exponencial violencia criminal en ciudades, poblados y aldeas de este país,
realmente, a nadie importa que hayan sido ejecutados extrajudicialmente
convictos sentenciados por crímenes atroces. En algún momento muchos ciudadanos
expresaron, por el contrario, su complacencia con estos hechos, justificándolos
y asumiéndolos como un favor que hacía las autoridades policíacas a la
sociedad, pues de ese centro penal salían un sinnúmero de llamadas telefónicas
de extorsionistas y secuestradores. Repito, indudablemente son acciones
violatorias de la ley, pero un candidato presidencial en las pasadas
elecciones (Alejandro Giamattei)
fundamento su prestigio, precisamente, por esas acciones represivas cuando el
fungiera como jefe del sistema carcelario nacional. La causa de la ejecución
judicial -al menos en el caso de los
reos ejecutados en el penal- es bien
percibida por la mayoría de los ciudadanos, no así, claro está, por las
organizaciones de derechos humanos; que remiten obligadamente este tipo de
acciones al ámbito político del pasado. Valentín
Zamora Altamirano.
EL POLICÍA SPERISEN, DE REPRESOR TEMIDO A PRESO
COMÚN
Derechos humanos en Guatemala y su repercusión
europea
Por Sergio Ferrari
La sección suiza de Amnistía Internacional
ratificó su exigencia de juicio y castigo a todos los responsables de
violaciones de derechos humanos en Guatemala. Solicitando que Suiza y los
países europeos hagan todo lo necesario para que los acusados rindan cuentan de
sus actos.
La violación de los derechos humanos en Guatemala durante la década pasada
adquirió en los últimos días una actualidad particular a raíz de la detención
el 31 de agosto en Ginebra, Suiza, de Erwin Sperisen.
Sperisen, doble ciudadano suizo-guatemalteco, ocupó durante tres años la
jefatura de la Policía Nacional Civil (PCN) de aquel país centroamericano y es
acusado por diversas instancias –incluidas una Comisión de la ONU- por actos
ilegales de extrema gravedad durante su mandato.
La detención de Sperisen “es una prueba clara de que la justicia no conoce
fronteras”. Y que con la cooperación de autoridades judiciales de todo el mundo
se puede conseguir “que los presuntos responsables penales de cometer graves
violaciones de los derechos humanos rindan cuentan”, enfatizó Alma Noser,
responsable para América Central en la sección helvética de Amnistía
Internacional.
Noser subraya además que “la detención de Erwin Sperisen en Suiza debe ser
una advertencia clara para quienes creen que posición, estatus o gozar de una
doble nacionalidad les permitirá eludir la justicia”. Y expresa la enorme
satisfacción por la detención del ex – jefe policial, considerándola como un
logro del trabajo de las organizaciones defensoras de los derechos humanos.
Amnistía Internacional /Suiza había ya denunciado este caso en septiembre
del 2010 junto con la organización TRIAL ( Track Impunity Always).
En un reciente comunicado público Amnistía Internacional recuerda que
mientras que la causa abierta contra quienes permanecen en Guatemala ha
progresado con lentitud por parte de los tribunales nacionales —en los que hay
siete en espera de juicio y cinco en espera de la orden de detención— ha
resultado más difícil poner a otros imputados a disposición judicial fuera de
Guatemala.
Previo a la detención de Sperisen en Ginebra, las autoridades españolas
habían capturado a l ex - ministro del interior de la época Carlos Vielman, en
octubre del 2010 y Austria hizo lo mismo en mayo del 2011 con Javier Figueroa,
otros de los acusados, quien actualmente se encuentra bajo custodia mientras
prosigue la investigación.
Un Vikingo” violador de derechos humanos
El ex - jefe de la policía guatemalteca fue detenido el 31 de agosto en
Ginebra, Suiza, luego de haber gozado de libertad total en los últimos cinco
años.
Un tribunal de la misma ciudad decidió la primera semana de septiembre de
prolongar por 90 días su detención provisoria en el penal ginebrino de Champ-
Dollon, con régimen penitenciario común.
Desde hace ya varios años algunos dirigentes políticos suizos así como
asociaciones helvéticas de solidaridad con Guatemala y de derechos humanos
habían denunciado públicamente a Sperisen sin ser hasta el presente escuchados
por las autoridades judiciales.
“El Vikingo”, tal como se conocía en Guatemala a Sperisen, es acusado por
la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CIIG) y por la
justicia local de haber sido uno de los jefes de los escuadrones de la muerte
que operaron en el país centroamericano entre julio del 2004 y marzo del 2007.
Dicha Comisión es un organismo que fue establecido conjuntamente por las
Naciones Unidas y Guatemala en el 2007. La Comisión denunció recientemente la
existencia en esos años de un “Grupo Criminal Autónomo” integrado por 19
personas que operaba con total impunidad.
Todos eran funcionarios de los servicios de Seguridad del Estado o fuerzas
aparentadas y habrían implementado ejecuciones extra judiciales de prisioneros.
Dicho grupo estaba encabezaba por Carlos Vielman; el antiguo candidato a la
presidencia Alejandro Giammattei - en la época jefe de prisiones- y Erwin
Sperisen, su homologo policial ahora detenido en Ginebra.
Entre los hechos imputados a Sperisen y su grupo se encuentra la masacre de
una decena de campesinos en la comunidad Nueva Linda acaecida en agosto 2004,
un mes después de su nominación a la jefatura policial.
En octubre del 2005 luego de la evasión de 19 presos de la cárcel «
Infiernito » Sperisen y sus colegas implementaron el Plan Gavilán con el
objetivo de volver a encontrar a los evadidos y ejecutarlos, disimulando
pruebas. Tres de los recapturados corrieron esa suerte.
Un año más tarde Erwin Sperisen intervino en la prisión de Pavón para
retomar el control del centro en mano de los presos. La intervención se saldó
con la ejecución extrajudicial de siete detenidos, acción maquillada para
justificar el uso de la fuerza.
En marzo del 2007 Sperisen debió renunciar a su cargo dado que el cuerpo
policial que dirigía se vio involucrado en el escándalo resultante del el
asesinato de tres diputados salvadoreños al Parlamento Centroamericano acaecido
en Guatemala.
Dado que Sperisen cuenta con la doble nacionalidad, Suiza no acepta la
eventual extradición a Guatemala para su proceso. Pero los últimos pasos dados
por la justicia helvética parecen expresar la decisión de tratar a fondo el
expediente en curso por violaciones de derechos humanos imputadas al “Vikingo”.
Una larga “caza” judicial de más de 5 años
La organización TRIAL ha sistematizado la historia del procedimiento contra
Erwin Sperisen en Suiza.
En julio 2007, tres organizaciones suizas, la Comunidad Ginebrina de Acción
Sindical, la Acción de los Cristianos por la Abolición de la Tortura y el
sindicato rural UNITERRE, presentaron una primera denuncia penal contra
Sperisen por los crímenes cometidos durante la evacuación de la finca Nueva
Linda. La denuncia se interpuso ante el Procurador General del Cantón de
Soleure, lugar de origen del acusado.
Luego de una primera investigación, dicha autoridad judicial lo derivó a su
homólogo del Cantón de Ginebra donde residía Sperisen.
Dada la pasividad de la justicia ginebrina, TRIAL y la Organización Mundial
contra la Tortura se asociaron a otras asociaciones y ONG para movilizar la
causa.
En 2009 las mismas organizaciones presentan una denuncia penal
complementaria que incluye casos de ejecuciones extrajudiciales, desapariciones
forzadas, torturas y violencias sexuales cometidas por miembros de la Policía
Nacional bajo la dirección de Sperisen.
El 3 de septiembre 2010, como consecuencia de un mandato de detención
internacional emitido en julio 2010 por las autoridades judiciales
guatemaltecas contra Sperisen, la denuncia es enviada a un Juez de Instrucción.
En septiembre 2010 TRIAL y Amnistía Internacional/Suiza relanzan el caso.
En abril 2011 una comisión de investigación internacional viaja a Guatemala
aportando nuevos datos a las autoridades ginebrinas en el tercer trimestre del
2011.
El 31 de agosto del 2012, Sperisen es detenido en Ginebra y su prisión
firme –ante el riesgo real de evasión del inculpado- por 90 días para la
investigación del caso.
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.
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