INTRODUCCIÓN
Otto Pérez Leal, de quién podría pensarse que en algún momento de su carrera política sería o será
algo así como el sucesor designado o el delfín del actual mandatario, en una de
sus primeras actuaciones como alcalde del municipio de Mixco, no ha hecho más
que zurrarse en sus futuras aspiraciones políticas. Desde muy temprano y dando
muestras de escasa sapiencia política, no solo ha dañado su reputación e
imagen, sino que, también ha terminado embarrando la
buena impresión dejada hasta aquí por algunas de las buenas actuaciones del
actual presidente; su padre, Otto Pérez Molina. Como Luciano Castro
Barillas lo menciona en el siguiente artículo, resulta aberrante y grotesco que
el alcalde mixqueño, por iniciativa propia o por consejos de otros, haya optado
por recetarse semejante salario (85,000 quetzales mensuales) en un país
en donde campea la pobreza extrema y con familias; en el mejor de los
casos, teniendo que sobrevivir con 1,500 quetzales al mes. Es un acto de
política criolla, chapina, que se mueve entre el desencanto y lo inesperado. Marvin
Najarro.
EL DELFÍN SE ENREDÓ EN LA RED:
EL CASO DE OTTO PÉREZ LEAL
EL CASO DE OTTO PÉREZ LEAL
Por Luciano Castro Barillas
Otto Pérez es un caso típico de otredad, es
decir, que es otro, a despecho de que se llame Otto Pérez, como su padre. Con
su reciente actuación de casi triplicarse el salario como alcalde del municipio
de Mixco, del departamento de Guatemala, quedó realmente mal ante la opinión
pública porque una de las políticas más emblemáticas del actual presidente es
su declarada lucha frontal contra la corrupción, tal el caso de su política de
transparencia y rendición de cuentas. Hay también un generalizado malestar
ciudadano por los altísimos salarios de muchos funcionarios públicos que son
contrastantes e insultativos con los raquíticos salarios mínimos de los obreros
y campesinos que no les alcanza para cubrir el mínimo vital. Los ingresos de
subsistencia de los sectores populares son la causa de los altos índices de
criminalidad en el país y en tanto esto no se mejore, la violencia seguirá
exponencial y encarnizada, pues los niveles de saña y perversión con se ejecuta
a las víctimas van del espanto al horror. De hecho, en el campo y en todas las
ciudades de Guatemala asuela el hambre, eufemísticamente reconocido por el
gobierno como incremento de la canasta básica. De allí que lo hecho por el hijo
del presidente, Otto Pérez Leal, de incrementarse a sí mismo el salario a 85
mil quetzales mensuales no es, realmente,
exorbitante, pues equivale a unos 12 mil dólares estadounidenses. El
problema es que el monto de ese salario es aberrante y grotesco para familias
que viven con 50 quetzales diarios, o sea 1,500 quetzales al mes, en el mejor
de los casos. Puede él devengar ese
salario por su capacidad y preparación –no cabe la menor duda- pero no debe, porque moral y políticamente es
incorrecto. Si eso se diera en los Estados Unidos o en algunos países europeos
el monto del salario nada tendría de escandaloso, sin embargo que ocurra en
Guatemala es y será pasto de escándalo, máxime proviniendo la acción del
probable delfín presidencial dentro
de cuatro años, dado que algunas acciones del actual presidente tienen una
adecuada percepción y valoración de la ciudadanía. La carrera política del
delfín había empezado siendo alcalde del municipio mixqueño pero el vástago
literalmente se zurró e hizo que se cumpliera a cabalidad el añejo refrán de
que nada mejor que un hijo para echar a perder a
un padre. El golpe bajo recibido por el gobernante es irreparable y el
gusto por los buenos billetes de Otto Pérez Leal no refleja vocación de servir
al pueblo sino de servirse de él. El mal
está hecho, porque aunque el alcalde de Mixco dejó sin efecto el acuerdo
municipal de incremento de salario, la impresión ciudadana es que todo
politiquero a lo que aspira es hacer dinero. Hoy le que le queda a este
desvaído y joven alcalde es ser sometido a
un ritual chamánico de purificación, limpia y sanación con tanto brujo
maya que hay en la actualidad disponible, diestros en el manejo y golpes con
ramas de shilca, volatilizaciones de alcohol en la cara del tratante y ensalmos
que lo conducirán hacia arcanos de rectificación y a alejarle las malas
compañías como la de El Pirata, Wagner Roldán, que es su secretario y su
director financiero, Mynor Aquino. Seguramente estos cuates lo
embrocaron afirman algunos incondicionales seguidores. Pero vaya usted
a saber quién fue el de la idea de aumento de sueldo para el alcalde, síndicos,
concejales y altos funcionarios municipales. Podría ser que nadie tenga
individualmente responsabilidad con ese asunto del dinero y sin embargo todos
estén conchabados, para cumplir otro viejo y sabio refrán popular: “A
San Juan que lo llevan, y a él que le gusta”. Ya me imagino, dijo otro
correligionario del Partido Patriota: ¡Que puteada la que le dio el general por mula!
Guatemaltequismos
SHILCA: Arbusto silvestre cuyas ramas
son utilizados en los rituales chamánicos de Guatemala
PUTEADA: Admonición o amonestación severa
Publicado por Marvin Najarro
Ct., USA.
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