INTRODUCCIÓN
Actualmente en Guatemala, las autoridades
educativas y las organizaciones de derechos humanos se están tomando medidas
contra las intimidaciones de los escolares de parte de sus propios
condiscípulos. El problema no es nuevo, sin embargo, es hasta ahora que los
niveles de violencia son alarmantes y fuera de control en todo el país que esta
forma de violencia verbal y física está siendo seriamente considerada para
lograr su erradicación, al menos de los centros escolares. La intimidación se
ha practicado desde siempre. En los centros de trabajo, en las iglesias
católicas o evangélicas, en el vecindario; en fin, en tantos lugares o espacios
de interactuación entre los seres humanos. Pero estos males, que no son
exportados (con el perdón de los delirios antiimperialistas de algunas
izquierdas), si son puestos al día por la gran capacidad mediática de las
empresas norteamericanas. Bullying que no viene si no a reflejar la profunda
descomposición social en que están sumido los Estados Unidos y que hace
languidecer el sueño de la prosperidad, convertido ahora por la sucesión
interminable de presidentes hechos incompetentes por la oligarquía financiera e
industrial, en las pesadillas de Jason,
el asesino de la motosierra. Esa dualidad antagónica de la sociedad norteamericana
ha dado lugar que ahora los niveles de confrontación entre los politiqueros
haya dejado de ser cáustica para volverse violenta. Que los afroamericanos vean
aún más con profundo desprecio a los latinos y que los blancos desprecien por
igual a todo lo que no se asocie con blancura étnica. Donde ahora en la crisis
económica los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, lo cual testimonia
algo que la sociología burguesa norteamericana se niega a reconocer: que la
división de la sociedad norteamericana en clases antagónicas es ahora, sencillamente,
brutal y salvaje. El bullying es uno de los tantos elementos catódicos con que
viven diariamente millones de personas, y repito, no es nada nuevo. Solo que
ahora, en este momento, es pasto de escándalo por las groserías de un grupo de
descerebrados “americanos” proferidas contra la señora Karen Klein. De allí que
Gallup, la encuestadora, diera resultados alarmantes respecto a las
preferencias electorales del 54% de los estadounidenses, ante la falta de credibilidad
de los politiqueros que invocan a Dios en sus discursos. Ese 54% ve más honrado
a un ateo y no a los hombres que se prosternan hipócritamente en las iglesias. Luciano Castro Barillas.
BRAVUCONES (BULLIES) EN EL
BUS
Karen Klein, víctima del bullying
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Por Charles M. Blow, june 22,2012
“Hacer llorar a la monitora
del bus”
Ese es el nombre del video. Dura más de 10 minutos, pero si usted soporta
más de tres minutos sin que sus ojos no se le humedezcan y la sangre no le
hierva, entonces usted es una roca o al menos su corazón lo es. El video
muestra a Karen Klein, una señora abuela de 68 años de edad, quien se desempeña
como monitora de buses en el norte de Nueva York, siendo atormentada sin
descanso por un grupo de jóvenes muchachos. Le dicen toda clase de
vulgaridades. Uno de ellos le pregunta por su dirección, porque según él dice,
quiere ir a orinarse en la puerta de su casa. Otros son más explícitos a cerca
de deshonrarla. Uno de los muchachos le dice que ella no tiene familia porque
“todos se mataron ellos mismos, pues no querían estar cerca de usted". (El
hijo mayor de ella cometió suicidio). Otro sugiere que, si él fuera a
apuñalarla, su cuchillo penetraría en ella “como en la mantequilla".
Desde que el video se hizo público en You Tube, ha habido toda una
avalancha de desaprobación e indignación.
Una campana online para recaudar 5,000 dólares para enviar de vacaciones a
la señora Klein, había reunido para el viernes a mediodía más de 500,00
dólares. La señora Klein ha relatado su terrible experiencia en varios medios
de prensa y algunos de los insolentes se han disculpado.
¿Pero que, si algo, nos dice esto a cerca de la sociedad en general? Se
podrían argumentar muchas cosas, pero para mí es una extraordinaria y acertada
metáfora para este momento en la conversación americana, en la que la
hostilidad ha sido sacada a la luz del sol. El comportamiento de esos
muchachos representa el de muchos de nosotros: América en su forma más
horrible. Es esa parte de la sociedad que ve al débil y vulnerable
como merecedor del escarnio y la animosidad.
Esta clase de comportamiento no se limita a niños y buses escolares o a las
comunidades suburbanas. Se extiende, abarca todos los confines de la sociedad.
Nuestra política, nuestros púlpitos, y nuestras plazas públicas.
Ya sea que se trate de la audiencia en un debate del partido Republicano
abucheando a un soldado gay o el vicioso ataque de Rush Limbaugh a una
joven mujer estudiante de la Universidad de Georgetown o la diatriba de Newt
Gingrich dirigida a los pobres; bullying (intimidación) se ha convertido en
rutina. La silbatina y la mofa. La intimidación y la burla. Escoge a tus
enemigos y tortúralos sin piedad. Mantén la primacía a través del abuso.
Tradicionalmente los roles de identidades inferiores son registrados
en una variedad de formas. En el caso de la señora Klein, ella era de edad
avanzada y mujer, no era de figura liviana, como tampoco era adinerada. Para
otros, es el color de la piel, país de origen, el objeto de la afección o algún
otro accidente de nacimiento.
El país está cambiando y ese cambio está creando fricción; entre las clases
tradicionales que ejercen el poder y las que están emergiendo; entre
estructuras sociales tradicionales y aquellas que están alterando ese orden;
entre una visión largamente sostenida del ideal americano y la creciente
realidad de que ha llegado a su final.
Y ese cambio está llegando con una incesante rapidez.
El pasado mes, la Oficina del Censo reportó que, por primera vez en la
historia del país, los nacimientos entre grupos minoritarios superaron a los de
la población blanca. EL New York Times destacó recientemente los cálculos
de un demógrafo del Brookings Istitution, quien según sus estimados, “el 92 por
ciento en el crecimiento poblacional en la década que finalizó en el 2010,
corresponde a las minorías".
Aún más, hoy día hay más mujeres enroladas en los centros universitarios
que hombres y una encuesta publicada en abril por el Pew Research Center
encontró que, “en una inversión del rol tradicional de los géneros, las
mujeres jóvenes ahora superan a los hombres jóvenes en la importancia que le
otorgan el tener una carrera o una profesión altamente remunerada".
Una encuesta de la firma Gallup, publicada el jueves encontró que un
número record de personas (54%) dicen que ellos estarían dispuestos a votar por
una persona atea como presidente y, una encuesta de la Gallup correspondiente
al último mes encontró que más personas apoyan el matrimonio entre parejas del
mismo sexo que aquellas que se oponen.
Estos cambios dramáticos están cambiando completamente el paradigma
mayoría-minoría y están provocando que mucha gente se sienta inconforme.
La división republicana y demócrata se está incrementando cada vez más,
convirtiéndose en una división blanca/multicultural, masculina/femenina,
religiosos/poco religiosos; los primeros, las clases tradicionalmente más
poderosas, los últimos, las clases emergentes.
Esto ha conducido cada vez con mayor frecuencia a indecorosos ataques
contra grupos tradicionalmente marginalizados aun y cuando (y posiblemente a
causa de ello) están adquiriendo más poder. Las mujeres están bajo
ataque. Los hispanos están bajo ataque. El derecho al voto de las
minorías está bajo ataque. Los pobres están bajo ataque. Sin sorprender, en
todos los casos, los ataques son obra de gente de la derecha.
Raras veces el poder es cedido libremente y sin dolor,
particularmente cuando los tradicionalmente poderosos ven el realineamiento
como una amenaza existencial.
El acoso de esa señora en el bus fue terrible, pero de la misma manera es
la intimidación en nuestro mundillo político. Esos muchachos en el bus estaban
tratando de ejercer el poder sobre una persona cuyo trabajo era monitorear su
comportamiento. Pero el bullying es algo, que siempre tiene que ver con
el poder. Proyectar más de lo que usted tiene, para acumular más de lo
que usted comparte.
Esto suena como el lado temeroso, la parte insegura de la sociedad
estadounidense.
Traducción: La Cuna del Sol
Publicado por Marvin Najarro
CT., USA.
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